Hay una mirada que nos estamos olvidando sobre las imágenes que vimos a través de los medios masivos de comunicación sobre un puñado de saqueos en algunos supermercados de nuestro país, Argentina, días antes de la celebración de la navidad de 2012.
La imagen en cuestión refleja a personas encapuchadas corriendo con objetos robados, principalmente televisores muy caros, de esos ultra modernos.
Y entre las opiniones sobre estos episodios aislados, los más idiotas compararon estos hechos con la crisis económica del año 2001.
En contraposición, los comentarios más razonables al respecto, sostuvieron que esto sólo pasó en pocos lugares y que fue agitado por lo peor de la política, los mafiosos de siempre.
La gente con la que más coincido explica también que hoy no robaron comida como en 2001, sino que los bienes más preciados de saqueo fueron los televisores de última generación, los LCD.
Yo no creo que haya sido sólo eso, pero sí en gran parte. Tampoco creo que no exista gente que no pase hambre entre los 50 millones que somos, aunque nadie planteó ese debate, estábamos hablando de otra cosa. Pero siento la necesidad de decir que sí creo que debe haber personas que la pasan bastante mal en lo económico, hoy. Asimismo, pienso que la pobreza no es algo sistemático como pasó antes y que se la combate decididamente, hoy también, porque hay un claro y firme camino emprendido hacia la igualdad.
Pero quiero salir de este análisis bipolar de "crisis o no crisis" para mostrar una tercera y simple visión de lo ocurrido: en esta sociedad donde SER es TENER, esos encapuchados que saquearon no estaban llevándose solamente un aparato caro para revender o para usar en su casa, creían también que estaban llevándose una garantía para ser mejores personas, para ser "como hay que ser".
Eso es lo que por acción u omisión vendemos como sociedad todos los días, en cataratas constantes de información, a través de los diarios La Nación y Página/12, las radios 10 y Nacional, con Tinelli, Grondona y 678, y con miles de carteles en la calle: ¿QUERÉS SER MÁS? ENTONCES TENÉ MÁS. ¡SOS LO QUE TENÉS!