El Bolsón, 26 de agosto de 2011 (Foro de las Infancias).- Las personas que participamos del Foro de las Infancias y los representantes de las Organizaciones que conformamos el Consejo Municipal para la Protección Integral de los Derechos de las/os Niñas, Niños y Adolescentes (creado mediante Ordenanza 120/2010), queremos emitir algunas consideraciones respecto a la manera en que en ciertas oportunidades los medios periodísticos y personas que utilizan a los mismos tratan temas y problemáticas vinculadas con la población infanto-juvenil de nuestra localidad, con miras a abrir el debate y propiciar espacios de construcción que conlleven a mejorar el trato hacia nuestros pibes y pibas, considerándolos real y efectivamente nuestro centro de interés superior (máxima satisfacción, integral y simultánea de los derechos y garantías) y en pleno respeto de los marcos legales que deben tenerse en cuenta por ser sujetos de derechos.
Coincidentemente, el pasado 06 de julio se realizó en la legislatura rionegrina, impulsado por el Consejo por los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes de la provincia (CONIAR), un encuentro sobre "Periodismo responsable en infancia, adolescencia y familia". Acerca del mismo, el diario Río Negro informó; “la titular de ese organismo, la legisladora Adriana Gutiérrez, explicó que a raíz de determinados acontecimientos ocurridos en la zona que provocaron la difusión de situaciones que involucran a menores, desde el cuerpo que preside se decidió llevar adelante esta actividad para proponer herramientas que permitan comunicar estos temas de manera responsable…¿Cuál debería ser el abordaje más adecuado?, ¿los medios son parte de la solución o, en cambio, son una parte más del problema?..”. Alejandro Cobo, especialista en cuestiones de medios, educación y niñez, manifestó: ““hay que dar visibilidad a los niños, a lo que hacen en las escuelas, darles espacios para que se expresen, pero también es necesario clarificar, contextualizar y evitar estereotipar a la niñez indicó entre otras recomendaciones a los periodistas. Consideró como riesgos la espectacularización; si el tema ya es violento exponerlo es doblemente violento, y además generar una visión estereotipada y rígida de la realidad, si no se debate el tema queda cristalizado. No es un tema solamente de los medios sino de la sociedad toda que debe articular acciones…” Cobo sugirió "hacer noticiables los derechos del niño, las campañas solidarias, los proyectos escolares, las actividades barriales". Y concluyó asegurando que "a cada uno le corresponde una responsabilidad. Hay que crear espacios de interrelación, donde cada uno aporte y se delimite hasta dónde puede llegar cada sector. En lo más profundo está lo educativo. Necesitamos educarnos para los medios, comprometernos e instalar esto de que la infancia es una prioridad".
En nota del mismo diario, Adrián Ardén, periodista rionegrino y editor de contenidos de Periodismo Social expresa: "hay cosas que nos llaman mucho la atención. Por ejemplo que en los noticieros el 43 o 44 por ciento de las noticias relacionadas con chicos tiene que ver con violencia y eso no tiene ninguna relación con lo que pasa a los chicos todos los días".., "la mayor cantidad de notas sobre violencia tiene que ver con niños que son víctimas, pero cuando son agentes de la violencia las notas están el triple de tiempo en pantalla que en las que son víctimas"..."muchas veces no se consulta a los especialistas y no se escucha la voz de los chicos, lo cual nosotros recomendamos en algunos casos, y en pie de igualdad, porque muchas veces se les da la voz a los chicos pero como personas a futuro. Hay que respetar su opinión porque conocen del tema del que están opinando. A veces se les da la opinión pero se les impugna"…”lo importante es tener en cuenta que detrás de cada noticia siempre hay un derecho al que nos estamos refiriendo implícitamente y hay que poner la mirada en eso".
Asimismo, una encuesta realizada por Unicef (publicado por Periodismo Social, La Razón y Página 12 – 15-07-2011) dice que en nuestro país tres de cada cuatro adolescentes alguna vez vieron cómo discriminaban a otra persona. Y dos de cada cinco se sintieron discriminados alguna vez.
