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miércoles, 25 de abril de 2012

OPINIÓN: ¿POR QUÉ NO EL 100 %?

El petróleo, la propiedad privada y el Estado 
Respecto a la expropiación de las acciones de YPF 

Por Partido Comunista de los Trabajadores

Después del anuncio de la presidenta sobre la intención de expropiar el 51% (1) de la empresa YPF SA, muchos han creído ver “la vuelta” de la posesión total del país sobre su patrimonio de hidrocarburos. Tanto la reacción espantada de la tropa neoliberal (externa e interna), como la del oficialismo gatopardista, tienden a confundir a las mayorías populares.
Lo cierto es que si bien es difícil ponerse en contra de la medida del gobierno, hay que aclarar que no hay tal “estatización” y que se está muy lejos de recuperar la soberanía de estos recursos estratégicos. Lo dejó en claro la señora de Kirchner en su discurso, al expresar:
· Que sólo el 51% de la empresa administrarán el Estado nacional y las provincias petroleras (26% y 25% respectivamente) · Que va a seguir cotizando en Bolsa
 · Que a Eskenazi y demás tenedores de acciones no se les tocará un pelo
 · Que continuará siendo una Sociedad Anónima (SA) que se seguirá rigiendo bajo las reglas del mercado
 · Que buscará asociarse con otras empresas multinacionales para abordar la cadena de producción de hidrocarburos, pues hace falta de la inversión privada
 · Y que a Repsol se le pagará por “quitarle” lo que es nuestro (y conservará un 6%)
· Finalmente, que la medida “no es una estatización” Pareciera que el gobierno quiere profundizar en el imaginario popular, los lazos con la mística de los años del primer peronismo en este nuevo capitulo del relato de nuestra historia.
La razón de fondo de la medida es de público conocimiento: en menos de una década Argentina paso de autoabastecerse a importar combustible, hecho que está generando un enorme agujero negro en las cuentas públicas. Hasta aquí poco que objetar, es lícito que el Estado nacional aplique la ley también a las empresas multinacionales y sancione el incumplimiento de contratos, es lógico que así sea.

