(radioesquelsur.com).- H.M.A.[i]
Marzo
2018. El gobernador Mariano Arcioni daba su discurso inaugurando las
sesiones de la legislatura de Chubut, llamativamente se refería en
párrafos contiguos, a los “defensores de los derechos y las tierras
de los pueblos originarios…que se hacen llamar RAM …actúan con
violencia, sembrando caos y miedo; …a la firma de un protocolo que
devolvió la paz que nuestro pueblo merece”, repudiaba la violencia, vanagloriaba la herramienta del “diálogo” y acto seguido, mencionaba el tema de “la minería”, asegurando que “es necesario y legítimo el debate,… herramienta necesaria de la democracia”[ii].
Innecesario
es referirse al no diálogo de este gobierno, hemos pasado medio año,
soportando las consecuencias de una crisis generada para que los
espacios de supuesto “debate” se diseminen por distintos puntos del
territorio de la provincia, con un único objetivo: implantar la idea de
que la explotación megaminera será la salvación para la meseta central.
Realizar un racconto de esos sucesos, nos permite vislumbrar
denominadores comunes.
Febrero 20, Telsen. Cumbre Minera en la
localidad de Telsen, organizada por los presidentes comunales de Gan
Gan, Ricardo Sepúlveda, de Lagunita Salada, Miguel Ancamil, de Gastre,
Marcelo Aranda, de Las Plumas, Nilda Tolosa, de Los Altares, Mario
Oviedo, de Paso de Indios, Mario Pichiñan y de Paso del Sapo, Víctor
Candia, – que al mes siguiente presentarían un anteproyecto de
zonificación minera en legislatura -, y bajo el pretexto de recibir la
visita del Ministro de Energía de la Nación, Juan José Aranguren.
Estuvieron presentes los intendentes de las tres grandes ciudades de la
provincia, Ricardo Sastre, Adrian Maderna y Carlos Linares. Adentro, la
propaganda minera, los mismos folletos que hace años repartía la empresa
minera Pan American Silver respecto al Proyecto Navidad, hoy impresos y
refrendados por el Ministerio de Energía de la Nación. Afuera las
vallas y un fuerte operativo de seguridad, montado por policía de la
provincia, con el Secretario de Seguridad, Federico Massoni a la cabeza y
fuerzas federales, que incluso ingresaron al predio de la parroquia
lindera al gimnasio local donde se desarrollaba la actividad. Balas de
goma, empujones y un centenar de personas que se manifestaban en repudio
a la actividad, que era cerrada al público y medios independientes; la
lista de invitadxs era manejada por el Sr. Genaro Pérez, dueño de la
Hostería “La Esperanza”, que construyó en la localidad de Gastre,
augurando el desarrollo minero.
Mayo
08, Fundación Ecocentro, Puerto Madryn. Con el desembarco de la
Asociación Sindical del Personal Jerárquico Profesional y Técnico de la
Actividad Minera Argentina (ASIJEMIN), “los mineros de San Juan”, se
realizó la convocatoria al edificio de la Fundación Ecocentro, que se
convirtió de esa manera en el centro de una actividad antiecológica. Las
metodologías se repiten, Genaro Pérez en la entrada, vallas, forcejeos
con la policía apostada en el portón, actividad cerrada al público en
general, sólo ingresaban quienes respondían a la convocatoria de llevar
curriculums vitae destinados a una supuesta bolsa de trabajo, para una
actividad prohibida en la provincia de Chubut. Afuera, familias,
vecinxs, integrantes de comunidades de pueblos originarios y de
asambleas de toda la provincia, vecinxs de Jachal, San Juan, contando
sobre las consecuencias del desarrollo minero en aquellas zonas y el
nulo “desarrollo” del lugar.
Junio 08, Museo
Egidio Feruglio, Trelew. La cuna del saber paleontológico en la costa
abre sus puertas al lobby minero, la fundación que regentea el museo
cede su espacio para la realización de las jornadas “La experiencia de
los pueblos originarios con los emprendimientos mineros. El diálogo
intercultural en la actividad minera sostenible”. Las ONGs “verdes” al
servicio del saqueo, esta vez, direccionando la exposición a los pueblos
originarios, reparando en la ineludible necesidad de contar con el
consentimiento libre, previo e informado de estos, como prevé el
Convenio Internacional Nº 169 de la OIT, para desarrollar proyectos en
sus territorios. La vinculación entre los párrafos, de aquel discurso
inaugural de Arcioni. Otra vez Genaro Pérez y policías al ingreso y
medios comunitarios sin poder acceder.
