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lunes, 15 de octubre de 2012

MUJERES KOLLAS: ES DIFICIL SER REINAS EN UN MUNDO DE GUSANOS CAPITALISTAS.

Jujuy (Puelmapu).- 
La Quiaca, ciudad jujeña
fronteriza a Bolivia, se encuentra conmocionada, es que Gloria y Antonella,
dos adolescentes, desaparecieron cuando en su colegio se estaba festejando la
fiesta del estudiante. Este festejo es uno de los más importantes en la
provincia de Jujuy, realizándose desfiles de carrozas y elecciones de reinas.
La reina provincial históricamente ha sido elegida entre jovencitas blancas
provenientes de importantes familias de clase media y alta del valle
jujeño.  Gloria y Antonella quizás en algún momento
soñaron con ser reinas, pero la realidad que el capitalismo impone a las
jóvenes kollas de sectores trabajadores y populares es muy diferente a esa
fantasía de coronas de filigrana y mantos de paño. Es que es difícil ser reinas
en un mundo de gusanos capitalistas.

A pesar de su desaparición se realizaron los desfiles en La Quiaca, este
año las carrozas debían llevar un moño negro en señal de luto por este hecho y
por el suicidio de una pareja de estudiantes secundarios. Mientras esperamos
que comience el desfile, María, la maestra de primaria de una de ellas, la
recuerda como una niña que debía cumplir “obligaciones  de grande” en
su casa, lo que la llevó a
repetir distintos grados y expresa su deseo de que se haya ido voluntariamente,
escapando de esa vida. Esa vida común a muchas mujeres de la puna, golpeadas
por el capitalismo, por ser mujeres, por pertenecer  a un pueblo
oprimido, por ser de sectores
trabajadores y populares. Mujeres kollas que al ingresar a la escuela
enfrentamos el desprecio de la cultura dominante
hacia nuestra propia cultura, que sufrimos el desarraigo, la soledad y la
discriminación al trasladarnos a pueblos y ciudades para poder
estudiar o trabajar,
que somos explotadas como obreras rurales al “bajar a la cosecha” con nuestras
familias, que nuestro cuerpo y nuestra cara son menospreciados por no responder
 al estereotipo de belleza blanco y
occidental impuesto por los medios, que somos mayoría entre las trabajadoras
desocupadas y las precarizadas, que si decidimos abortar debemos hacerlo de
manera clandestina poniendo en riesgo nuestras vidas, que enfrentamos al estado
y a las mineras que expropian y contaminan nuestro territorio.

Gloria y Antonella … desaparecidas hace tres semanas, la justicia y
la policía, a pesar del reiterado pedido de las familias de que se lo caratule
como trata de personas, investigaron su caso como “fuga de hogar” realizando
allanamientos en casas de conocidos de las chicas mientras tanto  el
tiempo pasaba. En las radios se escuchan reclamos
de mayor seguridad, paradójicamente, en La Quiaca por ser zona de frontera se
concentran la policía provincial, la federal, la infantería, la gendarmería, es
claro que estas fuerzas están orientadas principalmente a reprimir las luchas,
como lo hicieron en 2007 cuando desalojaron la municipalidad tomada por
trabajadores desocupados, mientras tanto encubren los negocios millonarios que
involucran el tráfico de drogas y personas, y
“legitiman” su presencia maltratando y humillando a los que transitamos
por las rutas de la zona, sustrayendo pequeñas cantidades de hojas de coca,
frutas y vegetales. También la iglesia tomo posición a través de Jesús
Olmedo, referente
de esta institución que en la puna impuso a generaciones de mujeres el modelo
de la abnegación y la sumisión, quien declaró públicamente que para él no era
un caso de trata y llamó a orar por su aparición. Las familias recientemente
denunciaron que desde la municipalidad a cargo de un intendente K se las
presionó para que no saquen los  ”trapitos sucios” de las mafias del poder.

A pesar de las maniobras del gobierno, la justicia, la policía y la
iglesia, se realizan marchas exigiendo la aparición de las estudiantes
y de Ariel Llampa, joven desaparecido también hace casi un año. Para
conseguirlo, es necesario confiar en nuestras propias fuerzas y
profundizar el camino de la movilizaciòn avanzando en la coordinación
de familiares, estudiantes, docentes y organizaciones sociales.
    Las mujeres y hombres de la puna históricamente nos hemos
levantado enfrentado
la adversidad y protagonizando luchas por nuestros derechos
territoriales,  sindicales, por mejores condiciones de vida. Con
la consolidación y el avance del capitalismo en estas tierras las formas de
violencia hacia nosotras, las mujeres, se han profundizado, por ello
es preciso destruir de
raíz este mundo de gusanxs capitalistas uniendo fuerzas con todxs lxs oprimidxs
y explotadxs, no para ser reinas, sino dueñas de nuestro destino.