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miércoles, 21 de noviembre de 2012
ENTRE RÍOS TAMBIÉN BAJO LA AMENAZA DEL FRACKING
El poder espera el choque en 2013, pero no calibra su intensidad. Fracking, una fábrica de bronca y resistencia.
Por Daniel Tirso Fiorotto
Paraná, noviembre de 2012 (Revista Análisis).- Los testimonios de la lucha contra la fractura hidráulica demuestran que se ha desatado una dura pelea en todo el territorio entrerriano. Desde el gobierno apoyan el método extractivo sin dar razones, y no calibran la fuerza de la confluencia de sectores que ya dieron la voz de alarma. Sin licencia social, la pretendida Entre Ríos gasífera está siendo encarada con torpeza en el poder, y los vecinos acuden al derecho precautorio y se alistan para una movilización que promete y que está involucrando a la juventud. A la disputa técnica se agrega la ausencia de credibilidad para dar un paso que compromete el futuro.
El grave problema de credibilidad de la dirigencia, y los peores antecedentes que llegan de afuera, son dos pesadas mochilas que los defensores de la fractura hidráulica deben cargar de entrada en Entre Ríos.
Una decena de documentales realizados en distintos continentes, y de fácil acceso en internet, pero además bien divulgados por ambientalistas entrerrianos, muestran cómo una familia abre una canilla en la pileta de la cocina, le arrima un encendedor y el grifo se convierte en un soplete. La experiencia puede verse repetida en numerosos lugares.
En otras imágenes, el agua que ayer era cristalina se muestra turbia. O los vecinos lamentan tener que abandonar las napas porque se han mezclado con productos tóxicos provenientes de la fractura hidráulica.
Agua que se prende fuego, agua oscura por la mezcla con un cóctel de químicos, son expresiones que están generando un fuerte rechazo en los entrerrianos porque esos datos son irrefutables y el panorama oscuro.
Y porque los entrerrianos han liderado las luchas regionales por el ambiente natural, desde que lograron que el pretendido represamiento del Paraná Medio trocara en una ley anti represas, como consecuencia de sus campañas de concientización y sus luchas.
Y desde que, años después, Gualeguaychú, Concepción del Uruguay y Colón levantaran la voz contra las megapasteras. O hace pocos meses lograran derogar una ley que entregaba el delta entrerriano al capital concentrado.
Además, los documentos sobre el fracking inundan la red, y llaman a ponerse en guardia. Es que la fractura hidráulica ya fue prohibida en países como Francia y algunas regiones de los Estados Unidos, o puesta en veda en otros puntos del planeta hasta que se aclaren sus efectos.
Así las cosas, los grupos ambientales que se multiplican en Paraná, Concepción del Uruguay, Gualeguaychú, Larroque, Gualeguay, La Paz, Colón, Basavilbaso, y otra decena de localidades, todos ellos decidieron enfocar la mirada en el fracking y lo que encuentran son sirenas y luces rojas.
Ya venían estudiando el agua. Hace no menos de dos décadas que el agua es un tema central en las organizaciones civiles de los entrerrianos (siempre lo fue, ahora con más conciencia); incluso desde que tocamos el acuífero Guaraní y extraemos agua caliente para mover el turismo.
Paraná y Federación
Si los primeros pozos se harán en los departamentos Paraná y Federación, habrá que admitir que las autoridades tienen por delante dos huesos duros de roer. Las convicciones ambientales en la capital provincial, y la fuerte conciencia por el acuífero en Federación llaman a la resistencia.
El geólogo Alfredo Serra advirtió en una de las reuniones contra el fracking realizada en Agmer Paraná que desde la ciencia podía fundamentarse que en esta provincia el fracking no tocaría el acuífero Guaraní, dado que las fracturas podían realizarse (en caso de hallarse gas de esquisto) a 4.000 metros de profundidad, y el acuífero está más cerca de la superficie, entre 800 y 1.200 metros, separado por gruesas rocas.
Por eso, dijo, en esta concientización debían estudiarse bien las razones para no tropezar en el primer debate. Afirmó que la realización de los pozos, las pruebas y luego la extracción tenían riesgos altísimos de contaminación en sí mismos, por la manipulación de elementos químicos que se usan para permitir el deslizamiento del combustible hacia la superficie, sin contar la fractura misma que se realiza a gran profundidad y por cuyas grietas pueden filtrarse los químicos nocivos hacia las napas de agua potable.
