Por Alejandro Romero
Recuerdo en la adolescencia la sacudida que me produjo la película Mad Max, representada por el actor Mel Gibson. Solo quedaban algunos humanos viviendo como nómades, tratando de sobrevivir en un mundo destruido por la mano del hombre. No había agua ni combustible, por lo que subsistía quien podía conseguirlos. Unas pocas gotas de ambos, eran la razón de cruentos enfrentamientos y mortandad.
El agua del planeta está siendo diezmada. El 71% de la tierra es agua y el 97% de ese 71% es salada. Si… tan solo el 3% del agua dulce es la que nos da VIDA. De ese 3%, el 69 % está guardado por los glaciares en forma de hielo. Un 30% se encuentra debajo de la corteza terrestre, corriendo en ríos subterráneos o en reservorios de agua dulce como nuestro acuífero guaraní. El guaraní, pequeño océano de agua dulce está debajo de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. Puede abastecer a la humanidad actual, a razón de 100 litros por personas durante 200 años. Es la segunda reserva de agua dulce, porque la primera es el acuífero de Nubia, que se encuentra debajo de Libia, Egipto, Sudan, Chad, y parte de Níger. La naturaleza mediante un equilibrio perfecto va suministrando el agua en todo el planeta de manera inteligente y generosa, pero… ¿qué hacemos nosotros con ese 3% de agua dulce? El 1% restante es agua de superficie que en su mayoría se encuentra contaminada. Tanto en el acuífero Guaraní como el de Nubia, están custodiados por el ejército de EEUU. Aquí por la 4ª flota norteamericana y en África, la noticia ya se conoce al caer Libia en manos de la OTAN. ¿Por qué le cuento todo esto? Porque necesitamos saber desde donde llega el agua, quienes la contaminan y de lo que queda, quienes la van a controlar y comercializar…
Los glaciares ubicados en la cordillera de los andes, son los tanques de agua de sud América. Esas masas de hielo, van alimentando por goteo a ríos, arroyos y lagos. Gran parte de las corrientes subterráneas de las sierras chicas, nos llegan desde la cordillera, especialmente de San Juan y en menor medida desde La Rioja.
Parece mentira, pero nuestros ríos, se originan primeramente en la cordillera, alimentados por glaciares, llegando por vertientes subterráneas. Estas vertientes, van “creando” nuestros ríos que también reciben un aporte por el agua de lluvia y el bosque o monte arbóreo. Los bosques/montes de manera parecida a los glaciares, actúan como una gran esponja absorbiendo el agua de lluvia, depositándola en los acuíferos o arroyos subterráneos que de a poco alimentarán nuestros ríos.
Daniel Taillant, miembro activo de La fundación CEDHA (CENTER FOR HUMAN RIGHTS AND ENVIRONMENT) es uno de los encargados del recuento de glaciares de Argentina. Solamente en San Juan, existen más de diez mil, y tal cual me comentaba, si utilizamos la herramienta de Google Heart, podremos apreciar que los ríos de superficie nacen de glaciares cordilleranos y bajan de Oeste a Este alimentando los ríos argentinos. Los Gioja manejados por la corporación minera, impulsan 180 nuevos emprendimientos mineros tan solo en San Juan, generando más devastación, contaminación y muerte en todo el recorrido de los ríos. Hoy en Santiago del Estero existe gran mortandad en sus ríos por efecto de las papeleras en Tucumán. Estos ríos ya bajan contaminados de la cordillera por la acción minera, generando un coctel mortal para la vida. En la tierra todo se interconecta y cada cosa, genera otra y así se sostiene la vida. ¿Recuerda que la mina Veladero de las tierras de los Gioja, utilizan 90 millones de litros de agua por día? Si le incorporamos La Lumbrera en Catamarca, tenemos la friolera suma de 160 millones de litros por día en tan solo esos dos emprendimientos mineros. Río Ceballos, Unquillo y Mendiolaza utilizan casi 10 millones por día, haga la comparación por favor…. A esta altura, ya se habrá dado cuenta que la falta de lluvia no es la causa de nuestros ríos secos, aunque los funcionaros utilicen este argumento para justificar su ineficacia. La lluvia hoy no garantiza que los ríos traigan agua porque no es la única responsable de alimentarlos. El río los Quebrachitos de Unquillo está seco por más que llueva. En el sector de la olla a metros del vado en el acceso a Villa Aurora, existe un pequeño afluente subterráneo, dejando ver el agua surgente. Eso no es lluvia, es una vertiente que llega de la cordillera. En el cerro azul como nunca, corre tan solo un hilo de agua. De seguir así, el dique la quebrada se seca en 5 años. Salsipuedes está condenada a transformarse en un terrón seco si la problemática no se trata como corresponde, de manera integral y viendo la sequía como un conjunto de factores y no tan solo por uno, “la falta de lluvia”. Le voy a dar un dato que tampoco se tiene en cuenta hoy, o mejor dicho, no se lo van a contar los grandes medios de difusión porque es contrario a los intereses que representan. El diputado minero sanjuanino Víctor Doña, en un arranque por demostrar que la mega minería gasta menos agua que la siembra de soja, nos deja datos que son escalofriantes. Dice que al exportar el 90% de la cosecha de soja, unos 50 millones de toneladas, con ello se estarían yendo unos 88 billones de litros de agua. ¿Por qué afirma esto?, porque hay un cálculo aproximado que dice que por cada tonelada de soja producida, se necesitan 1,8 millones de litros de agua. El llamó a esto “agua virtual” y comprende todo el proceso de producción y comercialización. Como ve, las corporaciones agrarias y mineras, nos están dejando sin agua, y nosotros solo discutimos “las consecuencias” de este efecto y no las causas. Espero no lleguemos a vivir como en la película Mad Max. Mejor nos involucremos y de este modo, tomando parte quizás encontremos soluciones que nos convenga a todos. Ellos gastan miles de millones de litros de agua pura y potable, mientras nosotros pagamos cada vez más cara el agua tratada con gran cantidad de químicos que no se sabe bien el daño que producen a la salud
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