Una expropiación sería inobjetable, pero como sucede también hace tiempo, la realidad y el relato transitan por carriles que no se cruzan y los actos de “soberanía” no dejan ver en el fondo, quien es realmente el soberano.
El resultado y el alcance de esta medida se va a vislumbrar realmente en algún tiempo, pero mas allá de eso tenemos absoluto derecho a desconfiar de las “patriadas” de quienes fueron partícipes de las privatizaciones y del vaciamiento hasta hace unos meses.
No cuentes que hay detrás de aquel espejo (2) Existe más de un indicio para sostener que nuevamente es a nuestro pueblo al que se le ofrecen espejos por riquezas y es que el vaciamiento que provocó la empresa española no sólo no es sancionado realmente por el Estado argentino, sino que es recompensado: el gobierno compra las acciones, es decir paga y a la vez se encuentra en la necesidad de continuar importando combustible, ya que el desabastecimiento no se revierte en meses sino que llevará años (3).
¿Por qué se queja Repsol? Lo hace por que pierde un negocio fabuloso, pero esa pérdida no nos convierte a los argentinos en ganadores porque la realidad es más compleja que eso. Cosas de la dialéctica. Veamos: en principio, como dijimos al principio, no hay ninguna YPF estatal.
Lo dijo la presidenta Cristina Fernández en su discurso “…el modelo además que hemos elegido no es un modelo de estatización, que quede claro, es un modelo de recuperación de la soberanía y del control de un instrumento fundamental, porque seguimos conservando la forma de sociedad anónima, seguimos funcionando de acuerdo a la ley de sociedad privada…”.
Es decir, YPF sigue siendo, como al momento de la privatización, una sociedad anónima, lo que ha cambiado es la correlación entre accionistas, pero no el carácter privado de la empresa y si bien el Estado posee mayoría accionaria para determinar inversiones y rumbo de la compañía, estas acciones están divididas entre el Estado nacional y las provincias, lo que mantiene una de las leyes estructurales y emblemáticas del saqueo neoliberal, que sostiene que “Pertenecen a los Estados provinciales los yacimientos de hidrocarburos que se encuentren en sus territorios, incluyendo los situados en el mar adyacente a sus costas hasta una distancia de DOCE (12) millas marinas medidas desde las líneas de base establecidas por la ley (4). Ésta fue y es la base para que los caudillos provinciales enajenen los recursos naturales a discreción y es parte de la estructura que el modelo K jamás toco.
También nos parece necesario señalar que además de las críticas del gobierno español, hubo silencios o críticas “tibias” que son por demás significativas: uno de los embates verbales del franquista presidente del Estado español fue dirigido nada menos que a la secretaria de Estado norteamericana H. Clinton, por la indecisión y suavidad con que se expresó ante la medida del gobierno argentino.(5)
“El lunes Clinton sostuvo, desde Brasil, que las decisiones deben tener su justificación, se debe convivir dentro de esos patrones”. Es más que significativo porque la ley deja abiertas las puertas a la unión con otros capitales (6) y empresas petroleras como EXXON, de capital yanqui, ven es este hueco jugosísimos negocios.
Las aves de rapiña sobrevuelan y el gobierno no trata de espantarlas, sino todo lo contrario, en palabras del ministro de planificación, hoy a la cabeza del directorio de YPF: “muchas empresas multinacionales a las que invita la ley en uno de sus artículos ya han demostrado, en pocas horas, su interés en venir a conversar con nosotros para poner en valor estos recursos, que se sabe que existen y que tienen una importancia fundamental para la economía y para el modelo de desarrollo que quiere la presidenta” (7).
La soberanía bien entendida, implica la ruptura real con los saqueadores y en ese campo no hay capitales buenos y capitales malos, hay intereses económicos de una minoría que son antagónicos con los intereses y necesidades de la mayoría del pueblo.
Para ejercer una verdadera soberanía hay que expropiarlos sin pagarles nada y no dejar lugar a que unos capitalistas sean reemplazados por otros.

(1) Antes de la "expropiación": La composición accionaria de YPF hoy indica que cuenta con un total de 393.260.983 acciones clase D, en manos de inversores privados institucionales. De ese 100% del capital accionario, pertenecen a Repsol 225.905.827 acciones (57,44%), al Grupo Petersen/Eskenazi 100.137.774 (25,46%) y a inversores individuales 67.217.382 (17,10%). Luego de la "expropiación": En primer lugar a Repsol no se la va a "quitar" todo el paquete que posee, se la va a dejar con un 8% aproximadamente. 
(2) Canción de Charly García, del disco Bicicleta, Seru Giran 
(3). Una recompra de la compañía con fondos públicos dilapidaría el dinero que se necesita para realizar las inversiones. Terminaría favoreciendo, además, a algún negocio privado. Claudio Katz* (Fuente: Revista 'Debate') 
(4) HIDROCARBUROS - Ley 26.197 Sustituyese el artículo 1º de la Ley Nº 17.319, modificado por el artículo 1º de la Ley Nº 24.145. Administración de las provincias sobre los yacimientos de hidrocarburos que se encontraren en sus respectivos territorios, lecho y subsuelo del mar territorial del que fueren ribereñas. Acuerdo de Transferencia de Información Petrolera. Sancionada: diciembre 6 de 2006. Promulgada de Hecho: enero 3 de 2007. 
 (5) Pagina12 18/04/12 
(6) Artículo 17º: YPF S.A. acudirá a fuentes de financiamiento internas y externas y a la concertación de asociaciones estratégicas, uniones transitorias de empresas, y todo tipo de acuerdos con otras empresas públicas, privadas o mixtas, nacionales o extranjeras. (Proyecto de ley) 
 (7) Tiempo Argentino 18/04/12)