Lomas de Zamora (Revista Sudestada).- Una reflexión de Marcelo Valko sobre el asesinato a Cristian Ferreyra, militante del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE), asesinado a quemarropa cuando resistía un desalojo, por hombres del empresario Ciccioli. Estas acciones son frecuentes en Santiago del Estero, donde las comunidades campesinas vienen siendo hostigadas por el agronegocio y sufriendo agresiones que cuentan con el aval y apoyo de la justicia y el ejecutivo de la provincia.
Por Marcelo Valko
El mundo se indigna contra Benetton por la foto que muestra al papa alemán besándose en la boca con un líder religioso islámico. Sin embargo, habría que indignarse contra la firma Benetton por algo más que ese montaje que a nadie que no sea un chupacirios puede molestar; deberíamos indignarnos contra Benetton por el caso de la compra de las 900.000 hectáreas de tierra en Leleque, latifundio que también termina engullendo –injusticia mediante- las 300 hectáreas de la pareja Curiñanco Nahuelquir.
O sería mejor indignarse ya no contra una empresa multinacional, sino contra el gobierno de Formosa que sigue atentando contra la comunidad qom de La Primavera con los disparos efectuados contra un hijo y un nieto de Félix Díaz, que no causaron muertos solo porque no acertaron.
En cambio en Santiago del Estero sí acertaron los matadores de Cristian Ferreyra, de 23 años, militante del MOCASE por resistir el desalojo de una tierra que desde siempre habitó su familia. Tierras, toda esta gente tiene hambre de tierras y no se detiene ante nada ni ante nadie.
En lugar de indignarse por estupideces, ¿no sería buena idea que la prensa que le dedicó tanto espacio al tema de la foto del papa alemán se ocupara de los numerosos muertos que siguen muriendo pero también viviendo por la defensa de sus tierras ancestrales a la que siguen regando con la generosa sangre de los que nada tienen salvo su vida, y que esos sicarios persisten en transformar en abono?. Los matadores están jugando con fuego y aprovechándose de la paciencia mineral de la tierra.
Pero llegará el día en que como Inkarry, ese rey inca que fue destrozado por los conquistadores, terminará de recomponer sus partes en el interior de la tierra donde crece como un tubérculo mágico y se levantará para impartir la justicia de la tierra.
¿Cuándo será hora de indignarse ante la injusticia que evidentemente sigue mirando siempre para otro lado, siempre para el lado de los que tienen las miles de hectáreas?
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