Faltan garantías
Los ambientalistas sostienen que el poder no da garantías en la perforación, no da garantías en las pruebas ni el necesario aislamiento de los acuíferos, no da garantías en la fractura; que no está claro qué pasará con los productos químicos introducidos a gran profundidad, no está claro qué harán con las sustancias químicas que vuelvan a superficie con el gas y cuál será su destino, y tampoco está claro si son biodegradables y algunas, con certeza, no lo son.
El conflicto se acaba de desatar en una provincia que se caracteriza, precisamente, por sus fuentes extraordinarias de agua potable, en sus 41.000 kilómetros de ríos y arroyos, en sus acuíferos cercanos y profundos. Y con una población ya sensibilizada y organizada en organizaciones sociales, por la embestida del capitalismo sobre las riquezas naturales en materia de pasteras, soja y represamientos.
Sin olvidar que esta provincia ya entregó la mayor parte de las 78 mil hectáreas del Lago de Salto Grande, que prometía desarrollo para los entrerrianos y sin embargo, desde que comenzaron a andar las turbinas los departamentos cercanos no han hecho más que perder población. Como prueba están los casos de Nogoyá y Tala, principalmente, que en 60 años no sólo no crecieron sino que retrocedieron en cantidad de habitantes; y también Villaguay, Federal, Feliciano, La Paz, que incluso en la última década mostraron un crecimiento demográfico nulo. Sin contar los efectos distorsionantes que Salto Grande provocó en el pueblo de Concordia.
Todo ello genera en los vecinos la pregunta central de esta disputa: energía para qué, energía para quién, y a qué costo en materia de ambiente, salud, paisaje, futuro.
Como si fuera poco, algunos expertos aseguran que la extracción de gas de esquisto es inviable sin subsidios del estado. Y de hecho, se preguntan, por qué las empresas privadas no exploraron y perforaron por su cuenta y riesgo, si es cierto que estamos ante un mar de oro.
Ni siquiera es rentable
Félix Herrero, abogado y licenciado en economía, miembro fundador del Grupo Moreno y actualmente Director del Instituto Programático de Proyecto Sur, brindó en Paraná una charla titulada “Crisis Energética y Fracking – Peor el remedio que la enfermedad’’, y afirmó allí que el Fracking no es rentable dado que los costos de explotación son demasiado elevados con respecto a su precio. Además subrayó que la tasa de retorno energética es también negativa, debido a que, para extraer gas con este medio, se utiliza más energía que la que se obtiene.
Así las cosas, el hueco se taparía como es norma en la Argentina: subsidios del estado a las multinacionales.
¿Entonces qué hacer?, le preguntaron, y llamó a modificar la matriz energética, con un compuesto de energías renovables como la solar o la eólica
Para Herrero, YPF no fue nacionalizada sino intervenida en su administración, y que ya se está ofreciendo a empresas chinas, estadounidenses o inglesas, de modo que el petróleo sigue en manos de las multinacionales.
Respecto del entrerriano Miguel Galuccio subrayó su obsesión con el fracking, siguiendo la línea de su trabajo previo en empresas petroleras británicas, desoyendo las alertas sobre los efectos ambientales. Y recordó que el gobernador Sergio Urribarri ya hablaba de fracking con Galuccio en Londres cuando el paranaense se desempeñaba como gerente de la británica Schlumberger, líder en fractura hidráulica en el mundo.
“Como líder de la empresa líder –dijo Galuccio a los empresarios hace pocas semanas- yo voy a defender su inversión. Créanme que podemos crecer haciendo dinero. Necesitamos partners estratégicos y que traigan el equipamiento, pero también estamos abiertos a socios financieros para desarrollar el no convencional de manera rentable”.
Galuccio es experto en fracking, y está decidido a instalar el sistema en su propia tierra natal.
Campo de intersección
Los grupos que venían advirtiendo sobre los efectos de las megapasteras, los agrotóxicos, las industrias contaminantes, los basurales, o las plantas atómicas vecinas, y que luchan por la naturaleza en una isla, por el camino de sirga, la biodiversidad en el delta, la atención de las áreas protegidas o contra los desmontes y las fumigaciones, hoy encuentran una zona de intersección de sus campos en el fracking.
Ante los numerosos puntos turbios del problema, sobresale la credibilidad disminuida o nula de la dirigencia política y el empresariado.
