Buenos Aires, domingo 7 de julio de 2013 (ANRed).- Veinte meses lleva la familia Solano sin Daniel Solano. La
historia nos muestra constantemente a mujeres repletas de coraje y de fuerza
que buscan a sus hijas e hijos, que reclaman justicia por ellos, que son
capaces de dejarlo todo por obtener respuestas que calmen algunas de las tantas
preguntas. En este caso –enredado si lo hay-, fue el papá de la víctima,
Gualberto, quien se puso al hombro el dolor y lo expresó gritando en silencio
con las facciones de su rostro. Hace cinco días que no come, con frecuencia
tiene episodios de hipertensión y ya sufrió dos principios de accidentes
cerebrovasculares desde que instaló su acampe frente al juzgado de Choele
Choel, cuando desaparecieron a su hijo. “No lo dejemos morir”, se pidió esta
tarde en el pueblo rionegrino en referencia al reclamo de un padre dispuesto a
dejar su vida por la verdad.
Por Soledad Arrieta
Neuquén (8300web).- Habla poco, pero dice mucho más de lo que podría expresar
con todas las palabras que manejamos la mayoría de las personas a diario. Lo
acompañan Pablo y Romina, tío y prima respectivamente de Daniel, además de los
abogados Sergio Heredia y Leandro Aparicio: “estamos acá por él”, sostienen
todos como si se tratara de una gran locura en la que ya están tan inmersos
como lo está la población del lugar con su indiferencia, pero del lado
contrario, literalmente en la vereda de enfrente.