Neuquén (8300 Web).- Sebastián Bustos, de 18 años, viajaba en moto desde San Martín de los Andes a Cutral Có con el objetivo de poder inscribirse en un establecimiento educativo, pero su viaje se vio interrumpido cuando la policía, a balazos, lo detuvo en medio de un operativo montado en pos de localizar al asesino del policía asesinado en Junín.
En diálogo con La Palangana, Mirta Cóceres, la madre de Sebastián Bustos, relató la experiencia por la que tuvo que pasar su hijo en un nuevo caso de abuso policial.
“Él viene por la ruta escuchando música con los auriculares y ve a un policía vestido de negro que le hace una seña como de que baje la velocidad. Se saca los auriculares y empieza a mermar la velocidad”, explica Cóceres sobre el primer cruce de su hijo con la policía. “Más adelante hay otro puesto donde está un policía con la pistola en la mano, desenfundada, y le empieza a hacer señas de que se tire a un costado. Estaba la camioneta de la policía en la ruta con un bote naranja atrás, entonces él baja a la banquina y, cuando va a salir adelante de la camioneta, empiezan a los tiros: uno pega en el piso, otro pega en la moto y otro le pega a él en el hombro izquierdo”, continúa la secuencia de hechos que, aunque reiterados, no dejan de asombrar.
Según relata la madre de Sebastián Bustos, en un primer momento el joven creyó que los policías estimaban que traería droga en su mochila, por lo que la exhibió de inmediato para que descarten esa opción. Estando baleado en el suelo, prosigue Cóceres, “lo levantan, lo ponen en la camioneta y se acerca un policía de la federal que le dice ´tengo el gusto de conocerte la cara, te voy a matar como a un perro, hijo de puta´”. En ese momento, los uniformados comenzaron a golpearlo en la camioneta mientras le preguntaban por “el otro”, a lo que Bustos respondía que viajaba solo.
Luego de ficticios llamados a la ambulancia, y en la misma camioneta en la cual lo habían agredido, los policías trasladaron al joven al hospital de Junín, desde donde lo derivaron al de San Martín por no contar con traumatólogo. En esta instancia, Bustos entró al quirófano con custodia policial y, luego de ser intervenido, permaneció esposado a la camilla en la que estaba internado.
Mirta Cóceres se enteró de lo que estaba sucediendo con su hijo por la demora en su viaje y un dato que escucha una vecina de San Martín en la radio y le facilita. En ningún momento las autoridades policiales ni hospitalarias se comunicaron con algún familiar de Sebastián Bustos, sin contar que le retuvieron el celular dejándolo completamente incomunicado. Tampoco le pidieron sus datos personales, por lo que ni siquiera sabían de quién se trataba. Indignada, la madre reflexionó “Yo quiero saber si al hijo del intendente le hicieron esto. No quiero que el caso de mi hijo quede impune”.
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