Claro que no es un factor que pueda ser considerado entre las variables de los geólogos pero es central para el pueblo. Los empresarios y los políticos prometen y no cumplen. Es un dato objetivo. Así, los vecinos más conscientes de los problemas del ambiente quieren curarse en salud, porque saben que si dan la uña el poder se tomará hasta el codo.
De manera que no se trata ya de una discusión sólo técnica sino de índole política.
¿Cuántas veces se advirtió que la privatización de YPF iba a provocar un daño tremendo a los argentinos? Los mismos partidos que hoy acompañan el fracking fueron los que privatizaron el petróleo, y fueron los que luego incorporaron a empresarios amigos a YPF, empresario que se iba a quedar con un cuarto de la mayor empresa del país sin desembolsar un solo peso de su bolsillo. Estafa a la luz del día.
Todo se abordó por la fuerza de los hechos, cuando el país se tornó inviable por el impacto severo de las importaciones de combustibles sobre la economía. Y nadie pidió disculpas, siquiera.
Frente a esta clase de dirigencia, ¿quién estará dispuesto a correr el riesgo de que pinchen la provincia con mil pozos y mezclen las napas, para que a los cinco años todo deba revertirse y ya no haya vuelta atrás con la contaminación?
Si desde hace quince años la producción agropecuaria crece en forma sistemática y los granos valen cada vez más, y los entrerrianos continúan sin solución de continuidad en el proceso de destierro que los caracteriza, ¿en qué se basarían los economistas para sostener que la producción, sea de granos o de gas, puede favorecer al conjunto de la población?
Hace dos décadas se producían 600 mil hectáreas con granos sin valor en el mundo, y los entrerrianos vivían sin caminos vecinales. Hoy se producen 2 millones de hectáreas con granos que valen como pepitas de oro, y sin caminos vecinales…
Dicen los ambientalistas que el régimen no da garantías. Los mismos gobiernos que durante veinte años no han podido limpiar el arroyo Las Tunas, o La Santiagueña, y tienen a sus vecinos orilleros viviendo en la peor inmundicia, no tienen autoridad para garantizar que darán un destino confiable a los efluentes de la extracción no convencional. Si no pueden con un arroyito no podrán con el mar. Eso se escucha en cada una de las asambleas.
Otra cosa que se advierte, es que en YPF no están los defensores clásicos, sino algunos con trayectoria junto a las multinacionales extractivistas.
El propio presidente de YPF, Miguel Galuccio, le hacía propaganda con su rostro a Repsol…
En esto de la credibilidad rota sobran los ejemplos.
Así las cosas, los gobiernos no cuentan, a la hora de lanzar proyectos, con el problema de credibilidad que padecen, por sus propias mentiras seriales.
Los vecinos acuden al principio precautorio, y a la licencia social que nadie otorgó. El Foro Ecologista, la Cátedra Abierta de la Facultad de Ciencias de la Educación, Agmer Paraná y otras organizaciones, además de algunos partidos de oposición reunidos en torno de la figura de la diputada María Emma Bargagna, están estudiando y difundiendo el problema de la fractura hidráulica. Bargagna presentó, de hecho, un proyecto para prohibir el fracking.
En esta línea se destaca la formación del Movimiento Entre Ríos Libre de Fracking.
En memoria de Luis
El profesor de ciencias económicas y periodista Marcerlo Olivieri, santacruceño de Pico Truncado y radicado en Colonia Avellaneda desde hace unos años, se sumó de entrada a la movida porque conoce de adentro el sistema y no lo aconseja.
Olivieri vio que varios obreros del petróleo, entre ellos su padre Luis, morían afectados por cáncer de pulmón y esófago.
Él mismo fue transportista en la producción petrolera en su provincia, y sufre un debilitamiento en la dentadura y en los huesos y problemas en el oído y la vista que los especialistas atribuyen a una contaminación radiactiva que pudo sufrir en la explosión de un pozo.
También fue testigo de la aparición de agua empetrolada en las canillas de los hogares de la localidad de Koluel Kaike, en Santa Cruz Norte, por la rotura de un oleoducto que contaminó a gran parte de las viviendas.
Según Olivieri, los pozos horizontales, la direccionalidad de los pozos, ya comenzó hace varios lustros apenas se entregó YPF a las multinacionales, aunque entonces no se usaba la fractura. Pero vio con sus propios ojos el atascamiento de herramientas en la perforación y los procedimientos de alto riesgo ambiental, para superar esos accidentes.
