Buenos Aires, miércoles 7 de diciembre de 2011 (AW).- Enrique Benítez, referente de la Comunidad Mbya Guaraní Alecrín, asentada en el departamento de San Pedro, provincia de Misiones, denunció que a mediados de noviembre, una patota de la empresa forestal Harriet (apellido beneficiario de la "Campaña del Desierto") S.A. les derrumbó e incendió viviendas y una casilla de artesanías.Antes de efectuar el atentado, operarios de la empresa derribaron árboles añosos, arrojaron cientos de litros de agrotóxicos, y plantaron encima pinos. En Julio de 2008 denunciaron a esta misma firma por la destrucción de más de doce hectáreas silvestres.
Fuente: Revista Superficie.
"El apoderado de la empresa quemó la casa de mi hermano cuando él salió a pasear a visitar a su familia, por la ruta 7. Cuando llegó la casa estaba quemada, se había consumido la cama y toda la ropa. La casa era de pindó y se quema rápido. Y además tumbaron la casa de su suegro", expresó en diálogo con revista superficie.
Benítez contó que antes del sufrir el atentado, operarios de Harriet S.A derribaron árboles añosos, arrojaron cientos de litros de agrotóxicos, y plantaron encima pinos. "Y cuando llueve el veneno se escurre y cae en el pozo de agua, de donde bebemos. Y creemos que por el veneno los chicos tienen enfermedades que antes no había".
"Los empresarios dicen que nosotros estamos viviendo sobre su propiedad. Pero no es así. Nosotros estamos sobre nuestros territorios. Estamos acá desde hace más de 300 años y tenemos derecho a ocuparlos. Nosotros estamos luchando por lo nuestro", expresó.
Atropellos permanentes
El poeta y periodista Vasco Baigorri, responsable de prensa del Equipo Misiones de Pastoral Aborigen (EMiPA), fue quien acompañó al Cacique hasta la Comisaría de San Pedro, para radicar la denuncia.
Contó a superficie que "desde hace muchos años vienen siendo amenazados, recibiendo presiones psicológicas, les hacen escuchar disparos desde camionetas, incluso les han disparado de noche; en 2008 les pasaron por encima con un arado por el cementerio; después intentaron alambrarlos dos o tres veces. O sea, es una presión permanente la que sufre la Comunidad. Lastimosamente es una comunidad reconocida y conocida por este tipo de hechos. Alecrín es una Comunidad que va resistiendo desde hace años. Y que va creciendo, a pesar de todo esto".
El Cacique Enrique Benítez lamentó que "denunciamos en la Comisaría de San Pedro, ellos recibieron nuestra denuncia pero no fueron a mirar, ni llegaron a mi casa ni preguntaron qué casa quemaron, nada hicieron. Ellos vinieron, mi hermano dijo que vinieron solo un ratito, y dijeron 'no se ve ninguna casa quemada', no le dieron importancia a nuestra denuncia".
Y observó que la Dirección de Asuntos Guaraníes "está completamente ausente, cuando los empresarios empezaron a molestar fuimos a Posadas y nos dijeron que nos quedemos tranquilos, que ya nos iban a dar la tierra. Pero nunca vinieron a nuestra Comunidad. Ellos solo hablan y no reconocen nuestros derechos, no atienden lo que necesitamos".
Desde la Comunidad presentaron notas en pedido de ayuda al gobernador de Misiones, Maurice Closs, al Ministro de Gobierno Jorge Franco, y al director de Asuntos Guaraníes Arnulfo Verón. Sin embargo, a la fecha no recibieron ninguna respuesta.
Antecedentes recientes
En julio de 2008, el Cacique de Alecrín radicó una denuncia formal contra Harriet S.A. por "daño a la propiedad" e "invasión de territorio", por la destrucción de más de doce hectáreas silvestres, entre ellas dos hectáreas pertenecientes al cementerio de la Comunidad.
En febrero de 2009, Benítez denunció en la comisaría de San Pedro que se había removido la tumba de un niño de la Comunidad, que había sido sepultado días atrás. Fue una intimidación por la supuesta invasión a la propiedad privada de la empresa.
