Envíenos su nota, opinión o información al correo: delpueblo.prensa@gmail.com

martes, 6 de marzo de 2018

OTRO FALLO A FAVOR DEL GATILLO FÁCIL

La Plata (HIJOS).- SENTENCIA ABSOLUTORIA EN EL JUICIO AL POLICÍA ASESINO CRISTIAN DUARTE
Por Colectivo Contra el Gatillo Fácil

El TOC 3 de La Plata decidió absolver al policía Cristian Daniel Duarte, acusado de doble homicidio del que fueron víctimas Mauricio Andrada (17 años) e Ismael Perussatto (20 años), en un hecho ocurrido el 12 de febrero de 2014 en las calles 71 entre 23 y 24 de La Plata. Con toda la prueba pericial en contra, los jueces entendieron que Duarte actuó en “legítima defensa”, cuando en verdad fusiló de costado y desde atrás a ambos jóvenes. En un nuevo fallo que convalida el gatillo fácil se ven los efectos concretos de la “doctrina Chocobar” y se hace urgente redoblar los esfuerzos de la militancia antirrepresiva en nuestra zona.
Desde el Colectivo contra el gatillo Fácil, espacio desde el que acompañamos durante 3 años a la familia de Mauricio Andrada y pudimos llevar a juicio oral al policía Cristian Duarte, repudiamos un nuevo fallo que instala la impunidad de la represión de Estado con la absolución de este asesino de uniforme. El Tribunal Oral Criminal 3, integrado por los jueces Ernesto Domenech, Santiago Paolini y Andrés Vitali, tenía la oportunidad de poner un límite al accionar policial del gatillo fácil pero decidió convalidar la “doctrina Chocobar” con un fallo que afirma que a los pibes chorros se los fusila sin más.
Este lunes 5 de marzo el TOC 3 decidió absolver por unanimidad a Duarte y librarlo de todos los cargos de los que venía acusado. Recordamos que la fiscal Graciela Rivero, quien dio por probado que el robo violento hacia Duarte existió y que en esa situación el policía actuó de manera “desproporcionada”, le había pedido 12 años de prisión como autor de doble homicidio simple agravado por el uso de arma. En igual sentido, la representante de la madre de Mauricio Andrada como particular damnificada, Raquel Ponzinibbio había solicitado igual condena por igual delito y había sumado como agravantes la cantidad y característica de los disparos de Duarte y el hecho de que sea efectivo policial con preparación específica, esto es integrante del Grupo Halcón de la Policía Bonaerense.
Toda la prueba pericial generada en el debate oral indicaba que era muy difícil justificar la conducta de Duarte. La perito forense Andrea Sánchez afirmó que la trayectoria del disparo que recibió Perussatto fue de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo y ligeramente de adelante hacia atrás. Eso indicaría que Duarte disparó parado y que Ismael recibió el disparo sentado en la moto, en diagonal a Duarte y levemente rotado hacia su flanco trasero izquierdo, es decir en posición más de fuga que de enfrentar al policía. En el caso de Andrada, por la opinión de la perito balística Andrea Zamudio y la forense Gabriela Tinto que realizó su autopsia, la bala entró por la línea axilar posterior izquierda, lo que indica que también fue ejecutado con un disparo lateral desde atrás, es decir tratando de evadir la situación.
 Imagen integrada

Con todo ese análisis de lo que había surgido en el juicio, la absolución de Duarte en opinión unánime de los jueces Domenech, Paolini y Vitali suena como una pesada defensa del gatillo fácil y muestra a las claras que para la justicia vale siempre más la propiedad privada que la vida de las personas. Sino no se entiende cómo los jueces justifican a un policía con preparación especial en tiro controlado y situaciones límite que fusila de costado y desde atrás a dos pibes que le habían robado previamente, pero que ya emprendían la huida. Para los jueces se justifican dos homicidios por una mochila.
El TOC 3 informó que el 9 de marzo dará a conocer los fundamentos del veredicto.  Allí se verá al detalle si los jueces compraron entera o a partes la versión de la defensa de Duarte, compuesta por los abogados del área de Asesoramiento Legal del Ministerio de Seguridad bonaerense Fernando Pedersoli, José Antonio Postillone y equipo. Allí quedará claro si los jueces avalan la retorcida versión de los hechos según la cual la existencia de restos de disparo en ambas manos de Perussatto y de un plomo de 4 gramos en la posición de Duarte probaría que el joven habría disparado sobre el policía, aunque no se le encontró arma y la perito balística relativizó en el juicio tales afirmaciones. Del mismo modo esa hipótesis ubica a Andrada blandiendo el arma en todo momento contra Duarte y, aunque no se probó técnicamente que haya gatillado, lo coloca disparando balas que no salieron y que según la perito balística no se puede comprobar que hayan sido gatilladas en ese momento. Por lo demás, Sus Señorías parecieron ser menos permeables al reclamo de justicia de la familia de las víctimas que al relato de los poli-abogados, quienes se dedicaron a denostar la imagen de los jóvenes muertos, citando antecedentes y determinando peligrosidad y “modus operandi”, como si ello justificara su fusilamiento público. Desde la querella de la familia de Andrada vamos a apelar este fallo que busca la impunidad del gatillo fácil ante la instancia de Casación. Pero sobre todo, llamamos a tod@s l@s compañer@s y organizaciones que luchan contra la represión a redoblar los esfuerzos de la militancia antirrepresiva en La Plata, organizándose en el Colectivo Contra el Gatillo fácil para seguir construyendo  una respuesta popular a la represión del Estado.
Así como sucedió el año pasado el TOC 4 absolvió al policía Diego Walter Flores, asesino de Omar Cigarán, con el fallo absolutorio de Duarte va quedan do claro que el poder judicial es un agente encubridor de los crímenes de Estado si el que mata lleva uniforme. Por eso llamamos a seguir organizándonos para salir a la calle a exigir justicia por Omar Cigarán, Mauricio Andrada, Ismael Perussatto, Víctor González, Damián Corvalán, Nicolás Vargas, Maximiliano Campos y tant@s pibes y pibas asesinad@s por la bala policial. Para seguir denunciando que los hechos represivos como el gatillo fácil, las detenciones arbitrarias y las torturas en comisarías no han cesado en este tiempo, sino que se han incrementado producto de la desigualdad social que se vive, de la creación de una cultura violenta y una marginalidad planificada desde el Estado y por la saturación de los barrios con más Policía que todos los gobiernos vienen practicando.