En los últimos tiempos, hemos ido viendo que los y las
trabajadores/as en esta provincia, somos capaces de ir un poco más allá de lo que nosotros mismos pensábamos que iríamos. El último conflicto docente, con el corte de ruta en
Chichinales, mostró y nos mostró que habíamos recuperado una herramienta de lucha potente: la decisión de que nuestros reclamos son justos, y en consecuencia, su defensa
irrestricta. Si bien, la
dirigencia sindical entregó una vez más todo este revivir de nuestro sentir, para muchos, de un lado y del otro, quedó claro que una nueva historia era posible de pensar.
Todo esto ocurre en el contexto de crisis mundial del capitalismo, en la que los poderosos del mundo, del país y de la región (que son lo mismo), han decidido que los platos rotos, los paguemos otra vez nosotros, los que tenemos que pensar día a día cómo vamos a hacer para comer mañana.
Pero no van a dejar cabos sueltos, y por eso es que ya hace unos años nos insisten con
capacitaciones para la inclusión social. La escuela debe incluir lo que el sistema político, económico y social excluye. Debemos enseñar matemática, lengua, etc, pero sobre todo a respetar, no robar, y no ser violentos, sin olvidar que lo hacemos en un mundo donde las leyes están hechas por los poderosos y para los poderosos. O sea, no solamente
reincorporarlos al sistema de explotación, sino también y más que nada, como sumisos frente a quienes nos someten al hambre y la desigualdad. Parte misma, de la naturalización del hambre y la desocupación somos los docentes, cuando no somos capaces de fijar una clara postura política frente a este planteo políticamente degenerado.
De todas maneras, siempre hay quienes se logran escapar a este planteo. Pero el gobierno lo sabe y también tiene algo para ellos y ellas. Río Negro no está exento de la política de
militarización que viene dándose en América Latina. Con su grupo de policía
antitumultos, el gobierno parece preparar
anticipadamente la respuesta a lo que genere las faltas de fondos para pagar salarios en los meses que siguen. Menos plata para salarios y más para represión es una fórmula que se enseña en
Colombia, con el “Plan
Colombia” (sucesor de la “Escuela de las
Américas”, donde Estados Unidos adiestró a las dictaduras
latinoamericanas.) Parece ser que hoy ya no serán dictaduras solamente, sino también democracias asesinas, como la que se viene ensayando en ese país desde hace ya más de cinco decenios. En ese contexto, que le arranquen la oreja a alguien, es sólo un detalle sin importancia.
Pero algunos de los y las docentes estamos aquí también para transformar este mundo. Y por eso, nos
comprometemos en nuestras aulas con un planteo político que las trascienda. Hoy decimos fuera
BORA de Río Negro, porque lo que ellos intentan aplacar no se arregla sino con justicia social. Justicia de tierra para todos, comida para todos, educación para todos, salud para todos.
Repudiamos el accionar del
BORA en El Bolsón y exigimos al gobierno que no se siga endeudando para pagar sueldos, que dejen de robar y de entregar nuestros recursos a los poderosos. Redistribución de la riqueza,
participación popular, justicia social y revolución.
Docentes Autoconvocados