El Bolsón (ANPP).- Lo que nos debería parecer aberrante se vuelve natural. Este fenómeno por el cual se toma como natural e incuestionable hechos que en realidad tendrían que ser inadmisibles, desde todos los puntos de vista desde donde se podrían analizar, se llama naturalización.
Llegando a fin de año se volvió natural lo que debía escandalizarnos. La amenaza de cierre de cargos docentes y el IPROSS cortado son sólo algunos ejemplos, dentro de tantas cosas que parecen incuestionables… “Cosas” que, de distintas maneras, el sistema logra meternos adentro como incuestionables y justificables, introduciendo su discurso en las bocas de muchos, de la mayoría. Entonces, lo terminan legitimando.
Si bien siempre hay otras voces que gritan lo contrario, también hay varias que se dedican constantemente a poner paños fríos ante los emergentes sociales que expresan, destapan y denuncian las injusticias, haciéndonos creer que nosotros somos los que generamos el conflicto y los que no queremos vivir en paz.
Miles de toneladas de merluza son arrojadas al mar todos lo días en la costas de Chubut. Las pesqueras multinacionales se llevan solo lo que les resulta rentable y dejan el resto al mar, a las gaviotas y albatros, que gracias a esto se reproducen indiscriminadamente y generan terribles desequilibrios ecológicos. Además, esto provoca desocupación en el sector ya que los marineros ven reducidas sus fuentes de trabajo gracias a que las depredadoras multinacionales se llevan el langostino y tiran todo lo demás (que se podría procesar en el puerto y que generaría fuentes de trabajo y alimentos). Los trabajadores marítimos que denuncian esta situación son negados, ocultados y silenciados, hasta por el mismo sindicato (véase notas y entrevistas a agrupación Mares del Sur). En la provincia modelo de Das Neves, donde se cumplen los 180 días de clases y ahora se quiere ampliar el calendario escolar a 200 días (como si eso significara mayor calidad educativa, siendo que está demostrado, desde hace tiempo, que no es así), se reprime a los trabajadores de la pesca, se amordaza a los docentes, y se siguen extrayendo los recursos naturales, regalándolos a las multinacionales, perforando el suelo y las montañas.
Naturalizar la injusticia, o desnaturalizar y empezar a ver la realidad críticamente. Nada es incuestionable.
Hay grupos, organizaciones que empezaron a cuestionar y de ahí se organizaron, desnaturalizaron su situación cotidiana de explotación y comenzaron a escribir otra historia, y es así como se cambia este mundo, aunque parezca utópico e irrealizable. Ejemplo de esto es Zanón.
Como trabajadores docentes, siendo parte del sector, nos atan de pies y manos, y lo peor que es gracias al “gran acuerdo al que llegó el sindicato este año”. Un acuerdo que logró el desangramiento del sector docente que pensó una vez más ingenuamente, que dividió a los que hicieron paro y los que no, que aceptó esto de que haya dos calendarios, que no logró ningún aumento de sueldo significativo. Y encima otra vez el cierre de cargos.
Entonces llegamos a esta situación donde nada pareciera que se puede hacer. No se confía más en el sindicato, o en quienes son los que se perpetúan en esos espacios de poder; el gobierno que actúa otra vez y nos pone en esta encrucijada.
¿Nada se puede hacer? Esta lógica de que nada se puede hacer, es la misma que nos lleva a naturalizar nuestra situación, a no cuestionar, y a dejar que otros hagan y decidan por nosotros.
Que un puñado de personas convencidas de lo que piensan y organizadas pueden cambiar las cosas, no hay duda. Sino, revisemos la historia y analicemos cómo se hicieron, se forjaron los grandes cambios y también los pequeños... qué aportan.
Como balance de fin de año, es importante volver a hacer el ejercicio de entender dónde estamos parados, cómo funcionan las cosas.
El avance de la precarización laboral, el retroceso de los derechos, el triunfo del pensamiento de que nada se puede cambiar... el individualismo sigue reinando.
Pero también siempre ante la injusticia, hay resistencia, organización y lucha.
Es tiempo de empezar a creer en nosotros, en poder tomar lo nuestro. Nuestro trabajo es nuestro. La educación es nuestra. Lo que producimos, la tierra que trabajamos. Los recursos y bienes naturales son de la tierra. Solo hace falta creerlo, y hacerlo.
Porque ya es una cuestión de subsistencia…
El capitalismo no solo mata a las personas que quedan fuera del sistema, sino que destruyó y sigue destruyendo el planeta.
No nos destruyamos a nosotros mismos.
Desnaturalizar para luchar. Organización y lucha.
ARRIBA LOS QUE LUCHAN
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