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jueves, 28 de junio de 2012
LOS DRAGONES: NO A LA MILITARIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES EN CHUBUT
Chubut, 23 de junio de 2012 (Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción).- Los trabajadores de la construcción de Cerro Dragón están protagonizando una gran lucha, hoy distorsionada por grandes medios, donde se los acusa de violentos, tarea que facilita una posible gran represión de la gendarmería en los yacimientos sin abordar las profundas razones de su conflicto.
Los Dragones reclaman algo que está inscripto en las principales luchas libradas estos años contra la precarización laboral. Desarrollan trabajos en las áreas petroleras con las mismas características que los trabajadores del petróleo, pero perciben 4.011 pesos menos por mes que ellos. Con este procedimiento se manejan todas las petroleras del país, de este modo hay involucrados casi 8000 trabajadores de la construcción mal encuadrados, con la abierta complicidad del Gobierno Nacional.
El reclamo de Los Dragones es similar al reclamo de los tercerizados ferroviarios que luchaban por pasar a revistar en la última categoría del gremio petrolero.
El gran disparador del conflicto fue que las empresas Tecnotrol e Incotrol produjeron 22 despidos cada una y Panamerican desconoció un acuerdo establecido por el gremio petrolero sobre el pago de las horas de viaje a los yacimientos, dándoles a los que trabajan en la construcción la mitad del dinero por el mismo recorrido y en las mismas Combis. Por si esto fuera poco las petroleras no reconocen un acuerdo de pago de los salarios familiares a los trabajadores de la construcción, que sí se los pagan a los petroleros.
La burocracia de Gerardo Martínez convive desde siempre con este sistema brutal de precarización laboral en toda la Patagonia, lo que llevó a los Dragones a formar una nueva organización sindical desafiliándose casi 3000 compañeros de la UOCRA. Sin embargo, el Ministerio de Trabajo no reconoce al nuevo sindicato, y ahora con el vergonzoso acuerdo firmado entre Martínez y Cristina (desde México) se profundizan las diferencias salariales con los trabajadores petroleros, pues las petroleras se atienen a lo firmado por la UOCRA.
En el conflicto el Gobierno nacional tiene una enorme responsabilidad pues ha mirado para otro lado en todos los reclamos desde enero. La Gendarmería Nacional actúa en los yacimientos como la guardia de seguridad de Panamerican Energy hostigando permanentemente los reclamos, lo que ha generado un gran odio entre trabajadores duros que trabajan en condiciones de máxima adversidad.
El Gobierno Nacional tiene todo el poder para sentar a la Panamerican con los trabajadores y no lo hace. Tiene además el poder para retrotraer el conflicto y que se reintegren los 44 compañeros despedidos, y puede lograr equiparar el pago de las horas de viaje a los yacimientos e iniciar un proceso de pase a petroleros de los compañeros.
Sin embargo, dilata esta reunión nacional que piden los compañeros y ha mandado al funcionario “todo terreno” Berni a hacerse cargo de las “operaciones” de Gendarmería repitiendo la militarización que sufrieron los camioneros, lo que en las circunstancias que se viven en Chubut puede tener consecuencias mucho más graves de los refregones que hubo en La Matanza.
Los compañeros están dispuestos a levantar el conflicto si la empresa y el Gobierno se sientan a discutir los reclamos con una comisión de trabajadores, pues las petroleras han desconocido tres acuerdos anteriores y reina una enorme desconfianza por la impunidad con que se mueven las patronales.
Hay que apoyar el reclamo de los compañeros que está inscripto en la lucha nacional contra la precarización laboral; en la lucha del Subte por obtener la personería de su sindicato y en la lucha por la independencia de los sindicatos del Estado.