La represión policial, avalada por los gobiernos provincial y nacional, se desató cuando un sector de la movilización atravesó el vallado que rodeaba el recinto legislativo. Esta salvaje represión con balas de goma, plomo y gases lacrimógenos, dejó un saldo de varios detenidos y numerosos heridos, entre ellos Rodrigo Barreiro, un compañero herido con balas de plomo en el tórax que debió ser intervenido de urgencia.
Luego de la durísima represión policial, las bancadas del Frente para la Victoria (FPV) y el Movimiento Popular Neuquino (MPN), aliados en esta entrega de nuestros recursos energéticos, aprobaron este acuerdo que ingresará a la historia de nuestro país como un nuevo ejemplo de la entrega nacional, esta vez disfrazado con retórica “nacional-popular” cuando en verdad es una grosera cesión de soberanía.
Estos hechos vuelven a poner en un primer plano las contradicciones insalvables de un gobierno que suele decir una cosa y hacer otra: ¿es “nacional” entregarle nuestros recursos energéticos a una empresa multinacional de nefastos antecedentes como Chevron?, ¿es “popular” reprimir a una movilización de más de cinco mil personas que marchaban contra un acuerdo rechazado por la gran mayoría de la población y las organizaciones populares?
Por eso nuestro repudio no es sólo contra un proyecto económico extractivista y contaminante, sino también contra un proyecto de muerte que viola nuestra soberanía, saquea a nuestros recursos y reprime a nuestro pueblo.
¡No al acuerdo YPF – Chevrón!
¡Basta de represión a las y los que luchan!¡No pasarán!
Editoriales ANP
