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Foto de Gustavo Zaninelli |
(ANPP).- En la semana por la memoria la verdad y la justicia, se siente particularmente vivo el recuerdo de nuestros seres queridos, familiares y compañeros asesinados y violentados por el terrorismo de estado y la complicidad muchos. Pero no solo aquel horror de la última dictadura cívico militar empaña las vitrinas de la historia argentina. Desde el Museo de La Plata, los restos de las familias Folyel, Inacayal, Sayhueque, entre miles de restos humanos, reclaman una impugnación constante, una memoria viva que los restituya a sus familias y a sus territorios. “Para terminar con la cosificación como sujeto colonizado y sometido lo integramos en el contexto histórico, identificándolo como sujeto social, definiendo el verdadero carácter de su lucha de resistencia, y entendiendo a ésta como un conflicto entre iguales”. Este es el objetivo de fondo que el colectivo guias (Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social) mantiene en la muestra itinerante de fotografía “Prisioneros de la ciencia” que por estos días estará situada en el ifdc de El Bolsón, localidad en la que vivía Santiago Maldonado al momento de su desaparición seguida de muerte, en el marco de la denuncia por los incesantes atropellos a los dd hh de los pueblos originarios y el reclamo de las comunidades mapuche por sus territorios ancestrales.
En cada localidad por donde pasa esta muestra, las reacciones son diversas. Dependiendo de la cercanía con el contexto histórico, la idiosincrasia del lugar, etc. Aquí, en la comarca, se decidió desde el instituto de formación docente, junto con el colectivo organizador, convocar a representantes de la comunidad mapuche para que participaran en la preparación y presentación de la muestra. Allí se hicieron presentes Elisa ose y una werken, de la comunidad de las huaytekas, quienes consiguieron, hace muy poco, que fueran restituidos los restos de margarita foyel, Hija del cacique Foyel, llevada prisionera junto a su familia, y destinada a vivir y morir en cautiverio, como una “pieza viva” del museo.
Ana paula Oyarzábal, artista plástica y docente de artes visuales del instituto:
“La muestra es movilizante porque no es pasado. Lo que propone la muestra es poder mirar criticamente las fotos que se usaron para estudiar a nuestros ancestros. Y hoy nuestros ancestros están presentes. Si bien las personas retratadas no están más, si lo está su cultura. Entonces desde ese lugar, está bueno mirarlas y entender que este tipo de imágenes que estamos viendo fueron un dispositivo armado para que creamos la idea de que son del pasado, que son salvajes, que son históricos, que están asociados al animal, al no progreso. Hay todo un relato encubierto en este tipo de imágenes. Esto es lo que invitamos a mirar críticamente en las fotos. Poder ver e identificar qué están queriendo decir al poner a un grupo de personas en pose. Esas personas, quisieron ponerse en ese lugar? Quisieron ponerse esa ropa? Lo que es paradójico es que esas fotos fueron sacadas con máquinas que pertenecen a la modernidad por lo que muy pasado no era. Miremos críticamente esto para poder entender esta complejidad que atraviesa esta muestra.”
Elisa Ose sobre el “PATRIMONIO”
“Sí es cierto q esta muestra tiene esta impronta distinta que es impugnar. Pero no dejamos de ser sujetos que estamos siendo estudiados. No dejamos de ser una cosa, en vista de la gente que vive en este estado argentino (…)
¿El patrimonio cultural qué incluye? ¿Qué pasa con las familias de desaparecidos de la última dictadura militar? ¿Qué pasa con el archivo histórico que hay ahí. Está a disposición de toda la sociedad argentina? ¿Debe estar? ¿Es patrimonio histórico o es lago familiar, de uno? Eso es lo que me puse a pensar en estos días. Cómo miramos y qué queremos mostrar. Agradezco la intención de la muestra pero más allá de eso, es necesario replantear estos conceptos que tienen que ver con cosmovisiones que son distintas. Es muy fina la línea de hasta qué punto invado o no invado. O me dejo ser invadida o no por esa otra cultura, si se quiere mayoritaria.”
También se encontraba en el lugar Carlos Masotta, antropólogo doctorado por la Universidad de Buenos Aires, e integrante de Flacso, especializado en Antropología visual, quien destacó
La necesidad de impugnar constantemente a través de la imagen:
“Son imágenes que no solamente documentan un proceso de sojuzgamiento de las comunidades científicas pos conquista del desierto sino que comparten ese contexto. No solamente lo documenta. Estamos mal acostumbrados a ver la fotografía como algo externo q simplemente o ingenuamente, objetivamente testimonia, sin ser parte del proceso. Roca hizo su campaña con fotógrafos contratados. O sea q la fotografía es parte de ese proceso y aquí se ve con claridad. La total impugnación en la actualidad de estas imágenes tiene que ver con atender a ese doble proceso. Documenta sin duda, escenas, a personas, pero al mismo tiempo lo hace de una forma singular justamente porque son parte del mismo proceso de sojuzgamiento.