En nuestro medio, nosotros observamos:
- convocatorias a comparecer a niños y/o a sus padres, nombrando explícitamente a los primeros (haciendo público temas que deben resguardar privacidad);
- calificaciones a algunos adolescentes, que oportunamente protestaran y escribieran consignas alusivas en paredes, de “golpistas”, “antisociales”, “inadaptados sociales”, “bárbaros”. Se da mayor cobertura e impacta más este hecho erróneo y reparable que surge como secuela que al hecho disparador del mismo, la pérdida irreparable de una vida. También se los trata de filmar (“escrache”) como medio intimidatorio. “Rascan donde pica, pero no explican por qué pica: sólo insisten en que si uno sigue rascando maníacamente, tarde o temprano va a sacar sangre, y entonces habrá otra cosa en qué concentrarse que ya no es picazón” (Juan Forn – Página 12);
- el trato que se brinda ante conflictos que se generan con ellos (como respuesta adulta de la sociedad) se contrapone con lo que desde el ámbito educativo se trabaja; mediación, resolución pacífica de conflictos, Un trato por el Buen trato, fútbol callejero, Programa familias fuertes, Consejo de Convivencia, conductas prosociales, Filosofando con niños, Educación sexual y afectiva. (“Es fácil decir, ¡eh chicos no muerdan!, cuando uno ya no tiene dientes”/ proverbio sufí);
- victimización secundaria de niños/as abusados o maltratados, publicando detalles dolorosos y que requieren de cuidado de manera escabrosa, teorización sobre el tema exenta de profesionalismo, carencia de objetividad e intencionalidad de magnificar y de orientar hacia respuestas represivas de violencia;
- presión mediática que identifica a los jóvenes como los responsables de los males que aquejan a la sociedad; que exige su exclusión y castigo;
- poca difusión acerca de los proyectos institucionales que dan respuesta directa a las problemáticas de la infancia, como tampoco de todas aquellas acciones positivas tanto individuales como colectivas que los jóvenes generan;
- nulos llamados de atención por la inexistencia de una política orientada a la Niñez y Adolescencia, con escasos e insuficientes espacios públicos que los contengan (culturales, deportivos, recreativos);
- nos encontramos con pocas fuentes, con pocas estadísticas, con muchos términos peyorativos y con titulares que derraman estereotipos sobre un grupo social que poco puede hacer para defenderse;
- la falta de aplicación de las regulaciones existentes, en cuanto al consumo de alcohol en chicos/as de menos de 18 años, y el ejemplo para nada estimulante de gran parte de la conducta adulta y de las autoridades correspondientes en nuestra localidad, en relación a esta problemática.
El impacto mediático transmite valores, estilos de vida y consumos promocionados. A través de los medios las palabras y las imágenes construyen mundos, modulan sensibilidades, sensaciones que adquieren el status de exactitud, de verdad. Conocer la cobertura periodística sobre la infancia y la adolescencia permite saber en qué medida las noticias acercan al lector las realidades, necesidades y sueños de los niños, niñas y adolescentes. También cuándo y cómo los chicos tienen oportunidad de expresarse en los medios y opinar en relación a sus derechos.
Por lo expuesto, respecto a nuestros niños, niñas y adolescentes, recomendamos y solicitamos:
• encuadrarnos de manera real y efectiva en lo que nos regula respecto a la niñez y adolescencia (+ - al pie de la presente) poniendo a la Infancia como centro de interés y punto central en el fortalecimiento de la institucionalidad pública y profundización de la democracia en todas sus dimensiones;
• cumplir con lo que dispone el Art. 22 – Derecho a la dignidad (Ley Nac. 26061) “Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a ser respetados en su dignidad, reputación y propia imagen. Se prohíbe exponer, difundir o divulgar datos, informaciones o imágenes que permitan identificar, directa o indirectamente a los sujetos de esta ley, a través de cualquier medio de comunicación o publicación en contra de su voluntad y la de sus padres, representantes legales o responsables, cuando se lesionen su dignidad o la reputación de las niñas, niños y adolescentes o que constituyan injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada o intimidad familiar”. Asimismo el Artículo 16 de la Convención de los Derechos del Niño expresa: “1. Ningún niño será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia ni de ataques ilegales a su honra y a su reputación. 2. El niño tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o ataques”;
