Buenos Aires, 29 de agosto de 2013 (Red Eco).- En la mañana de este miércoles 28 de agosto, la Unión Diaguita movilizó a la capital por cuarta vez para exigir justicia por el comunero Javier Chocobar, asesinado el 12 de octubre de 2009. La masiva movilización -de más de 800 personas-, fue encabezada por los referentes de las comunidades y familiares de Chocobar, quienes bajaron de sus comunidades de base y anunciaron: “vamos a volver a marchar las veces que sea necesario”.
Tucumán (ContraPunto – RNMA para www.juicioporchocobar.com.ar).- El caso Chocobar, en la justicia tucumana, es imperceptible. Salir y tomar las calles, es la vía que les queda a familiares de Javier, sus amigos, miembros de las comunidades indígenas y organizaciones sociales, para dar a conocer a la sociedad un caso de homicidio y complicidad del poder.
Javier Chocobar fue asesinado el 12 de octubre de 2009 en la comunidad indígena de Chuschagasta (Trancas, Tucumán), en el mismo ataque fue baleado Andrés Mamaní y herido Delfín Cata; estos hechos de violencia y muerte fueron llevados a cabo por el terrateniente Darío Amin y los ex policías, Humberto “el niño” Gómez y José Valdivieso.
La movilización, la cual nunca dejó de hacerse sentir en cada paso, en cada bombo, en cada mirada cómplice de apoyo, en tantas banderas y gargantas ardidas de tanto gritar por Javier, realizó algunas paradas donde los y las referentes de las comunidades tomaron la palabra; la parada más importante fue al llegar a Plaza Independencia, donde se expresaron los reclamos. Denunciaron las persecuciones y exclusiones reiteradas, el avasallamiento a sus comunidades, el repudio por la postulación a juez de Fernando López de Zavalia y los intereses económicos que recaen sobre sus tierras ancestrales, sumado a los gravísimos hechos de violencia por parte de terratenientes y empresas. Enfatizaron que en medio de este complejo panorama, se enmarca el caso de Chocobar; a su vez, manifestaron su preocupación, ya que después de cuatro años del hecho, no existe su elevación a juicio oral y los imputados lo esperan libres, ya que la Cámara de Casación, tras dejarlos libres hace tres años, ahora se excusa de definir el planteo del imputado Luis Gómez.
Uno de los hijos de Javier, Audolio Chocobar, expresó que la familia necesita respuestas, que lo que sucedió se haga visible y que la justicia actúe de manera inmediata, porque los derechos están en la constitución provincial y nacional y en diferentes convenios, lo que falta es que se pongan en práctica. Levantaron la voz, frente a la Casa de Gobierno de la provincia, diciendo que ellos no vienen a pedir limosnas, sino que vienen a exigir derechos que les corresponden.
Posteriormente, la marcha continuó a los tribunales provinciales, donde se reiteraron los mismos reclamos, junto a cantos de copleras y sikus que agitaban un aire de lucha, entre banderas que añoraban “sin tierra no hay cultura, sin cultura no hay identidad y sin identidad la existencia no tiene sentido”.
Luchando por casos como el de Javier
El Estado y la justicia no consiguen reparar la historia, una opción sería devolver las autonomías; que no haya destrucción de los paisajes, lugares de producción de la memoria y que penosamente se reinscriben en lugares de negocios y que no presenciemos mas pérdidas humanas injustas. ¿Puede el Estado argentino hacer lo que no ha venido a hacer? Quizás sea una pregunta ontológica, que viene de la matriz, siendo el estado argentino un producto del proceso colonizador.
Se continúa pensando el indigenismo sin indígenas, a menos que estos últimos se incorporen en posiciones dominadas. Los convocados hoy, buscan revertirlo, contar su historia, caminando lento y luchando por casos como el de Javier; que los pueblos actúen y se organicen para hacer tambalear instituciones oscuras y corruptas, es un paso importante. En la mañana de hoy se vivió eso, una gran cantidad de gente ligada a través de una empatía que los reunía en resistencia, de esa que viene metida desde la profundidad de los cerros.
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