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domingo, 23 de octubre de 2016

EDITORIAL. 10 PRIMAVERAS SIN OTOÑO.

El Bolsón (ANPP).-


23 de octubre de 2006. Otoño Uriarte sale de su casa, va a la escuela, luego a lo de una amiga, después a voley, nunca regresa…
23 de octubre de 2006, una adolescente desaparece en la Provincia de Río Negro. Su desaparición deja al descubierto la relación entre las redes de trata y la policía, a la vez que la connivencia del poder judicial y político.
Lo que le sucedió a Otoño, le sucedió y sucede a muchas, la historia de Otoño es la historia de demasiadas; el abismo en el que desaparecen, el “agujero negro” que se las traga y algunas veces las escupe para afuera. Escribe Juan Pablo Hudson “A la vera de avenidas donde se publicitan la persecución de los delitos y los gramos de droga incautados por minuto, la precariedad y el narcogobierno de los territorios, delinean un nuevo modo de violencia hacia las mujeres jóvenes, envolvente e inasible al mismo tiempo. Entre el encierro que pretende protegerlas y las promesas que burbujean en los luminosos chats de Facebook, las pibas se pierden. Y luego vuelven, silenciosas”.http://www.revistacrisis.com.ar/notas/la-comunidad-desollada
Decir que el secuestro y desaparición de jóvenes es una cuestión de Estado, no es en este caso hablar de las políticas públicas que no se accionan, de las inexistentes, de las cajoneadas o eliminadas por decreto, sino que es hablar del "Estado que es cómplice, participe y actor necesario” para que muchas, algunas o todas estas cosas sucedan. Elegir la palabra “hablar” en lugar de “decir” es visibilizar que lo sabemos, que lo estamos poniendo en diálogo y discusión, que lo denunciamos, que estamos caminando, algunas veces más lento que otras, pero caminando, vamos por una calle que se extiende hacia delante. Hablar sobre los femicidios como una cuestión de Estado, es también poner en cuestión qué rol tiene éste, qué papel juega el Poder Judicial en las miles de causas que se acumulan en los juzgados, en las formas que se caratulan, en los modos que se resuelven. Soledad Vallejos escribe “A la Justicia todavía le cuesta ver los femicidios y condenarlos, aún usando la ley que los sanciona. Un análisis de los casos juzgados y sentenciados desde la aplicación de la ley que lo tipificó (diciembre de 2012) hasta agosto de este año indica que los tribunales, consideran “casos cometidos en el ámbito de la pareja o intrafamiliar” como “agravados solo por el vínculo, sin visibilizar el componente de violencia de género presente en esos crímenes”. http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-311642-2016-10-13.html
19 de octubre de 2016. Paro de Mujeres. Miles de mujeres dejan lo que estaban haciendo, lo cotidiano que insume sus horas, salen a las calles las que están en fábricas, oficinas, escuelas, centros culturales. Están vestidas de negro, en su mayoría, negro por el luto. La convocatoria nace del dolor profundo y de la fuerza que sienten. El fin de semana anterior fue el 31 ENM, las que asistieron se fueron fortalecidas, empoderadas, con la sensación de que se puede acabar con el patriarcado y construir nuevos modos de habitar el mundo y relacionarse. El mismo fin de semana, Lucía, de 16 años, es violada, torturada, muere de un paro cardíaco por el dolor que le produjeron. Las mujeres reaccionan y accionan convocando un paro nacional, para visibilizar no solo que las están matando, sino que sin el trabajo productivo de las mujeres, este mundo no funciona.
19 de octubre de 2016 17 hs, nueva marcha. Mujeres, lesbianas, trans y travestis, se autoconvocan en todo el país, en cada plaza para visibilizar el “BASTA” de femicidios, de trata de persona, de secuestro, violaciones, explotación. “Somos las amas de casa, las trabajadoras de la economía formal e informal, las maestras, las cooperativistas, las académicas, las obreras, las desocupadas, las periodistas, las militantes, las artistas, las madres y las hijas, las empleadas domésticas, las que te cruzás por la calle, las que salen de la casa, las que están en el barrio, las que fueron a una fiesta, las que tienen una reunión, las que andan solas o acompañadas, las que decidimos abortar, las que no, las que decidimos sobre cómo y con quien vivir nuestra sexualidad. Somos mujeres, trans, travestis, lesbianas. Somos muchas y del miedo que nos quieren imponer, y la furia que nos sacan a fuerza de violencias, hacemos sonido, movilización, grito común: ¡Ni Una Menos! ¡Vivas nos queremos!http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-312165-2016-10-19.html 
Muchas plazas se llenaron, muchas calles se recorrieron, cada gran ciudad, cada pequeña comunidad tiene “UNA MENOS”. En cada lugar de distintos modos, ya sea con acciones colectivas, muestras de foto y marchando como en El Bolsón, o, reunidas en una gran ronda de mates, abrazos y lágrimas como en El Hoyo, o con multitudinarias columnas de paraguas como en CABA. Vestidas de negro, con carteles, con remeras, con fotos, con nombres escritos colgados de los cuellos, cantando o gritando, con la intención de “ser las voces de las que ya no tienen voz”, las mujeres, lesbianas, trans y travestis se encontraron, gritaron, cantaron, se juntaron y aunaron, acompañadas de varones; varones que día a día también desde sus lugares cuestionan los roles que les fueron y son impuestos socialmente, varones que en su mayoría caminaron al lado acompañando, dejando gritar fuerte a las mujeres, que son quienes le ponen el cuerpo a los femicidios. Cientos de miles de cuerpos atravesados por el dolor hermanado de las ausencias de otras miles, cientos de miles de cuerpos que se encuentran en la “sororidad” que las aúna.
Este presente nos encuentra a todas y todos revisando nuestras prácticas, nuestras palabras cotidianas, nuestros modos de relacionarnos, de mirarnos, de sentirnos; porque el Patriarcado nos atraviesa a todas y todos, desde lo más abstracto hasta lo más cotidiano, pero nos encuentra intentando:
desarmar para rearmar
desenredar para tejer
mostrar para poder ver
desentramar para desanudar
buscar para encontrar
salir para gritar
gritar para no callar
la calle tomada nos cobija
la calle tomada nos encuentra
la calle tomada nos junta

23 de octubre de 2016, se escuchan truenos, será que va a llover dirán algunos, otras y otros diremos no es lluvia, lo que cae son nuestras lágrimas, llenas de recuerdos, de dolor llenos de angustias, de alegrías llenas de construcción de futuro, de emociones llenas de encuentros, de fuerzas llenas de poder.