• sin ocultar la realidad, informar de distinta manera, analizando éticamente lo que se comunica, sin perder la misión de libre expresión y derecho de información. La Lic. Eva Giberti en “Pediatras en Acción” manifiesta: “ahora tenemos que yugular las distintas formas de violencia sabiendo que estamos involucrados en los que les sucede a los chicos; porque estamos profundamente interconectados con la gestación de esas violencias puesto que el cambio ha incluido prácticas violentas contra los niños de diferentes modos... Se trata de una mirada alejada de la imbecilidad que insiste en hablar de la niñez sin cotizar las violencias que les imponemos”;
• “reducir al mínimo el nivel de pornografía, drogadicción y violencia en sus mensajes y dar una imagen desfavorable de la violencia y la explotación, evitando presentaciones degradantes especialmente de los niños, de la mujer y de las relaciones interpersonales y fomentando los principios y modelos de carácter igualitario.” (Directrices de las Naciones Unidas para la prevención de la delincuencia juvenil);
• promover la incorporación del enfoque de derechos en las noticias que involucren a la infancia. Denunciar, visibilizar, no ocultar, todo aquello que vulnere la integridad de los chicos. Movilizar y calificar a profesionales y medios de comunicación para que cubran más y mejor los temas relacionados con ellos y sus derechos, apuntando a trabajar continuamente en la faz preventiva y promocional. Formar nuevas generaciones de periodistas y comunicadores comprometidos con ello;
• contribuir a la inclusión de la comunicación como estrategia para la movilización y articulación de la sociedad. Construir canales de comunicación y articulación entre los profesionales de los medios y los del área social, economía y política;
• colaborar en la construcción de una imagen de la realidad que integre con mayor fidelidad a todos los actores sociales para contribuir a un diálogo que permita encontrar soluciones sustentables para enfrentar los desafíos que hoy nos amenazan. Los periodistas son testigos y traductores de la realidad pero también ciudadanos, y por lo tanto, protagonistas políticos de esta realidad. Como tales, es de esperar que asuman una porción de responsabilidad, desde el lugar que cada uno ocupa, en el devenir histórico de nuestra localidad;
• contribuir a que la niñez y la adolescencia resalten en la agenda de los medios de comunicación y, consecuentemente, en el impulso hacia políticas públicas en Niñez y Adolescencia, “para que los derechos de la infancia no solo se reconozcan en su condición de existencia, sino que se verifiquen en si condición de ejercicio” (Declaración de Morón, agosto de 2010);
• generar espacios de expresión y debate que garanticen la participación democrática de los mismos, poniendo en valor sus ideas e inquietudes, garantizando además el cumplimiento efectivo de las propuestas que surjan;
• permitir una verdadera escucha a las demandas que ellos nos hacen y que apuntan a la intención de propiciar una sociedad más justa y con mejor calidad de vida.
El Art. 24 – Derecho a opinar y a ser oído (Ley Nac, 26061), dice que “las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a: a) Participar y expresar libremente su opinión en los asuntos que les conciernan y en aquellos que tengan interés; b) Que sus opiniones sean tenidas en cuenta conforme a su madurez y desarrollo. Este derecho se extiende a todos los ámbitos en que se desenvuelven las niñas, niños y adolescentes; entre ellos, al ámbito estatal, familiar, comunitario, social, escolar, científico, cultural, deportivo y recreativo”;
• que toda problemática en los que se vean involucrados sea una oportunidad para trabajar y aprender juntos, generando espacios de diálogo y construyendo nuevos marcos de convivencia, asegurando así esta democracia y nuestra condición de seres humanos;
• dar signos de coherencia entre nuestro accionar adulto cotidiano y lo que de ellos requerimos y exigimos mediante palabras, asumiendo la responsabilidad de acompañarnos en la construcción de una sociedad más armoniosa. respetuosa de la ley y de su cumplimiento;
• establecer encuentros de discusión y construcción desde y con el Foro y el Consejo.
(+) Convención sobre los Derechos del Niño (1989), ratificación Argentina por Ley Nº 23849, Declaración de los Derechos del Niño (Asamblea ONU 1959) y sus Protocolos facultativos, Ley Nacional Nº 26061 de Protección Integral de los Derechos de Niñas/os y Adolescentes y su Decreto Reglamentario Nº 415 del Poder Ejecutivo Nacional, Ley Provincial Nº 4109 sancionada por la Legislatura de Río Negro, Artículos 16/18/22/24/25/26/30/31/33/38/39 de la Carta Orgánica Municipal, tarea de reflexión y construcción de redes que realiza el Foro y la Ordenanza 120/2010 de creación del Consejo.
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