Lxs vecinxs despidieron a Sabrina, una joven que enfermó de leucemia a los 15 años, algunos años después de ponerse en funcionamiento la subestación eléctrica que transforma 132.000 voltios en pleno barrio de Ezpeleta (Prov. de Bs. As.), a 100 metros de donde vivía Sabrina hasta el 13 de abril pasado en que sus amigxs, familiares y vecinxs le dieron su ultimo adiós. Sabrina es la número 169 de lxs vecinxs muertxs de cáncer y leucemias en los 500 metros que rodean la subestación.
Buenos Aires, 23 de abril de 2012 (Red Eco).-
Reproducimos a continuación el comunicado enviado por Vecinxs Autoconvocadxs por la Vida de Berazategui, Foro por los derechos de la Infancia, Adolescencia y Juventud de Berazategui y el Foro Regional en Defensa del Río de la Plata, la Salud y el Medio Ambiente:
“El electromagnetismo es inoloro, incoloro es insípido…..invisible, lo cual lo hace aun más letal. Hay otras fuentes de contaminación que son alertadas por la población por sus olores o ruidos, pero ésta la de los campos electromagnéticos, no se siente más que cuando ya se metió en el cuerpo y cuando muchas veces ES TARDE.
Desde hace décadas los vecinos de SOBRAL reclaman a la Justicia por el cierre de esta subestación y su traslado a zonas no pobladas, y mientras la Justicia decide si los campos electromagnéticos dañan o no la salud, los vecinos siguen enterrando a sus familiares.
HOY ES SABRINA, de 31 años, que desde los 15 luchaba contra una leucemia linfática aguda, enfermedad que la propia OMS reconoce como una de las que se duplica el riesgo de ser contraídas por quienes están expuestos en forma prolongada a elevados campos electromagnéticos.
Ese fue el caso de SABRINA que vivía a una cuadra de la esquina de calle Padre Bruzone y Rio salado, de Ezpeleta, Partido de Quilmes. Su testimonio y las fotos de su cuerpo con las marcas de la enfermedad que la obligó a varios trasplantes, están plasmadas en el libro 132.000 voltios realizado por las periodistas Silvina Heguy y Eugenia Cerrutti, bajo el nombre de 132.000 y publicado en 2006.
Sabrina es la número 169 de los vecinos muertos de cáncer y leucemias en los 500 metros que rodean la subestación, y están atravesados por su cableado, desde que se puso en funcionamiento eso que la gente del lugar llama “Máquina de muerte”.
No hace falta ser expertos en estadísticas para darse cuenta que 136 muertos y 122 enfermos, en 700 viviendas, es un número elevado de enfermos. En una población de 2800 personas más de un 10% se enfermó de cáncer, a los que se suman enfermos de afecciones respiratorias, trastornos del sueño y demás patologías que se enumeran por estudios nacionales e internacionales entre las producidas por los campos electromagnéticos.
Los vecinos de Berazategui, aledaños a la Subestación Rigolleau, obra que está terminándose en estos días, y que pretende transformar la misma cantidad de voltios que SOBRAL, están HOY en pie de lucha pidiendo el traslado a zonas no pobladas.
Pero a pesar de que hace 8 años que pelean por esto, y que hermanados con los vecinos de Ezpeleta denuncian pública y judicialmente estos casos, aun hoy SON INVISIBLES para el gobierno, tan invisibles como el electromagnetismo.
¿CUANTOS vecinos más deberán morir para que los GOBIERNOS (nacional, provincial y municipal) actúen en defensa del derecho humano básico que es la VIDA?
SABRINA no era invisible y nosotros tampoco, por eso decimos TRASLADO YA de la SUBESTACIONES RIGOLLEAU y SOBRAL a zonas NO POBLADAS!
NI UN PIBE MENOS!
No es progreso si el precio es la vida de la gente!”
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