Imputada en el caso.Bajo el lema “Defender la niñez es defender el futuro”, la APDH, “en atención a las noticias publicadas en medios locales referidas al descubrimiento de una conexión local de redes de pornografía infantil”, planteó que “considera imprescindible el compromiso de toda la comunidad para exigir a la Justicia que se llegue hasta las últimas consecuencias en la investigación y consecuente castigo de tan aberrante crimen”.
El pasado viernes, el matrimonio involucrado en la investigación que lleva adelante el Juez Miguel Ángel Gaimaro Pozzi, se negó a declarar. Una vez que se presente ante el juez, deberá explicar la supuesta existencia en su domicilio de material de pornografía infantil. En el allanamiento realizado el miércoles en la vivienda de San Martín al 200, la Justicia secuestró computadoras, cámaras fotográficas, y memorias portátiles de Pcs.
Ahora, la APDH llamó “a la comunidad toda a que se sume a nuestra demanda de justicia”. (ANB)
Indignación y sorpresa
Tanto Ricardo como Alicia Runge son conocidos vecinos de la ciudad. Como profesor de la ex Enet y como lector interactivo, el hombre participó en numerosas ocasiones en el correo del Digital. La intervención de la justicia no ha sido- empero- improvisada, ya que el caso venía siguiéndose desde hace años.
La noticia que involucró a Ricardo Runge y su mujer en el caso de presunta distribución de material pornográfico infantil provoca indignación y sorpresa. Profesor tradicional de la ex Enet y descendiente de una familia pionera de la ciudad, dueño de una personalidad singular, Runge no daría el perfil para ningún protagónico delictivo, de ningún alcance. Ni para hurtar una manzana madura del árbol del vecino. Antes bien, aparenta ser un hombre de principios y que trasunta honestidad. Así pareció evidenciarlo desde que -desde hace mucho tiempo ya- escribe como lector interactivo en el Digital, sobre los temás más diversos, pero por lo general orientados a la educación, el cariño a la Patria y los recuerdos del Bariloche antiguo. El último fue sobre una canción irlandesa que habla de Malvinas. Hasta allí llega nuestro conocimiento sobre su persona.
Será ocioso explicar cuánto de grande fue la sorpresa en la redacción cuando primero los trascendidos y luego la evidencia de su domicilio y la frustrada concurrencia al juzgado ubicaron su nombre en la sección policiales de distintos medios.
Por supuesto, mucho camino habrá de andar la justicia hasta probar y luego condenar, si así resultare de las investigaciones, pero por ahora está bajo sospecha en un delito no tan castigado por el Código Penal como deplorado por la sociedad. La condena máxima sería apenas de 4 años.
Quizás Runge pueda escribirnos ahora. Tiene el espacio y el derecho. Ayer por la mañana Alicia, la esposa, gritó a viva voz que nada está probado, cuando los fotógrafos montaban guardia frente al estudio de su abogado, el ex defensor oficial Omar Costa. No ha de ser fácil, pero nos gustaría creerle, claro que sí.
De todos modos, con un hijo discapacitado y otra hija en Europa, el matrimonio Runge tendrá mucho que explicar por estas horas, pues en los allanamientos se encontró mucho material fílmico y fotográfico sobre la materia que se investiga, y algunos otros elementos que podrían resultar incriminatorios, según dijeron fuentes cercanas a la investigación. Dieron más detalles, pero conviene esperar la información de la justicia y ver qué papel juegan otros actores involucrados.
Por ahora, cabe la presunción de inocencia, ese intachable precepto.
Y habrá de respetarse, aunque den ganas de insultar de arriba a abajo.
Editoriales ANP
