Por Carlos Fabián Tummino
Baja el Alto... lamiendo sus heridas
y sus mocos de llantos contenidos ...
con puños apretados de vacíos ...
con dientes apretados de corridas ...
Con hambre de Justicia y de comida ...
con fríos que agarrotan los sentidos,
pues antes de nacer ya lo han parido
mil vientres de exclusión desde otras vidas .
Y estos brotes de Tierra Dolorida
y estos Seres de barro desteñido ...
ocultos, cabizbajos, perseguidos
explotaron buscando una salida
Despertando de tantas inmundicias
con Tiempos de relojes detenidos
Los Muertos bajan llenos de alaridos
Y los Vivos cansados de injusticias
Piedras frente a las balas esparcidas
y frente a un miserable uniformado
va otro pobre por él discriminado
va la nieve, con sangre, envilecida
La Ciudad con sus lacras contenidas
se negaba a aceptar el Cruel Destino ...
Por la espalda uniformes asesinos
disparan cobardías homicidas.
Mientras tanto el discurso incompetente
con sus viscosidades de gusano,
de Pilatos lavándose las manos...
de Herodes en el Día de Inocentes ...
sigue sin aceptar que sus Partidas,
presupuestos corruptos y abultados ...
nunca derrama el vaso que han llenado
para beberse a solas y a escondidas
Cómo fue que no vimos vulnerada
la piel en el pellejo del hermano
Cómo fue que, sordos, no escuchamos
caer su Humanidad acribillada...
Cómo es que no sentimos magullada
el Alma con aquellos sepultados
Y digo ... cómo fue que toleramos
la Verdad tantos años sepultada.
Tal Vez de las cenizas renacidas
la Solidaridad surja en un gesto...
Tal vez ... solo tal vez sea por esto
baje el Alto lamiendo sus heridas.
Editoriales ANP
