El Bolsón (ANPP).- Cuando comienza el estado a querer expandir el territorio, comenzando con Rosas Y TERMINANDO con Roca, el nombre de la empresa fue “La campaña del desierto”
Desierto: despoblado, deshabitado: comarca desierta. Donde no hay gente. Lugar arenoso, árido y deshabitado.
El desierto que decían querer conquistar era un lugar con muchísimos pobladores, valles con lagos y ríos de agua pura, con amimales y frutales, ese era el desierto que querían conquistar. El actual valle grande de Río Negro, es uno de los lugares de producción de frutas mas grandes del país.
¿Qué razones o intereses llevaron a las oligarquías nacionales a avanzar sobre la frontera con los pueblos originarios? ¿Qué justificación existe para conquistar un desierto? ¿Cómo se conquista algo desierto?
Existen y existieron sobrados intereses económicos y productivos para avanzar sobre esas tierras no desérticas y con poblaciones organizadas. El corrimiento de la frontera sur del estado nacional significó para la oligarquía pampeana: “sumar 15 000 leguas de territorio a la producción (o a la especulación), acrecentar el latifundio por falta de una política colonizadora, eliminar a los pobladores originarios como factor beligerante y como posible fuerza productiva, pacificar la zonas fronterizas aportando a la estabilidad económica, efectivizar la ocupación de territorio neutralizando las pretensiones de Chile y consolidar al ejercito como fuerza profesional”. Para los pobladores que habitaban estás tierras fue el sistemático aniquilamiento de su cultura, formas de producción, creencias y cosmovisión, y la eliminación en una primera instancia de más del 50 porciento de la población y la posterior masacre que significó el hambre y el desplazamiento de las zonas productivas.
Además del empleo de el ejercito y la traición, para eliminar a estas culturas debieron sembrar un discurso único y demonizante sobre estas comunidades, como ejemplo podemos citar parte del pensamiento de Sarmiento:
"¿Lograremos exterminar los indios? Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa canalla no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso, su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado." Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888)
Y el del asesino, Julio Argentino Roca:
"Estamos como nación empeñados en una contienda de razas en que el indígena lleva sobre sí el tremendo anatema de su desaparición, escrito en nombre de la civilización. Destruyamos, pues, moralmente esa raza, aniquilemos sus resortes y organización política, desaparezca su orden de tribus y si es necesario divídase la familia. Esta raza quebrada y dispersa, acabará por abrazar la causa de la civilización. Las
colonias centrales, la Marina, las provincias del norte y del litoral sirven de teatro para realizar este propósito". Julio Argentino Roca (1843-1914)
La hegemonía de los discursos hacen que aún hoy se siga justificando el genocidio como lo hizo el director del Museo Histórico Nacional, en el diario La Nación diciendo cosas como “En los últimos tiempos una historiografía carente de toda documentación sostiene que la expedición de Roca de 1879 contra los indios, fue un genocidio. Ello revela supina ignorancia u oculta intereses de reivindicaciones territoriales. El tema indígena es complejo, porque abarca regiones muy diferentes, desde los paisajes andinos atípicos hasta la cuña boscosa del Chaco, con razas que no eran ni son comparables, como los diaguitas, los abipones o los mapuches. En el Sur, los pueblos araucanos procedían de Chile e ingresaron al hoy territorio nacional hacia principios del siglo XVIII, según lo refieren numerosos historiadores de ese país, algunos con carácter reivindicatorio”
Pero también hay historiadores como Osvaldo Bayer que hacen una revisión de la historia desde otra óptica y denuncia los atropellos y la masacre que el estado hizo y sigue haciendo con los pueblos originarios y sometiendo también con monumentos a Roca, Plantaciones de ejércitos de invasores de “pinos” y al mismo Roca en el billete de mas alto valor de nuestra moneda.
El Consejo asesor indígena define con sabiduría esta avasallante invasión: "Con la llegada del hombre blanco a nuestras tierras comienza el proceso más violento de la desarticulación de la armonía del hombre con la naturaleza. Junto a las pestes, a las enfermedades, llegaron valores y principios desconocidos para nuestros pueblos: la avaricia, el individualismo, la acumulación de poder y riqueza a costa del sufrimiento de muchos. De la mano de la espada y la cruz, nos impusieron dioses e idiomas desconocidos que nada tenían ni tienen que ver con la cosmovisión de los pueblos originarios". Y agrega: "De la mano del Remington, la cruz, el alcohol, se masacró a millares de mapuches, se arrasó e incendió tolderías, se apropiaron de nuestras mujeres y niños para trofeos de las familias ricas, se puso precio a las tetas de nuestras hermanas y a las orejas de nuestros hermanos. Se condenó a nuestro pueblo a refugiarse entre los pedreros cordilleranos, mientras nuestro territorio quedaba en manos del conquistador”.
Este es uno de los tantos acontecimientos que tergiverso la historia oficial y que nos interesa rescatar como modo de reencontrarnos con otras verdades que nos den posicionamiento y nos muestren además que los malones fueron otro movimiento de resistencia latinoamericano al aniquilamiento de sus hermanos y no un grupo de salvajes que solo quería saquear.
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