Por Andrea Salvati
Buenos Aires, 15 de diciembre de 2011 (Red Eco).- Esto ocurrió el 1º de noviembre: el ciclo en cuestión se incluía dentro del panorama nacional que hace la radio y tenía 2 salidas diarias que llegaban a comunidades de todo el país, que a su vez, para difundir sus problemáticas y otros temas, se comunicaban con Sandra Ceballos. Ella, más allá del ciclo “La presencia indígena”, trabaja en la radio hace 12 años y siempre se ocupó de la difusión de las comunidades indígenas.
La dirección de la radio, al anunciarle la finalización del ciclo, alegó que la emisora había firmado un convenio con el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social) y que la difusión de las cuestiones indigenistas se centraría sólo en ese organismo.
En su réplica, Ceballos expresó que no entendía cómo se podía “suplantar a una voz independiente y un trabajo periodístico profesional” en relación a su producción. Y si bien la abogada consideró que nunca recibió indicaciones al hacer su programa, señaló que el levantamiento del ciclo implica una afectación a la libertad de expresión.
En una entrevista en el programa de radio “Al Oeste” de FM En Tránsito, Ceballos opinó que en este tema “hubo un punto de inflexión” desde la visita al país de James Anaya (relator especial sobre asuntos indígenas de la ONU).
En su estadía, Anaya realizó un relevamiento sobre la realidad indígena y sus derechos humanos: el relator mencionó la falta de participación de estas comunidades y el gran impacto de las industrias extractivas (que contaminan su salud y su lugar de pertenencia), y el avance de los desmontes.
Al ser consultada sobre el INAI, Ceballos refirió que es “altamente cuestionado” debido a que las comunidades nunca tienen respuestas por parte del organismo, que a su vez es el único al que deben recurrir para la realización de cualquier tipo de trámite.
Además, explicó que el INAI tiene un convenio con comunicadorxs del ENOTPO (Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales de Pueblos Originarios) y que si bien esa organización en su momento intervino para la cesión de frecuencias a las comunidades originarias, ahora “parecieran ser los únicos responsables de difundir la información de las cuestiones indígenas”. En este orden, los contenidos elaborados desde el INAI tienen un enfoque muy diferente a los que difundía Ceballos.
Este sesgo informativo en torno a la realidad de las comunidades indígenas se suma a la censura padecida por el periodista Darío Aranda en sus notas sobre el asesinato de Cristian Ferreyra (cuando el diario Página 12 eliminó sin su consentimiento partes del relato en el que se incriminaba al gobierno provincial y al gobierno nacional)
Una situación similar vivió Alba Silva, periodista de la agencia estatal Telam que desde hace años cubría todo lo concerniente a la vida indígena y sus luchas. Lxs editorxs de la agencia no querían denunciar a gobernantes a nivel provincial y nacional, se oponían al enfoque crítico que Silva esgrimía en sus notas: estas tensiones se acrecentaron y llegaron al punto máximo durante la cobertura que la periodista hizo sobre la comunidad Qom.
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