Somos respetuosos de las expresiones de todos los sectores y nos sentimos orgullosos de un gobierno que permite que la oposición se manifieste libremente, sin represión, ni temores ni incidentes. Y esto es porque recordamos cuando, al expresarse, uno podía ser torturado o perder la vida.
Es un orgullo para nosotros que hoy los reclamos sean para poder ahorrar en dólares o pasear por el extranjero, y no por las calamidades que sufrimos en el 2001, o por falta de pan, trabajo o educación. Lamentamos que en las marchas haya habido tanto odio, tantos insultos y tan pocas propuestas.
Lamentamos que gran parte de los concurrentes que eran de clase media rechazaban las políticas sociales que mejoran la situación de los más pobres.
Lamentamos que no se entienda que gran parte de los beneficios sociales son pagados por los sectores menos favorecidos, por ejemplo, a través del IVA y los aportes laborales. Lamentamos que no se entienda que los controles al dólar protegen a millones de trabajadores que quedarían en la calle si se cae la industria nacional frente a la crisis internacional.
Lamentamos que detrás de los inocentes cacerolazos se esconden, grupos interesados en desestabilizar a nuestro sistema republicano.
No parece muy republicano ni respetuoso de las instituciones pedir que se vaya un gobierno que ha sido reelegido hace pocos meses por un 54% de los votos.
No parece muy republicano ni respetuoso de las instituciones desearle la muerte a la Presidenta de la Nación.
Algunos pretenden convencernos que la marcha fue espontánea; no fue así, fue armada por profesionales y motorizada por Clarín, TN, las radios y los canales opositores.
No hay duda que el 7 de diciembre exaspera al monopolio mediático. Reconocemos que la democracia participativa y plural es la mejor forma de gobierno, y por eso lamentamos que no exista una oposición seria con proyectos y propuestas concretas que ayuden a construir un país en serio.
Editoriales ANP
