Buenos Aires, 22 de octubre de 2009 (COR).- El escandaloso acuerdo de una parte de la comisión interna de Kraft con la patronal y el gobierno, constituye una traición. Se negoció en base a los despedidos (quedando afuera los sectores más conscientes) y se acordó la paz social. Con estas concesiones, es obvio que la empresa no se iba a negar a hacer entrar a la comisión interna, ya que la misma de hecho ha perdido todo filo combativo o clasista.
Ahora hay que redoblar las medidas para pelear por la reincorporación de los compañeros. Pero esto será imposible sino se sacan las lecciones de lo actuado y se obra en consecuencia.
En primer lugar, hay que tratar de entender por qué se llegó a esta situación. Jamás la dirección del conflicto logró movilizar ni a 1/3 de la fábrica. Llejos de tener política para resolver este problema, intentó sustituir al activismo con medidas de aparatos políticos.
La ausencia de un papel activo de los trabajadores de la planta fue muy utilizada en todo momento por la patronal -y sus aliados incondicionales de la burocracia sindical- para maniobrar en las negociaciones.
Pero esta situación no fue producto de que los trabajadores no quisieran luchar. Todo lo contrario, los paros adentro y las acciones de solidaridad mostraron predisposición al combate por parte de sectores importantes de los tres turnos. Sin embargo, la desastrosa dirección del conjunto de la comisión interna, que se dividió hasta el punto de boicotearse mutuamente las acciones de uno y otro bando, sólo pudo generar confusión y pasividad en la base.
La insoportable vacilación de la CI, fue desde la idea fugaz de llevar adelante alguna que otra medida dura para luego volcarse de lleno a confiar en las instituciones de la burguesía, creyendo que vía presión podían lograr algo. Esto los llevó a no prever nada de nada y actuar siempre de contragolpe, en base a los hechos consumados. No prepararon la ocupación de la planta ante semejante ataque de la patronal, y menos que menos prepararon la resistencia a la represión.
Para colmo, sabiendo que caducaban los mandatos, ni siquiera prepararon la elección de comisión interna, que les habría permitido llegar en mejores condiciones al conflicto. Fue un error gravísimo no haber previsto esto.
En un momento donde la lucha de los obreros de Terrabusi comenzaba a tener mucha simpatía en los distintos sectores de trabajadores, su dirección actuó como la burocracia, negociando los despidos y firmando la paz social.
Trotsky decía que cuando la burguesía triunfa, lo primero que hace es destruir la dirección de la lucha para que los trabajadores no puedan preparar la venganza. Ante las elecciones de la comisión interna del 3 de noviembre, hoy la tarea de los compañeros que estuvieron en la lucha y que se destacaron en el conflicto, es preparar de forma clandestina una nueva dirección en la fábrica, imponer en el programa de la nueva comisión interna la elección de delegados por sector y que estos candidatos sean los compañeros que están despedidos, para mostrar que la lucha continua por su reincorporación.
- Reincorporación inmediata de los despedidos.
- Basta de persecución patronal. Abajo el reglamento interno.
- Ningún proceso de desafuero ni represalia gremial sobre los delegados. Desprocesamiento inmediato
- Castigo a los responsables de la represión.
- No a las elecciones truchas del 3 de noviembre. Asamblea general de los trabajadores de la planta para elegir la nueva comisión interna. Elección de delegados por sector y que los candidatos sean los despedidos.
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