Desde Alecrín observan con enorme preocupación la pérdida de biodiversidad. Actualmente es muy acotado el monte nativo que les queda. La empresa Harriet avanza sobre los territorios indígenas, fumigando con agrotóxicos y plantando pino para la foresto industria. A pesar de los reiterados pedidos, ni la Dirección de Asuntos Guaraníes ni el Ministerio de Ecología mediaron para ayudar a las familias Mbyas.
Alecrín
La Comunidad Mbya Guaraní de Alecrín está ubicada sobre el margen de la Ruta 20, en Piray Guazú, cerca de San Pedro. Cuenta con un total de 26 familias, unas 120 personas, de los cuales muchos son niños, 34 insertos en el ámbito de la escuela intercultural bilingüe.
La Comunidad lleva adelante desde hace años un juicio de reconocimiento a la posesión de los territorios que ancestralmente ocupan.
Alecrín es la primera comunidad indígena del país donde se terminó el relevamiento territorial que ordena la Ley 26.160, vigente desde 2006. Por exigencia de la Comunidad, se llevó adelante el relevamiento en 2009.
En Misiones apenas tres comunidades Mbya Guaraní -de las cerca de 100 asentadas en la provincia-, tienen relevados sus territorios.
Por otra parte, en noviembre de este año el Juez Federal de Eldorado sentenció a favor de Alecrín con una medida precautoria por 3.500 hectáreas, una orden de no innovar dirigida a varias empresas, entre las que se encuentran Alto Paraná S.A. y Harrier S.A. Pero esas 3.500 hectáreas no están cerca del principal asentamiento de la Comunidad.
De la Campaña del Desierto a la Campaña del pino
La "Conquista del Desierto" fue una campaña genocida llevada adelante en la segunda mitad del siglo 19 por el gobierno argentino contra los pueblos mapuche y tehuelche, con el objetivo de ejercer un real dominio sobre los territorios que éstos ocupaban ancestralmente, en la región pampeana y la Patagonia.
La cruzada dejó 14 mil indígenas muertos, 14.600 personas esclavizadas, madres obligadas a trabajar de sirvientas, separadas de sus hijos.
Además, significó el reparto de 42 millones de hectáreas, apropiadas a los pueblos originarios, entre 1.800 estancieros de las élites locales y extranjeras.
Antonio Harriet fue uno de esos estancieros beneficiados con grandes extensiones de tierras, manchadas de sangre indígena.
Como premio por sus aportes al genocidio, recibió enormes extensiones de tierras en la Patagonia.
Fue el origen del latifundio Harriet.
Literatura terrateniente
"Juan Alberto Harriet, Pionero de Las Pampas" se titula la biografía escrita por Elena Egusquiza y publicada por la editorial Tres Tiempos en 1988, en la que con notoria benevolencia y una singular mirada de la historia argentina, se cuentan las "epopeyas" de Don Juan Alberto, un "empresario agropecuario tenaz, exitoso, humano y generoso".
En realidad el libro intenta poner un velo romántico sobre lo que fuera la existencia de uno de los herederos de terratenientes beneficiados por el genocida Julio Argentino Roca a finales del siglo diecinueve.
Vale la pena observar cómo se explica la gestión de Julio Argentino en esta biografía: "La Argentina vivía una época de increíble bonanza y acelerado desarrollo, cuyo origen debemos encontrar principalmente en la progresista labor de gobierno del General Julio Argentino Roca. Su política incluyó entro otros logros importantísimos, la civilización de vasta regiones asoladas por incursiones guerreras de los indios ranqueles y pampas, con quienes no había convivencia posible dentro de límites razonables".
Este libro define a la Campaña del Desierto, no como el exterminio planificado de pueblo originarios para apropiarse de sus tierras, sino como una "gesta patriótica".
Juan nació en 1888, y a los 14 años ya manejaba solo el campo Don Remigio, de 10 mil hectáreas. Dedicado de lleno a la concentración de tierras para la ganadería, llegó a ser el mayor productor de carne vacuna del mundo.
Además de las tierras patagónicas, Juan Alberto adquirió vastas superficies estratégicas en Uruguay, y en varias provincias argentinas, entre ellas Misiones.
Murió en 1975.
Sus herederos, al frente de Harriet S.A., cuentan en la actualidad con más de 50 mil hectáreas en Misiones.
Fotos: Vasco Baigorri.
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