Es parte de un discurso que acompaña la práctica misma de sojuzgamiento. En este caso estrechamente vinculado con lo que fue la avanzada militar en la Patagonia. A eso se sumó la antropología y a eso se sumó una institución clave en el proceso de exposición q es la institución museo. Y tiene que ver con un capitulo particular de la antropología en esa época.
La institución museo se asocia con la producción del conocimiento científico y se apoya en otro pilar fundamental que es la exhibición. Estas fotografías fueron parte de las vitrinas que mostraban los restos de los cuerpos de muchos de los fotografiados. Esta exhibición fue parte del proceso de construcción del discurso sobre eso mismo.
Acá se da un contexto muy singular. No me extraña, y es más, me parece bien que la comunidad de las huaytekas haya participado sobre la cuestión. Tiene que ver en particular con margarita foyel, hija del cacique foyel, familia que fue prisionera en el museo de la plata. Esto de prisionero de la ciencia es una metáfora porque primero fueron prisioneros militares, prisioneros de guerra y después son trasladados desde esa experiencia a los museos. No es la ciencia la que los toma sino que es la avanzada militar que los hace prisioneros.
La comunidad de las huaytekas tuvo un proceso de restitución de los restos de margarita muy singular. Que tuvo que ver con invertir el proceso de exposición al que habían sido sometidos. Margarita fallece en el museo de la plata, sus restos pasan a las colecciones, sus huesos son limpiados, su cuero cabelludo es extraído, su cerebro es guardado en formol, etc. Esas “piezas” quedan en el museo y son expuestas además. Luego salen de exposición a partir del grupo guías y organizaciónes de comunidades indígenas y esos restos comienzan a ser restituidos a partir de una ley nacional. La comunidad a partir de ese movimiento de restitución reclama los restos de margarita foyel para que sean devueltos a su comunidad pero no en una forma de exposición.
Esto sucedió hace uno o dos años. En ese contexto, que vuelvan a aparecer fotos de margarita foyel en este formato de exhibición, bueno, es fuerte. No me extraña que la impugnación haya venido de esa misma experiencia. En buenos aires puede que se muestren sin mayores conflictos, pero acá, en el contexto de las luchas de las comunidades indígenas y particulamente en el contexto de ellos, es lógico que tengan algo que decir al respecto.
La situación actual es de restauración conservadora. Seguimos con el discurso eurocentrista. Vinculado a lo plurinacional, me parece que el tema después de lo de Maldonado, lo de Rafael Nahuel, la militarización de la zona, se recreó una noción de frontera, se reescribió sobre la frontera nacional la problemática indígena. Con todos los discursos de los medios hegemónicos sobre el mapuche chileno el mapuche argentino, nuevamente la frontera nacional operando, como en los ´70 había sido la subversión marxista o de elementos extranjeros, pero ahora inscripta en el territorio patagónico. La situación me parece crítica, en la medida que habilita todo el discurso conservador que pensábamos dirimido, pero que evidentemente estaba allí.
La mirada del otro.
La diferencia social y cultural tiene que ver con un vínculo, con una relación. Algo así como que no existe el otro sino que existan las relaciones entre uno/s y otro/s. No existen identidades, sino que existen relaciones singulares que producen identidades. A tales tipos de relaciones, tales tipos de identidades. Cuando la cosa se endurece de la manera en que se esta endureciendo ahora, muchas veces aparecen procesos de esencializacion de identidades. Este es mapuche, este no, este puede serlo, este no. Este usa celular, no es mapuche, este es blanco… esto tiene que ver con esta puesta en relación de sectores en relación a otros. Quién mira y quién impone esa mirada. La identidad no aparece como algo fijo que posee la gente sino más bien como algo dinámico que se construye siempre en relaciones. Si no hay relaciones no hay identidad.”
La muestra estará en el Instituto de Formación Docente continua de El Bolsón, hasta el 6 de abril y se podrá visitar en el horario de 9 a 21hs.
Por los 30.000 compañeros y compañeras desaparecidas, y por todas las víctimas del terrorismo de estado, en dictadura y en democracia, digamos Presente. La historia se mantiene viva y exige memoria, verdad y justicia.