Poco antes de morir, su padre le sugirió que largara el trabajo en las petroleras, y se dedicó a la docencia. “Aquí te vas a morir como yo”, le advirtió.
Salvando distancias, hoy Marcelo es al fracking lo que Fabián Tomassi a los agrotóxicos. Y sabe que el mundo de las multinacionales y el atropello petrolero se multiplican en la extracción de gas no convencional por el uso de sistemas violentos y tóxicos.
Hojman: salir del letargo
La ingeniera agrónoma Rosa Mirta Hojman, presidenta de la organización Proyecto Tierra, analizó de este modo la situación a pedido de ANÁLISIS.
“Hace algunos meses que hemos conformado una asamblea preocupados por la intención de YPF de explorar el subsuelo entrerriano para la obtención de gas y petróleo no convencional. Estamos difundiendo la información pues nuestro pueblo no esta sabiendo que el agua está en peligro, que nuestra estilo de vida está en riesgo, porque nos quieren vender espejitos de colores de desarrollo económico, cuando en realidad como todos los proyectos extractivitas lo único que importa es el recurso que se saca como sea, aun exprimiendo la tierra para sacarle una moneda mas, a costa de la supervivencia de los ecosistemas y las sociedades que viven en ellos”.
Para Hojman, hay que decir no al fracking acá y en todos lados, hoy y siempre.
“Eso dicen las consignas por altavoces hermanos de otros territorios en Argentina, Europa y Estados Unidos, en lucha contra este método de fractura hidráulica que usa millones de litros de agua, con cócteles de más de 500 productos químicos muchos de ellos con efectos comprobados para la salud, quedando mas del 60 % de esa mezcla en el suelo y el resto, lo que se saca con el gas, queda depositado al aire para su evaporación, afectando por consiguiente el agua, el aire y el suelo”.
-¿Que podemos hacer? “Informarnos, informar, juntarnos, necesitamos salir del letargo cotidiano y exigir lo que es nuestro derecho ciudadano a vivir de nuestro trabajo en esta tierra bendita por los ríos portadores de vida, comprometernos con la construcción de un modelo productivo a escala humana, para nosotros para nuestros hijos y las generaciones por venir”, sostuvo.
Agmer abre puertas
"Como conducción de AGMER Paraná tomamos el tema de la lucha contra el fracking como ‘tema de Estado’, dijo a ANÁLISIS la dirigente Alejandra Gervasoni.
“Creemos que es primordial y prioritario luchar por la defensa de nuestro medio ambiente, nuestros recursos naturales y la vida. Por ello mismo es que en AGMER Seccional Paraná no sólo se realizan las reuniones de la asamblea contra el fracking sino también las de la asamblea ‘El río es de todos’ (por el borde costero y en defensa del Delta), y de la asamblea por el tratamiento responsable y sustentable de la basura en Paraná; así como lo ha hecho también la multisectorial en defensa de la Ley 8732 y nuestro sistema de jubilaciones... Son todos temas que como sindicato docente consideramos que ética y políticamente tenemos la responsabilidad de sostener y defender”.
“El fracking –agregó- es parte de la depredación que el poder hegemónico realiza sobre los recursos naturales avasallando nuestros derechos”.
Con tóxicos, sin futuro
El economista y catedrático Luis Lafferriere advirtió: “una seria amenaza pende sobre los entrerrianos. De continuarse con esos planes y de hallarse ese gas en poros de rocas del subsuelo, la idea es realizar la explotación para su extracción mediante la técnica de la fractura hidráulica. Lo que quiere decir, en otras palabras, la condena de nuestra provincia a ser ‘una zona de sacrificio’ y a sobrevivir en un territorio cada vez más contaminado, con la segura pérdida de sus recursos acuíferos”.
Luego de ofrecer datos técnicos, Lafferriere alertó: “las explosiones generadas pueden provocar movimientos sísmicos de hasta 4 grados (como ha sucedido en países donde se comenzó a utilizar esta técnica)”.
“Las consecuencias de esta explotación (de acuerdo a los precedentes en otros lugares del mundo) es la contaminación de suelos y agua, la crisis de producciones agropecuarias de la zona y la creciente imposibilidad de la vida en las cercanías de los pozos”.
