(AW) publicamos a continuación una entrevista realizada por Carlos Saglul de la Agencia de la CTA a Fabián Bravo y José Soto, delegados de los trabajadores ajeros de Mendoza. En ella se refieren a las condiciones de trabajo, en especial de los niños, en la producción del ajo y a las denuncias realizadas.
Por Carlos Saglul
Mendoza, 4 de marzo de 2009 (ACTA).- Fabián Bravo y José Soto son delegados de los trabajadores ajeros de Mendoza. “Nos ha reconocido la Justicia a pesar de que todavía no tenemos sindicato. En esa construcción estamos”. En enero, la Segunda Cámara del Trabajo de Mendoza ordenó cautelarmente la reincorporación de Soto y Bravo.
Se trata de dos delegados, trabajadores en la empresa El Resguardo, que fueron electos por sus compañeros durante un conflicto que se suscitó a fines de noviembre de 2007 entre las empresas frutihortícolas acopiadoras y exportadoras y los trabajadores del ajo.
Ante la negativa de la empresa, los trabajadores se constituyeron en la misma con el oficial de justicia, el abogado querellante Alexis Barraza Flores, en presencia del Director del Departamento Jurídico de la CTA, Horacio Meguira, labrándose un acta con la que se logró la orden judicial.
Hace dos años vienen denunciando la explotación infantil de miles de niños, que ahora volvió a cobrar difusión a través de una denuncia de la Cooperativa la Alameda, a la que ellos recurrieron. “La provincia no puede ser más la capital de la explotación infantil”, reclaman.
He aquí parte del diálogo mantenido por Soto y Bravo con ACTA:
¿Cuántos son los ajeros y bajo qué régimen trabajan?
En la cooperativa Colonia Barranqueras hay 17 mil trabajadores inscriptos. Pera tenernos en negro han creado cooperativas que sirven para tercerizar la mano de obra. A ellos recurren los galpones ajeros cuando necesitan gente. Una investigación del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) llegó a la conclusión de que la cooperativa era la pantalla que usan empresas productoras para eludir el pago de cargas sociales. Con esos elementos, el INAES le aplicó la máxima sanción prevista por la ley: el retiro de la autorización para seguir funcionando. También fuimos a la Legislatura que se expidió, pero todo continúa como si nada.
A nosotros nos despidieron, alegando que éramos parte de esa cooperativa y no empleados de la empresa Campo Grande, pero logramos que la Justicia ordenará que fuéramos reincorporados.
¿Y ahora? Estamos trabajando en la creación de nuestro propio sindicato con dos prioridades: terminar con el trabajo en negro y la explotación infantil.
Hablemos de la jornada de trabajo de los chicos.
Hace un año hicimos la denuncia sobre el tema ante la Subsecretaría de Trabajo que se expidió. Después fuimos a la Cámara de Diputados que condenó lo que se hace con los niños. Ahora recurrimos a la Cooperativa La Alameda para darle más difusión al hecho y ver si el Estado hace algo.
Los pibes llegan a las cinco de la mañana y suben al camión que los lleva de vuelta a las 21. Son jornadas agotadoras. Por miedo a los inspectores que en realidad nunca aparecen, los hacen trabajar en el campo. Son jornadas muy duras. No hay sombra ni agua. Tampoco baños. Para comer se puede comprar algo en almacenes que te descuentan lo consumido de la quincena y suponemos, son del patrón.
¿Cuánto cobran?
El ajo se deposita en cajas de 20 kilos. Te pagan entre 1.50 y 1,70 de acuerdo al patrón. En un día el mejor cortador puede llenar 40 cajas. Recordemos que la caja de ajo se vende a 20 dólares.
¿Qué pasa si los chicos dejan de llevar dinero a la casa?
El tema central es que como trabaja toda la familia, no tienen donde dejarlos. Nosotros decimos que hay que obligar a las empresas a poner guarderías. También es posible hacer un convenio entre las compañías y el gobierno, uno pone el terreno, el otro la obra. Lo que pasa es que todos se hacen los distraídos.
En estos días, la denuncia salió por todos los medios nacionales, algunos del exterior. Pero ¿qué dijo el gobernador Celso Jaque? Nada!
Lo único que pedimos es que hagan respetar la Ley. Esos chiquitos son analfabetos porque trabajan todo el día y no pueden ir a la escuela. Aquí hay violado no sólo los derechos de los niños. A nosotros nos anotaron como monotributistas y se robaron el descuento. Ahora, además nos queda la deuda con el Estado.
Los delegados de los trabajadores del ajo denuncian la explotación de los chicos y reclaman por libertad y democracia sindical. El fallo de la Justicia reincorporándolos a sus tareas es una influencia más del fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación “ATE c/ Ministerio de Trabajo”, dictado en noviembre de 2008.
La sentencia considera que limitar la posibilidad de promover elecciones de delegados a los sindicatos con personería gremial contradice el derecho de libre asociación de los trabajadores garantizado por el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y, entre otros tratados internacionales, por el Convenio 87 de la Organización Internacional del Trabajo