Bariloche (Colectivo Al Margen).-Opinión: Fernando Fernandez Herrero - DNI: 21954549
Que difícil hacer una reflexión sobre lo que pasa en Bariloche. Desde hace unos días se sabía, lo alertó el Intendente que denuncia periodistas, que podía haber intentos de saqueos, pidió por eso colaboración a los supermercados, algunos ofrecieron una miseria, otros nada.
Por la mañana de hoy un grupo de 20 personas se presentó en el Chango Más para pedir bolsas de comida, no les dieron, entraron a buscarlas, se llevaron la comida y los pañales hasta que alguno manoteó un electrodoméstico, a partir de ahí todo se precipitó, algunos de los que cargaban comida habrán empezado a sentirse tontos, la relación peso/valor no rendía, y en definitiva mientras el cuerpo les duele si no comen, este sistema hace que les duela todo lo que les propone tener y nunca llega, tantas miradas acumuladas de cosas que nunca podrán comprar comprimidas en el instante de dejarse llevar por la decisión de simplemente agarrarlo.
Después vino la crónica del noticiero contando como habían robado los televisores y mostrando los desmanes de los inadaptados, no habló nunca el periodista durante esa crónica de la realidad ya casi insoportable que se vive en los barrios pobres de Bariloche, ni de tantas ilusiones robadas, ni de tantas vidas terminadas abruptamente por armas que nadie controla en un territorio liberado al alcohol y las drogas para menores, sin laburo, ni vivienda, ni tierra, ni familia, solo mostró las estanterías con los televisores faltantes.
A partir de ahí la locura, mucha gente, tanta que duele más que el difícil dolor de ver plasmada en imágenes crudas una ciudad partida, tomo la decisión interna de traicionar sus valores, de negociar con su conciencia y salir a buscar algo, un televisor, un audio, la campera esa que muestran en la tele, una bicicleta para el hijo, las pelotas del pibe de la foto, esas pelotas que sábado a sábado miraba ajenas y deseaba, y los más traicionadores directamente con su camionetas, a veces de gran valor, a llenarlas de mercadería, evidentemente ya no era a esa altura un problema de hambre.
Salieron los funcionarios de grandes sueldos a dar sus diagnósticos: inadaptados, ladrones baratos, Indigenismo duro, grupos duros con posiciones anarquistas, extrema izquierda, delincuentes, radicales, narcotraficantes, operadores del Grupo Clarín, punteros políticos, mercenarios de algún sindicalista, etc. Es que hay que lograr explicar cómo en el país del crecimiento chino durante 10 años, con 50.000 millones en el banco, con los 500 millones en inversiones para la ciudad que anunció el gobernador hace poco, con los anuncios millonarios del senador plenipotenciario, con los reanuncios del Intendente deudor y con el modelo nacional y popular viento en popa, puede pasar lo que pasó, hay que explicarlo pero no se puede.
Puede haber habido de todo, pero la realidad es que nada de lo que sucedió podría haber pasado si no estuviera Bariloche en el estado en que está. Una ciudad con una crisis tan antigua que ya parece crónica, partida entre al alto abandonado y la postal custodiada por Cámaras empresarias y fuerzas de seguridad, con una serie de gobiernos radicales que durante los últimos 28 años básicamente nos endeudaron y nos mataron a los pibes pobres, con un gobierno del Frente para la Victoria que por ahora no pasa de anuncios aburridamente repetidos o nuevos, pero que difícilmente llegan a cambiar en serio la vida de miles de barilochenses que ya no creen, y lo peor de todo, que perdido por perdido, si los funcionarios de grandes sueldos roban, si los jueces de grandes sueldos nos los juzgan, si los empresarios evaden o presionan para que en la distribución ganen siempre los que se lograron subir al tren, si la policía protege con sus armas todo lo anterior, y el resto de los ciudadanos practica una cómoda indiferencia mientras se va pasando la vida y todo siempre sigue
igual, de mal, ¡vamos a robarnos todo porque nos robaron todo!, ¡vamos a romper todo porque ya está todo roto, empezando por las ilusiones!.
No paran de escucharse sirenas y tiros lejanos, ojalá termine todo sin vidas perdidas, esas que aunque muchos no lo entiendan ni lo acepten son más importantes que los LCD. Como comunidad estábamos al borde del abismo y hoy hemos dado un paso adelante, y como está doliendo la caída
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