Por Carlos Saglul
Miércoles 7 de diciembre de 2011 (ACTA).- El conflicto entre la petrolera y la comunidad Gelay Ko que ocupó las instalaciones de la compresora de la firma norteamericana Apache en la zona de Anticlinical, a 30 kilómetros de Zapala, entró en una etapa crítica por la falta de avance en las negociaciones. Los efectos de la contaminación afecta a comunidades de los alrededores de Zapala que ven agredida su subsistencia económica, lo que constituye una de las maneras encubiertas de desalojo de los pueblos originarios.
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Martín Maliqueo, vocero del conflicto, explicó a ACTA “cesamos en la toma de la planta de Anticlinical a partir de que el fiscal de Estado, Raul Gaitan se comprometió a formar una Comisión que incluya a todas las partes afectadas y además la realización de una medición de la contaminación ambiental que está afectando a toda la zona”.
La planta norteamericana ofrece un cuadro de guerra, prácticamente tomada por fuerzas de seguridad que acampan en el lugar. “Está todo militarizado, es curioso lo poco que le importa al Estado la situación de los pueblos originarios y campesinos. Todo lo que invierten es en cuidar a los intereses yankis”.
Malliqueo es pesimista “esta semana el fiscal prometió traer alguna solución pero el gobierno provincial se hace el sordo. No le importamos. Ellos cuidan los intereses de la multinacional. Si en esa mesa no se sienta la provincia, la negociación se cae”.
Interrogado por la actitud del gobierno nacional, el referente de la comunidad mapuche dice que “el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) no funciona. Allí está el doctor Daniel Fernández y una serie de hermanos que no son coherentes con la defensa de nuestros derechos. Es la historia de siempre. A la hora de luchar, otros prefieren pasarse al bando de los explotadores”.
El problema del agua
Maliqueo cuenta que en esa zona “casi ni hay agua. Vivimos de la cria de ganado que se nos muere porque no solo se contaminan las napas, también las pasturas, la misma tierra se ve afectada. El fiscal recorrió la zona y pudo ver lo que nos pasa”.
El dirigente dice: “más alla de que los grandes medios lo oculten, hay 500 juicios contra las petroleras y mineras. Ellos forestan para sacarse fotos pero a la vez están destruyendo el medio ambiente, nuestra tierra con la complicidad de los funcionarios. Donde no te persiguen los terratenientes, son las mineras. Qué es todo esto si no una nueva colonización?
La larga cadena de asesinatos de los últimos tiempos de la que fueron víctimas campesinos, integrantes de los pueblos originarios que defendían su tierra hace temer lo peor si los gobiernos nacional y provincial no intervienen: “No vamos a dejar la lucha. No importa que traigan más gente armada. Defendemos todo lo que tenemos, nuestra tierra. Si ellos no quieren escuchar, volveremos a la toma”, advierte.
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