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viernes, 29 de marzo de 2013
EL MOVIMIENTO DEL “NO A LA MINA” EN ESQUEL
Por Gustavo Manuel Macayo
Esquel, 20 de marzo de 2013 (No a a Mina).- En enero de 2001, la Comunidad Mapuche “Huisca Antieco” se vio sorprendida por la llegada de una empresa desconocida a su ocupación comunitaria: se trataba de la Empresa Multinacional Meridian Gold, minera metalífera integrada principalmente con capitales canadienses y estadounidenses.
La empresa intentaba ingresar al territorio Mapuche para realizar prospecciones en busca de oro y tal vez de algunos otros minerales. Pese a la rotunda negativa de la Comunidad, los mineros ingresaron clandestinamente por un sector alejado de las viviendas, pensando que no serían observados. Advirtiendo la situación, los comuneros viajaron urgentemente a Esquel, donde comenzó una fuerte ofensiva contra la Empresa y especialmente contra la Dirección de Minas y Geología de la Provincia del Chubut, que según los mineros, les había otorgado permisos para ingresar a los territorios. Cabe señalar a esta altura, que todo el proceso administrativo había sido realizado sin ninguna consulta a la Comunidad.
Ante el envío de cartas de rechazo, oposición, y diferentes planteos de nulidad efectuados ante los Organismos Mineros Provinciales, alegando la violación de la legislación indígena vigente (Constitución Nacional y Provincial, Convenio 169 OIT) ya en plena vigencia, el estado provincial en ningún momento reconoció el derecho de la comunidad a ser consultada; ni siquiera aceptó el criterio de la aplicación de la legislación indígena a la materia, sino más bien, el Código y Legislación Minera a rajatabla. También se rechazó la falta de Estudios de Impacto Ambiental, alegando que la Dirección de Protección Ambiental no intervenía en la materia minera.
Habiendo interpuesto la Comunidad un Amparo Ambiental, la jueza actuante, dra. Nelly García lo declaró inadmisible, recomendando “agotar las vías administrativas”. Pese a este panorama institucional bastante preocupante, la Empresa desapareció de la escena a dos o tres días de estallado el conflicto, que rápidamente se instaló en los medios de difusión, gracias a una fuerte campaña impulsada por la Organización Mapuche Tehuelche “11 de Octubre” y otros sectores solidarios con la Comunidad Mapuche.
El tema permaneció poco más de un mes en los medios, y de a poco fue cayendo en un peligroso silencio. La mayor parte de la población local permaneció indiferente al tema; tal vez entendiendo que el problema sólo afectaba a los Mapuche. Pero el peligro estaba manifiesto: seguramente vendrían por más.
En julio de 2002 la misma empresa Meridian Gold compró el proyecto minero de la empresa “El Desquite”, (un proyecto que venía desarrollándose casi silenciosamente) ubicado en el Cordón Esquel, a pocos km. de la ciudad de Esquel. Teniendo en cuenta los antecedentes de la empresa, inmediatamente comenzaron a inquietarse varios vecinos que antes no se habían interesado: esta vez el proyecto estaba unos 7 km. en línea recta del sector urbano de Esquel. Pese a la inmediata reacción de la Dirección de Minas, que vino con personal técnico y con el propio personal de la empresa canadiense a dar charlas pseudo informativas para la comunidad de Esquel, la semilla de la desconfianza ya estaba germinando, y el interés de la población en conocer sobre el proyecto y sobre la minería en general fue creciendo día a día y ya nadie pudo pararlo. Es oportuno destacar que el Gobierno Provincial conjuntamente con el Municipio de Esquel intentaron desactivar cualquier posibilidad de resistencia o cuestionamiento hacia el proyecto minero, instalando en todos los medios las ideas de que “La mina se hace sí o sí” y de que solamente pueden opinar sobe el tema “los técnicos o científicos”, y desanimando o dificultando cualquier posibilidad de discusión ciudadana sobre el asunto. Asimismo, algunos sectores empresariales como la Cámara de Comercio salieron en forma inmediata a respaldar la decisión política que parecía ser inamovible.
