Por Pablo Salomón
Es común encontrarse con diversos mitos urbanos, e incluso
desarrollos fílmicos documentales, y hasta relatos documentados sobre las
migraciones hippies a la comarca de El Bolsón desde principios de los 70, en
busca del regreso a la naturaleza y detrás del sueño de cultivar y vivir de lo
que la tierra les diera. La construcción de pequeñas comunidades, dentro del
capitalismo de consumo, pero apartada de sus dinámicas: pequeñas burbujas
contraculturales, que permitieran, no combatir a ese mundo, sino ignorarlo
construyendo otro paralelo.
Sin embargo, El Bolsón fue lugar de llegada
de militantes políticos de la insurgente Argentina de fines de los 60 y 70;
albergando en sus valles a distintos actores sociales, cuya militancia
particular y su experiencia previa, permitieron la construcción de redes de
militancia política, sobre todo apartidaria, y el desarrollo de prácticas
políticas que mantuvieron vivo cierto tejido social, permitiendo la
configuración de un fuerte movimiento contrahegemónico y de disputa política,
que excedió ampliamente cierta pasividad con la que se asocia a la
contracultura hippie.
Quizás algunas de estas características de la
localidad de El Bolsón, permitan explicar por qué hoy (como tantas otras
oportunidades) la comarca andina del paralelo 42 se constituye como bastión de
lucha de los trabajadores estatales frente al ajuste que intenta aplicar el
Estado rionegrino. Quizás algunas de estas características permitan explicar
porqué los docentes rurales se mantienen en pie de lucha desde el inicio de
clases ( ninguneado porque no es el inicio de las supuestas escuelas serias,
“las urbanas”, las “civilizadas”) frente al cierre de cargos docentes bajo
estrictas racionalidades técnicas que demuestran una vez mas el desconocimiento
de las necesidades concretas de niños cuyas familias resisten el proceso
de expulsión de la tierra para transformarse en consumidores urbanos de lo que
ya no les pertenecería como fruto del trabajo.
Quizás algunas de estas características de El
Bolsón permitan comprender por que esos niños y sus familias y sus docentes
no están solos y encuentran el apoyo de trabajadores docentes de escuelas
urbanas, de trabajadores del Estado municipal, de porteros, de cocineros….
La movilización de trabajadores estatales
frente al ajuste que se desarrolló ayer en las calles de El Bolsón (Primera
Movilización de Unidad en la Provincia) es la manifestación de cada una de esas
características tan particulares de nuestra localidad. Es la respuesta al ex
dirigente sindical docente devenido en Técnico del Estado, Don Marcelo Mango,
tan alejado de la realidad de vivir en tan fin del “mundo civilizado y
orgánico”.
Quizás algunas de estas características le
permitan comprender al Ministro que no servirán las amenazas de descuentos y
sanciones, que no servirán las extorsiones para convocar a discutir el salario
que nos da de comer , que no le servirá presentar a la localidad como la
responsable de imposibilidad de acuerdos a nivel provincial sobre el
ajuste que el mismo encabeza.
Quizás
deban comprender el Ministro de Educación y el Gobernador de la provincia, que
El Bolsón no está solo, y se alza el apoyo de los trabajadores de toda la
provincia; y que con esta misma fuerza de Unidad que se levanta a nivel
local, enfrentaremos provincialmente el ajuste que quieren hacer pagar a los
trabajadores.