Una vez más Río Negro, Chubut y Neuquén son noticia por casos de abuso y violencia policial. Aunque se pretende presentar cada hecho aislado, como si fueran excepciones a la regla, la multiplicidad de denuncias dan cuenta de un accionar común, de una forma de actuar criminal de las policías provinciales, amparados por el poder político y la impunidad judicial.
Buenos Aires, 1 de agosto de 2013 (Red Eco).- Esta mañana, diferentes organizaciones y agrupaciones sociales y de derechos humanos se movilizaron a la Comisaría Segunda del Centro Cívico de Bariloche para reclamar que se termine con las persecuciones y la represión policial contra los jóvenes de los barrios humildes de esa ciudad rionegrina. A la larga lista de agresiones, en los últimos días se sumó una nueva. Seis integrantes de una comparsa del Barrio Arrayanes fueron brutalmente golpeados por efectivos de esa comisaría cuando volvían de asistir a una fiesta de 15.
Al cruzarse con los chicos, los policías le preguntaron dónde vivían. Ante la respuesta “Arrayanes” y “28 de abril”, comenzaron a correrlos y perseguirlos para luego golpearlos provocándoles importantes lesiones. Varios recibieron profundas heridas en la cabeza, a otro le sacaron seis dientes a bastonazos.
En la marcha de esta mañana se presentaron las denuncias por lo sucedido y se espera ahora que actúe la justicia. Algunos de los convocantes a la concentración fueron la Comisión de Murgas y Comparsas de Bariloche, el Consejo de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes, el Comité contra la Tortura de Río Negro, el Observatorio de Derechos Humanos de Río Negro, entre muchos otros. En el comunicado a través del cual difundían la actividad de hoy, las organizaciones expresaron: “estos hechos salen a la luz por que los jóvenes son parte de organizaciones comunitarias de nuestra ciudad y con el apoyo de docenas de organizaciones e instituciones se animan a denunciar estos lamentables apremios. Pero también sabemos que este tipo de hechos, la mayoría de las veces no se denuncian por el temor de los pibes y sus familias de ser nuevamente perseguidos y estigmatizados por la policía y porque generalmente estas denuncias no logran romper el cerco de la impunidad que caracteriza a la Policía de Río Negro”.
Un caso similar ocurrió en Cipolletti. El sábado pasado un grupo de adolescentes que salía de una fiesta en el barrio Anai Mapu, quedó en el medio de una pelea entre otros jóvenes del lugar y agentes de la subcomisaría N°79; al pretender protegerse de los efectivos intentaron saltar unas rejas pero uno de ellos, de nombre Ulises, quedó último y fue alcanzado por los policías. Desde no menos de dos o tres metros de distancia los efectivos le dispararon a quemarropa con una escopeta. El primer impacto le pegó en el ojo izquierdo y luego le siguieron tirando hasta que sus amigos consiguieron meterlo inconsciente adentro de un auto y llevarlo al hospital. En total recibió diez balazos de goma. En el nosocomio fue atendido pero los médicos se negaron a tomar la denuncia de lo sucedido. Algo similar le pasó a su madre, Yanet Flores Barra, cuando quiso hacer la presentación en la fiscalía; en cambio cuando fue a hacer la denuncia a la comisaría la policía le dijo que se trató de una batalla campal y que debía cuidar a su hijo porque la próxima vez iba a ser peor. El joven fue intervenido quirúrgicamente de un ojo, pero aún continúa sin tener visión.
En tanto, este sábado 3 de agosto, a las 17, la comunidad educativa del CEM N° 147, al que asiste la víctima, convocó a organizaciones políticas, sociales, educativas, sindicales y centros de estudiantes a realizar una reunión multisectorial para evaluar los pasos a seguir.
En Chubut, esta semana se terminó de confirmar que el cuerpo hallado a comienzos de julio cerca del Museo de la Memoria (aeropuerto viejo) de Trelew es el de César Monsalve, el adolescente de 13 años que se encontraba desaparecido desde el 27 de mayo pasado.
César era el sobrino de Bruno Monsalve, el testigo clave del caso Almonacid, un joven abusado en la seccional segunda de la localidad chubutense. Tanto César como su familia estaban incluidos dentro del programa de protección al testigo luego de que su tío fuera asesinado.
Tras la confirmación de la identidad del cuerpo, se están realizando pericias para determinar los motivos del fallecimiento, además de análisis del suelo donde se encontró el cadáver para determinar la existencia de posibles restos de sangre.
La violencia policial también actúa en la provincia de Neuquén. Hace pocas semanas se cumplió un año del asesinato de Matías Casas, que fue baleado por la espalda por el efectivo Héctor Méndez. El policía, que no estaba en servicio, se encargó además de patear al joven de 19 años mientras agonizaba en el piso.
“Méndez está hace una año detenido, producto de la lucha de su familia, y de la movilización popular. La causa está dividida en dos, por decisión tanto de la fiscalía como del juzgado, algo a lo que en su momento nosotros nos opusimos porque es parte de un mismo hecho. Hay una causa por el asesinato y otra con la policía de la comisaria 18 que rodeó el cuerpo de Matías permitiéndole a Méndez patearlo en el piso con alevosía", explicó Ivana del Bianco, abogada del CeProDH a Cartago TV. La letrada señaló que siempre se busca desdoblar las causas para desdibujar el crimen, y evitar, como en el caso de Casas, que testigos de una parte testimonien en la otra intentado demostrar que se trata de un hecho común.
Respecto a la causa por el asesinato de Casas, Del Bianco dijo que ya fue elevada a juicio, y que ellos requerirán que el efectivo sea condenado por el delito de homicidio agravado y con alevosía: “esto es por ser funcionario policial, porque él asesinó a Matías con el arma reglamentaria de la policía y con su aval, por más que estuviese de franco”.
César Casas, papá de Matías, contó que los policías provocan todo el tiempo a los jóvenes de los barrios humildes: “creen que pueden hacer y deshacer la vida de nuestros jóvenes. Y hay quienes le permiten esa impunidad, el juez Piana cuando fuimos a verlo nos dijo ‘No voy a permitir que me vengan a cuestionar’ y nuestra respuesta fue que no había hecho nada, que cuando hicieran algo podrían cuestionarlo. (…) Los funcionarios de la justicia, tapan lo que hacen los policías”, expresó en Cartago TV. César además contó que nunca se acercó nadie del gobierno a su familia y que tampoco les han ofrecido algún tipo de contención.
Mariano Pedrero, también abogado del CeProDH, expresó que la policía busca disputarle a los chicos el poco espacio público que tienen en los barrios, y que por ese motivo los corren de las plazas: “El gatillo fácil es el último eslabón de una cadena de control social de la pobreza, que intenta tener a la población atemorizada. (…) Que la policía haga el peritaje del delito, es el zorro analizando al gallinero. Son peritajes que adolecen de imparcialidad y el poder judicial los avala”, manifestó en diálogo con Cartago TV.
En Neuquén, como en otras provincias, se ha conformado una Multisectorial contra la impunidad. “Desde allí estamos exigiendo que para los pibes no queremos balas, queremos para la juventud deporte, centros recreativos, si uno va para el lado de los barrios ricos está lleno de plazas con juegos, en cambio en los barrios de los niños pobres no hay. Así como dice Zainuco, nosotros también planteamos Ni un pibe menos”, explicó la abogada Del Bianco.
Fuentes: Colectivo al Margen / 8300 web / Cartago TV / Puerta E.
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