No obstante, el interés de la comunidad iría creciendo de manera proporcional al intento de silenciarla por parte de los gobernantes, que se manejaban en un discurso unificado con la empresa minera. Ese interés ciudadano posteriormente se traduciría en participación, movilización, y finalmente, la toma de partido a favor o en contra de la realización de la actividad, en un día a día vertiginoso que atravesaba todos los lugares de trabajo, las viviendas familiares, las escuelas, los bares, los taxis, etc. No hubo nadie en Esquel durante casi dos años que no hablara del tema. Pero para eso hubo varios intentos de organizar, primero el debate, y más adelante la oposición más decidida: uno de ellos, surgido en el seno de la sociedad, la Asamblea de Vecinos de Esquel (AVE); y otro la Cátedra Abierta de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, conformada por un grupo de docentes de diferentes carreras de la UNPAT Sede Esquel. Ambos movimientos confluyeron en realizar actividades públicas de divulgación y debate en el mismo día, unos por la mañana y otros por la tarde, en diferentes escuelas locales, y donde confluyeron varios vecinos, periodistas y militantes socioambientales de la Comarca Andina y otros puntos de la Patagonia. Fue el día 7 de setiembre de 2002, que por esta coincidencia, es considerado por muchos como el día en que comenzó la lucha en forma organizada en Esquel.
Poco tiempo después, a fines de octubre de 2002 ya había una Asamblea de Vecinos Autoconvocados por el NO A LA MINA, cuya intensa actividad, participación y movilización produjo dos hechos fundamentales: 1) el 16 de diciembre de 2002 se presentó un amparo ambiental que tuvo resultado favorable, ya que el 19 de febrero de 2003 se dictó una medida cautelar prohibiendo toda actividad minera en el área del proyecto de Minera “El Desquite”, y el 10 de junio del mismo año 2003 el Juez Civil Claudio Petris paralizó definitivamente el proyecto minero mediante sentencia definitiva, después confirmada por la Cámara de Apelaciones local, el STJChubut, y finalmente en abril de 2007 por la CSJNación. El fallo original del Juez Petris, y sus tres posteriores confirmaciones se centraron en la aplicación directa del principio precautorio ambiental. Los demandados fueron el municipio de Esquel, la Provincia del Chubut y la Empresa Minera “El Desquite – Meridian Gold”. 2) Un Plebiscito No Vinculante promovido por la Asamblea y convocado formalmente por el Municipio, donde el día 23 de Marzo de 2003 casi el 82 % de la población de Esquel dijo NO al proyecto minero. Estos dos hechos, más la enorme repercusión regional y nacional que tuvo el conflicto, y la sostenida resistencia ciudadana, fueron las principales razones para que el proyecto poco a poco se desactivara.
Es importante señalar que el mismo día del Plebiscito de Esquel se hicieron consultas populares, organizadas por los vecinos, en los Municipios de Trevelin, Lago Puelo y Epuyén, donde los resultados en los tres casos fueron superiores al 90% por el NO a la Minería a Cielo Abierto con el uso de Cianuro.
Asimismo, numerosos vecinos fueron agredidos, hostigados y perseguidos por patotas, y también víctimas de espionaje y amenazas anónimas; ello generó numerosas denuncias penales ciudadanas ante el Ministerio Público Fiscal de Esquel, que en la gran mayoría de los casos quedaron sin investigar, y poco a poco cayeron en el olvido.
Como consecuencia de la acción ciudadana se dictaron numerosas Ordenanzas Municipales que prohiben las actividades extractivas o industriales a cielo abierto que utilicen cianuro o sustancias tóxicas. También se dictó en abril del año 2003 la Ley Provincial Nº 5001, que prohibe la actividad minera metalífera a cielo abierto con la utilización de cianuro, y ordena una zonificación del territorio provincial a los fines de determinar en qué sectores se podrá realizar minería y bajo qué modalidades. Esta zonificación hasta ahora no se ha realizado; no obstante ello subsiste la prohibición.
A pesar de esta clara y firme actitud ciudadana, y después de una pequeña pausa que tomaron la empresa y el gobierno ante el resultado adverso, tanto en el Plebiscito como en el ámbito judicial, la embestida minera volvió a manifestarse, sobre todo en los lugares alejados de la Comarca Andina, y en sectores de la Provincia con baja densidad poblacional, como es el caso de la Meseta chubutense, donde avanza un proyecto de Megaminería de Plata y otros metales, impulsado por la Empresa Panamerican Energy.
Durante los años 2011 y 2012 creció notablemente la movilización y el rechazo en todo el territorio provincial contra esta forma de explotación de los bienes naturales, y el gobierno de Martín Buzzi impulsó un fuerte represión con la intención de desactivar la lucha ciudadana, lo que provocó el efecto contrario.
En 2013 se cumplen diez años de la histórica Consulta Popular que le dio una enorme fuerza al movimiento asambleario de la Patagonia y de todo el país, diez años en que la lucha y la conciencia sobre el cuidado de la vida y el ambiente ha crecido notoriamente.