“La sociedad, a pesar del desconocimiento inicial del tema, ha comenzado a movilizarse y organizarse para impedir que avancen esos planes depredadores en nuestro territorio”.
El planeta cambió
El estudiante Javier Cabrol sostuvo que el ciudadano común “no les va a perdonar” a los dirigentes este método.
“Sentí una carga enorme al tomar conciencia de que éramos muy pocos los entrerrianos que sabíamos todo esto que nos querían hacer. Esa misma reacción encuentro, varios meses después, en muchas de las personas con las que vamos hablando del tema. Los chicos llegan a sus casas y comentan a sus padres y familiares, en el barrio. Los docentes se van corriendo la bola y cada vez piden más charlas en sus escuelas. Nos vamos encontrando en el camino, con gente que tiene un montón para aportar”, señaló Cabrol, miembro del Centro de Estudios Municipales y Provinciales - Cemupro-.
"Cuando me toca hablar del tema trato de transmitir la información que hemos ido consiguiendo tan objetivamente como me resulta posible. Lo que pretenden hacer ya es lo suficientemente terrible como para transmitirlo en un tono alarmante… En varias ciudades de la provincia se han presentado iniciativas similares a la que proponemos, para prohibir el fracking en su zona. La ciudadanía se involucra y se han formado varios grupos en distintos lugares”.
“Hemos planteado la idea de hacer una reunión provincial, no sólo para protestar contra la imposición de la fractura, sino para sentarnos a debatir alternativas, pensar que otras formas de energía se pueden desarrollar, cómo podemos gastar menos, etc. En fin, queda mucho por hacer”.
“Cada vez estoy más convencido que el ciudadano común no se los va a perdonar; hay compañeros que están dispuestos a poner el cuerpo...”
Cabrol aseguró que la cementación de las perforaciones “es defectuosa en una proporción inaceptable. Tanto que la pregunta no es si la cementación fallará o no, sino en cuánto tiempo fallará”. Luego dijo que por cada vez que se fractura un pozo horizontal “se convierten millones de litros de agua en veneno, con químicos agregados en la superficie y elementos que ese veneno trae del subsuelo, incluidos metales pesados y materiales radioactivos. Ese fluido de fractura no tiene destino final resuelto”.
Sangre, sudor y lágrimas
“Creo que si se hiciera fracking en nuestra provincia, lo pagaríamos literalmente con sangre, sudor y lágrimas”, dijo Javier Cabrol.
“El agua que ingerimos todos los días se convierte en el plasma de nuestra sangre, en el vapor y líquido que exudamos, en el fluido que liberan nuestros lagrimales. Tarde o temprano, por el daño ambiental causado por un pozo y el daño acumulado de cientos o miles, nos quedaríamos sin el agua que necesitamos para transpirar, para llorar de alegría o de tristeza… La estrategia del gobierno para avanzar es desinformar”, concluyó el joven Cabrol.
El proyecto presentado por la legisladora del Frente Amplio Progresista María Emma Bargagna tiene 24 palabras, es decir, la cantidad exacta de provincias sumadas a la capital federal, como un mensaje para que se aplique a todo el país. “Prohíbese en todo el territorio de la Provincia de Entre Ríos la exploración y explotación de hidrocarburos mediante el sistema de fracturación hidráulica (‘fracking’)”. Breve y conciso como todo proyecto de ley que no deja huecos.
En las antípodas se encuentra nada menos que el gobernador Sergio Urribarri.
Tras un viaje a Gran Bretaña, comentó: “a juzgar por lo que saben los principales jugadores de la industria de los hidrocarburos del mundo, Entre Ríos está dentro de las áreas de desarrollo de algo que revolucionará el esquema energético de la Argentina y de la región como lo es el denominado shale gas o gas no convencional”.
Un gobernador del principal partido oficialista de la Argentina reconoce allí que no son sus expertos, sus equipos de trabajo, los que muestran las líneas políticas sino “los principales jugadores”… Es decir, los interesados en grandes negocios.
Luego apuntó: “con este tipo de hidrocarburos en la Argentina está empezando a pasar lo que ya se vio que pasó en los Estado Unidos: comienza en un lugar y después se extiende a toda una región. En Estados Unidos el gas no convencional movilizó a la economía del país que es la mayor del mundo, imagínense lo que podría hacer con la Argentina y con Entre Ríos porque, por suerte, la provincia está en la zona de desarrollo potencial”.