Julio 12, Puerto Madryn,
Hotel Rayentray. Una nueva “invitación” al “debate” de los intendentes
de la meseta, a integrantes de cámaras empresariales, sindicatos, con la
presencia de supuestos “referentes” de la meseta y con la esperanza de
contar con el gobernador de la provincia. Afuera, vallas, policía
provincial, infantería, de la división canes, motos, montada. Genaro
Pérez, lista de invitadxs, los risueños integrantes de ASIJEMIN, que han
llegado para quedarse, mientras les dure la estadía paga de lobbistas
mineros. Acceso vedado a los medios de prensa comunitarios y
alternativos. Afuera, las familias, jóvenes, estudiantes, docentes y
cada vez más sectores repudiando estos no-encuentros.
Durante
todos estos meses, las mismas “charlas”, en las que sólo exponen quienes
pretenden imponer el extractivismo, se han dado en las localidades de
la meseta, Gan Gan, Gastre, Telsen, Paso de Indios, llevan su propaganda
minera, llevan a los funcionarios provinciales, como Gerardo Bulacios, a
cargo del Instituto Provincial del Agua, para sentenciar que la minería
“utiliza poca agua”. La concurrencia de vecinxs oscila, entre las 40 a
100 personas, que asisten, no en búsqueda de minería, sino de una fuente laboral.
¿Qué
sucede en esos espacios, donde los mercaderes del despojo y sus
cómplices de la prensa del día después, se llenan la boca con palabras
vacías de contenido, como “diálogo”, “debate”, que aseguran realizar en
espacios cerrados e inaccesibles para el/la otro/a que somos?
Raúl
Zibechi, periodista uruguayo, analista de la resistencia de movimientos
sociales y campesinos al extractivismo describe en el texto “Estado de
excepción como paradigma político del extractivismo”[iii],
la postura del sociólogo puertorriqueño Ramón Grosfoguel, quien tomando
ideas de Fanon, se refiere a la existencia, en la cartografía de poder
del mundo, de dos zonas: las “zonas del ser” y las “zonas del no ser” o
lo que es lo mismo, la división entre los afortunados y los condenados
de la tierra.
Las “zonas del ser” se caracterizan por la vigencia y
el reconocimiento de los derechos, el funcionamiento de los discursos
sobre la libertad, la autonomía y la igualdad y en consecuencia, pueden
darse espacios de negociación.
Las “zonas del no ser” en cambio,
se encuentran en la “Línea debajo de lo humano”, en estas los conflictos
son regulados por la violencia, el extractivismo es hegemonía, “no se
reconoce la humanidad de las personas”, no hay garantías respecto a la
vigencia de los derechos, se vive en un estado de excepción permanente.
Son
las zonas liberadas en el territorio, donde se produce el choque entre
cuerpos y fuerzas del orden, donde las comunidades campesinas y
originarias ejercen la autodefensa frente a la posible implantación de
proyectos que prometen “desarrollo y progreso” a cambio de la entrega
del territorio.
En
paralelo, en las ciudades, en la urbanidad, esas zonas son esos
minúsculos espacios copados por los que pretenden imponer el
extractivismo, de la única manera posible, por la fuerza, desconociendo
derechos: el derecho al acceso a la información, el derecho a la
participación, el derecho a la consulta, al consentimiento libre, previo
e informado de las comunidades. Al fin de cuentas, la autodeterminación
de los pueblos.
Sin embargo, en estas zonas, donde el
sistema-civilización-mundo, nada parece garantizar, les seres, las
personas, se ven atravesadas por una intrínseca necesidad.
Horacio
Machado Araoz, escribía en abril de 2016 acerca del extractivismo
impuesto por los gobiernos de izquierda o centro-izquierda que se
dijeron llamar “progresistas” y dieron/dan rienda suelta a la violencia
para justificar que las arcas del Estado se financien de sus rentas,
como motor de las políticas de “desarrollo con inclusión social”.
