Envíenos su nota, opinión o información al correo: delpueblo.prensa@gmail.com
viernes, 29 de marzo de 2013
NUNCA MÁS: DOCUMENTO DE HIJOS ALTO VALLE
Neuquén y Río Negro, 25 de marzo de 2013 (Hijos Alto Valle).- Sólo en la calle tendremos la certeza de resistir… Sólo en la calle tenemos la certeza… de la lucha.
¿Cómo se enfrenta un Pueblo a la injusticia, a las múltiples formas de lo injusto? ¿Qué sucede cuando esos actos injustos son parte de la idea de destruir las relaciones sociales colectivas y su proyección a futuro? ¿Cuál es el grado de indefensión si el mismo Estado es el que lleva a cabo políticas injustas?
Sabemos que la dictadura cívico-militar, que desde el 24 de marzo de 1976 asoló nuestro país por varios años, tenía como objetivo específico terminar con las expectativas de lo colectivo; acabar con la construcción de sentidos sociales consensuados y compartidos; liquidar los proyectos revolucionarios que, justamente, cercenaban la injusticia de cuajo. Los ideales de nuestros compañeros desaparecidos, de nuestros viejos, fueron, son y serán una concreción de la Justicia construida desde abajo, de la igualdad y la equidad en su máxima pureza. Por eso hoy tenemos y queremos resistir; deseamos salir al encuentro de esa esperanza que ellos supieron dejarnos como legado y nosotros tomamos en nuestras manos.
Hoy, resistimos. Hoy, buscamos Justicia.
Tenemos la certeza de resistir las políticas de los sucesivos gobiernos constitucionales que avasallaron y siguen avasallando las libertades democráticas y que se manchan las manos con más de 3.800 casos de asesinatos cometidos por la policía -mal llamados gatillo fácil-, más de 200 casos de personas desaparecidas por razones políticas y sociales y más de 80 personas asesinadas en represiones abiertas a manifestaciones populares.
Tenemos la certeza de resistir una política de juicio y castigo falaz como la que se llevó a cabo el año pasado acá en Neuquén durante el juicio a los genocidas de la región; una farsa de Justicia que relativiza la pretendida sanción reparadora de los crímenes que el mismo Estado cometió hace 37 años; un circo jurídico que ha posibilitado que sólo una quinta parte de los niños apropiados en esos años recuperen su verdadera identidad; un Poder Judicial -que no es sinónimo de Justicia- que ha permitido que sólo 360 represores partícipes del genocidio provocado por el terrorismo de estado sean condenados en 7 años de juicios y que esa cifra sólo represente menos de un represor condenado por Centro Clandestino de Detención; en contraposición a los 320 genocidas que han logrado la “impunidad biológica” de la muerte.
Tenemos la certeza de resistir, aún más, cuando sabemos que hay más de 60 represores prófugos y que casi la mitad de los genocidas imputados en todo el país gozan del beneficio de la prisión domiciliaria que les permite pasearse tranquilos aunque estén condenados; cuando sabemos que el Estado no protege a los testigos de esos juicios que viven vulnerados por los grupos paramilitares y la misma estructura corrupta y asesina de las fuerzas de seguridad, como sucedió con Silvia Suppo y con Jorge Julio López.
Tenemos la certeza de resistir al ajuste producto de la crisis económica, que aumenta la conflictividad social, y que a su vez acentúa la criminalización de la protesta y la judicialización de los conflictos. Así lo prueban los más de 5.000 compañeros procesados por luchar –más de 13 por cada uno de los genocidas llevados a juicios- y la reciente confirmación del espionaje que el Estado despliega sobre las organizaciones del campo popular que padecen continuamente las tareas de persecución, amedrentamiento y el armado de causas por reclamar sus derechos.
Tenemos la certeza de resistir la criminalización de las luchas de nuestros pueblos originarios por sus tierras, y de los sectores que resisten a la economía saqueadora y destructora de nuestros bienes naturales que es símbolo del modelo de exclusión y privilegios que representa el actual gobierno y el sistema económico imperante.
Tenemos la certeza de resistir y denunciamos que el gobierno nacional sostiene un doble discurso: por un lado la reivindicación de los derechos humanos, alentando condenas ficcionales para los crímenes cometidos durante la dictadura militar y tratando de cooptar a los distintos organismos de Derechos Humanos; y, al mismo tiempo, hoy viola sistemáticamente los derechos humanos, utilizando las herramientas represivas del estado para judicializar la protesta social y criminalizar la pobreza. No es un dato menor que el criminal sea siempre el joven, el pobre, el morocho, aquel que es construido mediáticamente como elemento “inútil” y “peligroso” para el sistema, pero que a su vez representa el sector convocado generacionalmente a transformarlo.
Tenemos la certeza de resistir y creemos necesario desenmascarar a los funcionarios –muchos de ellos, ex compañeros militantes- que intentan imponer una versión pasteurizada de la lucha de los compañeros de ayer y de los desafíos de hoy, con una defensa acrítica de la justicia, una absoluta omisión a la represión actual y construyen una memoria meramente simbólica, utilitaria, oficial y oficialista de la lucha de los 30.000 desaparecidos.
Tenemos la certeza de resistir porque esta Justicia que nos proponen, que se supone que debe ser de orden igualitario para todos los hombres y mujeres del territorio, no es más que una justicia recortada, severa para las mayorías populares, y complaciente para los poderosos de siempre.
Tenemos la certeza de resistir y eso nos afirma la idea de que la sociedad va a tener que encontrar caminos nuevos para conseguir Justicia, ya que las vías llamadas tradicionales son insuficientes e ineficaces. Debemos buscar prácticas que impliquen subjetividades activas, militantes de la denuncia de la injusticia y hacedoras de la condena social. Se inventa así una nueva noción de Justicia, fundada en la capacidad popular de producir verdades que el poder no puede desarmar cooptándolas.
Tenemos la certeza de resistir y seguimos diciendo que el único camino para liberarnos de la impunidad de ayer y de hoy es la lucha en las calles y con el Pueblo.
- JUICIO Y CASTIGO A TODOS LOS GENOCIDAS Y POR TODOS LOS CRÍMENES
- BASTA DE PRISIONES DOMICILIARIAS Y CONDENAS IRRISORIAS
- RESTITUCIÓN DE TODOS LOS JÓVENES APROPIADOS
- APARICIÓN CON VIDA DE JORGE JULIO LOPEZ
- APARICIÓN CON VIDA DE LUCIANO ARRUGA Y TODOS LOS JÓVENES DESAPARECIDOS
- JUSTICIA Y RESOLUCIÓN DEL CRIMEN DE SILVIA SUPPO
- NO A LA CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA
- BASTA DE ESPIONAJE A LOS LUCHADORES POPULARES
POR LOS 30000 COMPAÑEROS DESAPARECIDOS,
AHORA Y SIEMPRE
SI NO HAY JUSTICIA, HAY ESCRACHE, HAY JUSTICIA POPULAR
Contacto:
hijosaltovalle@gmail.com