Pampa Energía, presidida en Argentina por Marcelo Mindlin, pero bajo la órbita del grupo Tavistock de John Lewis, el magnate británico en cuya casa Mauricio Macri pasó el descanso de Semana Santa, ofertó en febrero de este año Petrobrás Argentina. El precio, en medio de la euforia por la suba de acciones de las empresas energéticas a raíz de los aumentos tarifarios, fue fijado en novescientos millones de dólares, a pagar en efectivo y por emisión de acciones. La compra se concretó en la segunda semana de Mayo, y ese mismo día Mindlin fue recibido en la Casa Rosada por el Presidente para celebrar el acuerdo.
En acta de directorio del 22 de junio pasado se aprobó la emisión de acciones por 320 millones de pesos como parte de ese pago, pero no se indica aún cómo se pagará el resto de lo acordado. El punto más extraño de esa reunión de Directorio es que la única firma del acta, por decisión de todos los accionistas, es la del representante del Anses, que posee el 22 por ciento de las acciones de esa empresa. Pampa Energía acordó también con Mauricio Macri la explotación de un pozo gasífero en Río Negro y, a partir de la compra de Petrobrás, manejará la refinería en Bahía Blanca; la central térmica Genelba y la hidroeléctrica Pichi Picún Leufú así como varias plantas petroquímicas en Bahía Blanca y Santa Fe.
Cuentas suizas
Mindlin viajó junto a Mauricio Macri al encuentro empresario de Davos, Suiza, en enero pasado y allí sellaron el acuerdo. Pampa Energía compraría Petrobrás no sólo para seguir produciendo gasoil, sino para convertirla en una proveedora de gas. Para eso necesitaban un drástico aumento de los precios mayoristas. Macri cumplió su parte: cuando volvieron de Davos, instruyó al ministro Aranguren para que aumentaran de un golpe todas las tarifas, luz, agua y gas. Aranguren, el centro de las críticas y protestas ahora, trató en ese momento de convencerlo que sería demasiado todo junto, pero fracasó. Macri debía cumplir lo pactado.
Pampa Energía, la mayor empresa del mercado eléctrico, es bien conocida para el gobierno macrista: Luis Caputo, actual Secretario de Finanzas, encargado de negociar el acuerdo con los fondos buitres, fue su gerente general durante diez años. La empresa presidida por Mindlin es controlada por Lewis, el excéntrico millonario que valló los ingresos al Lago Escondido luego de construir una mansión de 8 millones de dólares, alojó en su casa a Mauricio Macri y Juliana Awada cuando acompañaron al sur al presidente de Estados Unidos Barack Obama. Casualmente en esa fecha obtuvo una licitación del gobierno de Río Negro para construir una represa energética en el Río Escondido, que proveerá de electricidad monopólicamente a la zona de El Bolsón.
Además del aumento de tarifas, otra medida rápidamente implementada en el sector enérgetico por el gobierno macrista, fue la reglamentación de la ley de regulación de energías renovables. La reglamentación fue hecha con participación de los dos primeros beneficiarios: Lewis, y su central eléctrica Río Escondico, y Nicolas Caputo, el amigo, socio y acreedor del Presidente, que llevará adelante una represa hidroeléctrica en las afueras de la Ciudad de Bahía Blanca.
Durante febrero y marzo, las acciones de las empresas eléctricas volaron en la Bolsa de comercio. Al punto que Nicolás Caputo fue nombrado vicepresidente en reconocimiento por el valor de sus acciones y como fiel representante del gobierno, una tradición que Macri eligió honrar designando allí a quién define “como un hermano”.
Caputo también incursionó definitivamente en el terreno energético a partir de ese momento. A través de SADESA es la segunda proveedora de energía eléctrica, y es socia mayoritaria de Edesur y Gas Cuyana. Desde Gas Cuyana, insólitamente, o no, planteó un recurso judicial apenas asumió el gobierno macrista reclamando un aumento en los precios mayoristas de electricidad.
Un poco después, se quedó con TGN, Transportadora de Gas del Norte, una firma que estaba en litigio e intervenida por el ejecutivo. Sadesa ya había comprado en el 2006 la parte que Petrobrás tenía de esa empresa.
El presidente de SADESA es Miguel Reca, un ex ejecutivo de Merry Linch, amigo de Mauricio Macri que suele frecuentar la quinta de Los Abrojos para los partidos de futbol con el equipo del Cardenal Newman.
Hace un mes atrás, en pleno escándalo y protesta social por el tarifazo, SADESA planteó su fusión en Central Puerto junto a las empresas eléctricas de las familias Miguen y Escasany, según la comunicación que envió a la Bolsa de Comercio.
Ganancias extraordinarias
En el balance 2015, la empresa de Caputo plantea un panorama sobre el campo energético de la Argentina que dista bastante de la desolación y el caos que transmite ahora el gobierno. SADESA participó en casi un veinte por ciento de la generación de energía mayorista, y tuvo un crecimiento en sus ganancias del 219 % con respecto al año anterior.
“Durante el año 2015 la Sociedad  registró una ganancia operativa de $1.785 millones, mientras que en el mismo período de 2014 dicho resultado fue una ganancia de $267 millones.
Como principales causas de esta variación podemos mencionar los mayores ingresos por actividades ordinarias que en mayor medida son derivados del proceso de fusión y en menor medida por; a) los cambios que introdujo la Res. SE 482/2015, b) el resultado positivo por descuento de cuentas por cobrar producto de la disminución de la tasa de descuento, c) el recupero de impuestos a los ingresos brutos, d) diferencia de cambio positiva y e) el recupero de seguros.”
Hace algunas semanas, SADESA se presentó a una licitación  convocada por Cammesa para ampliar el parque termoeléctrico. La propuesta parecía acordada de antemano: casi triplicó al resto de los oferentes y propuso al Gobierno construir un complejo con una potencia total de 1812 megawatt (Mw) de potencia eléctrica que, en total, demandará una inversión cercana a los US$ 1600 millones. Las ofertas se abrieron el 7 de junio y aún no se conoce el resultado, pero se estima que se presentaron para ganar y terminarán construyendo las centrales propuestas en Zárate.
Semejante frenesí de las empresas amigas en el sector energético explica el tarifazo. Para que las cuentas cierren, hay que cumplir las promesas.
El aumento de la luz y el gas hace pasar desapercibido el aumento del agua, pero las idas y vueltas de los inversores tomando como negocio los servicios públicos me recuerda una conversación que mantuve con el entonces jefe de gobierno Mauricio Macri en su despacho de Bolívar 1.
Macri intentaba explicarme por qué él había tenido más visión empresaria que su padre en los años noventa.
“Mi viejo era constructor, quería que lo contrataran, iba, ponía los caños, cobraba y se iba. Y yo le decía: viejo, vos ponés los caños, el agua es gratis, y el gobierno la cobra. ¿Por qué? Quedemosnos con el negocio del agua. Es el mejor negocio. Algo que viene gratis y a granel, y cobrás fraccionado. Por eso me obsesioné con la privatización de Obras Sanitarias. Y perdimos…”
Dicen que fue su mayor frustración. Trabajaron duro para quedarse con la privatizada Obras Sanitarias y perdieron la licitación por centavos frente al grupo Soldatti, tal vez por espionaje industrial, o por cambio de favores en la interna menemista.
Desde entonces, decidió que nunca más perdería una licitación. De eso se trata parte de todo lo que está sucediendo.