La sociedad que
queremos construir.
“Frente al presente y
al futuro, las personas podemos adoptar diferentes actitudes: hacer lo del
avestruz que no quiere ver lo que pasa, ser el bombero que se ocupa de combatir el fuego una vez que lo
ve, o el que se acomoda a cualquier circunstancia, quizá el que sólo predice lo
que va a suceder o el activista que con sus ideales trata de provocar los
cambios deseados.”
Estamos viviendo
tiempos de cierta desesperanza en todos los niveles, tanto en el contexto mundial, regional, nacional, provincial y
municipal. Las lógicas del negocio, el progreso y el desarrollo capitalista nos
invaden constantemente. El monstruoso sistema al que nos enfrentamos es cada
vez más grande y copta brazos en todos los estamentos de la sociedad. La
humanidad está en una crisis de supervivencia. Esto, si no la sabemos leer nos
arrastrará a todos.
El objetivo de toda
sociedad debería ser encontrar una vía que
permita vivir plenamente a cada ser humano, como seres conscientes, iguales, solidarios, creativos, pensantes, en armonía
unos con otros y con la madre naturaleza. Una sociedad sana busca que todos
puedan vivir con las necesidades materiales básicas satisfechas (alimentación,
abrigo, vivienda, justicia, educación, seguridad, esparcimiento, salud,
sanidad, participación), para así ser humanos íntegros y dignos, teniendo las condiciones
para dar lo mejor de cada uno. En lugar de una sociedad patriarcal, necesitamos
construir una organización social con igualdad
de género y respeto por todos sus seres y sus cosmovisiones.
Aún estamos
lejos de estos horizontes, pero debemos
pensar cómo diseñar los escenarios posibles y
deseables, inventados y narrados por nosotros mismos, recuperando otros legados.
Es imprescindible dirigir la reflexión individual y colectiva para construir un
espacio común, pero a la vez descentralizado; en el que se dialogue y se co-construya, motivándonos
a lanzarnos a nuevos desafíos. Aprovechando
las experiencias pasadas y la capacidad de los grupos, organizaciones,
instituciones afines; es necesario generar encuentro, caminos conjuntos y
consensos. La sociedad funciona mediante redes que interrelacionan al gobierno,
a las instituciones, a las comunidades, a los grupos de interés, a diversos
sectores y ciudadanos que pueden lograr encontrar algo común en los temas
propuestos. La participación es la base para poder visibilizar las necesidades
y voces de todos, propiciando que las cosas se hagan y los proyectos se realicen.
Nuestras
acciones deben buscar mejorar la calidad de vida de todos y todas. Vivir Bien o Buen Vivir, es desarrollar
la vida en plenitud. Es saber vivir en armonía y equilibrio, en armonía con los
ciclos de la Madre Tierra, de la vida y de la historia, de la realidad y en equilibrio con toda forma de existencia.
Y ese justamente es el camino y el horizonte de la comunidad; implica primero
saber vivir y luego convivir. No se puede Vivir Bien si los demás viven mal, o
si se daña la Madre Naturaleza. Vivir Bien significa comprender que el
deterioro de una especie es el deterioro del conjunto.
La sociedad
que queremos construir seguramente tiene muchos principios que aún tenemos que desarrollar,
como saber comer, saber alimentarse, poder producir la mayor cantidad posible de la
propia comida con alimentos sanos; saber
trabajar, encontrando placer y compromiso en lo que uno hace y construye con su
propio esfuerzo. También tenemos que orientarnos en saber pensar, entrando en
un proceso de introspección, con silencios que nos permitan escuchar. Es la
reflexión, no sólo desde lo racional sino desde el sentir, uno de los principios que nos muestra la
coherencia. Pensar, sentir y actuar en una misma dirección. Saber escuchar, no sólo es escuchar con los oídos, es
percibir, sentir, escuchar con todo nuestro cuerpo; si todo vive, todo habla
también. Es importante saber hablar bien. Antes de hablar hay que sentir
y pensar, hablar bien significa hablar para construir, para alentar, para
aportar. Saber dar y saber recibir. Reconocer que la vida es la conjunción de
muchos seres y muchas fuerzas. En la vida todo fluye: recibimos y damos; la
interacción de las dos fuerzas genera vida. Agradecer es saber recibir; recibir
el brillo del
Sol, la fuerza de la Tierra, fluir
como el Agua y todo lo que la vida nos da. Saber soñar. Partimos del
principio de que todo empieza desde el sueño, por lo tanto el sueño es el
inicio de la realidad. A
través del sueño percibimos la vida. Soñar es proyectar la vida. Por
último saber caminar. No existe el cansancio para quien sabe caminar. Debemos
estar conscientes de que uno nunca camina solo; caminamos con el viento,
caminamos con la Nuke Mapu, caminamos con el Sol, caminamos con la Luna, caminamos con los
ancestros. La lucha por construir la sociedad que queremos es un camino que
durará más que nuestras vidas, por eso debemos tener la decisión de emprenderlo;
caminando por los senderos que otros ya caminaron, encontrándonos por los que
debemos caminar y dejando nuestras huellas para que otros caminen.