Aquel
imprescindible análisis de esos tiempos, finaliza con una idea de
“vital” importancia en “la cuestión de la liberación humana (de las
ataduras del capital)”.
Machado asegura que se requiere “hoy,
más que nunca, en los umbrales del Siglo XXI, re-pensar la Tierra.
Re-pensar la Tierra como cuestión vital-fundamental, es re-pensarla y
re-descubrirla como Madre. Y es también re-pensar-nos a los seres
humanos, como ontológicamente hijos de la Tierra; seres terrestres, en
el sentido existencial de que no sólo vivimos apenas sobre la Tierra y
de la Tierra, sino que literalmente somos Tierra. Precisamos, de modo
urgente, volver a saber-nos y, sobre todo, sentir-nos Tierra.
Pues,
si la (in)civilización del capital ha llegado tan lejos en la
devastación y denigración de la Vida, es precisamente porque no sólo ha
crecido y se ha mundializado declarándole la guerra la Madre-Tierra,
sino porque además, decisivamente, ha sido muy eficaz en la creación de sujetos-individuos que no se conciben como hijos-de-la-Tierra,
sino que la sienten y conciben desde la exterioridad, la superioridad y
la instrumentalidad. Individuos que creen y que sienten que viven del
dinero y no de la Madre-Tierra; – Loma Avila asegurando que no le preocupa el agua pues puede comprarla en botellas – que
conciben el progreso y el desarrollo de lo humano, en términos de
dominio y explotación presuntamente infinita de los “recursos” de la
Tierra.
Frente al escenario de barbarie mundializada y
diversificada que nos ofrece el siglo XXI, tras más de cinco siglos de
“desarrollo capitalista”, necesitamos, de modo urgente, re-pensar la Tierra para re-orientar el horizonte y el sentido de nuestras luchas emancipatorias.
Re-pensar
la Tierra como Madre no es romanticismo pachamamista ni oscurantismo
anti-científico. Si bien sí es una afirmación efectivamente
pre-científica (en el sentido de que se trata de un saber humano cuya
articulación como tal antecede históricamente a la propia constitución
de la ciencia, como régimen hegemónico de producción de conocimientos),
se trata, sin embargo, de una verdad fundamental, no sólo en el más
profundo sentido filosófico, sino también en el más riguroso sentido
científico. Re-conocerla como tal y adecuar a ella nuestros
modos de vida, nuestras instituciones, nuestras subjetividades, es
decir, nuestros cuerpos y nuestros sueños, nuestras formas de concebir,
percibir, pensar, sentir y vivir nuestro lugar en el mundo, es
quizás, el mayor desafío pedagógico-político que afrontamos como
especie, en un momento donde el camino de la emancipación se ha tornado,
ni más ni menos, que el camino por la sobrevivencia; la sobrevivencia,
al menos, de la humanidad de lo humano…”[iv]
Y
eso es lo que en mayor o menor medida ocurre en aquellas “zonas del no
ser” en el campo y en la urbanidad, son lxs hijxs de la tierra
reconociéndose parte de ella. Son las zonas donde somos, las zonas donde
somos tierra, somos agua, frenando y levantándose contra esta
civilización que oprime, contra esta humanidad que ya no queremos ser.
La
resistencia que construirá el nuevo-viejo mundo crece, y ya muchxs han
caído (o se han alzado) en la cuenta de que la “autodefensa” de las
comunidades originarias es el “No pasarán” de las asambleas
socioambientales. Las zonas donde somos, lxs que de a poco comprendemos,
con la mirada de Santiago Maldonado, con la sonrisa de Rafael Nahuel,
con la palabra cargadas de ancestralidad del lonko Facundo Jones Huala,
que la lucha, es por el territorio y por la supervivencia, de la
humanidad de lo humano.
Ma. Belén Branchi.[v]
[i]El debate sobre el “extractivismo” en tiempos de resaca, Horacio Machado Aráoz, 12-04-2016- Rebelión. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=211020
[ii]http://www.red43.com.ar/nota/2018-3-2-12-48-0-el-discurso-completo-de-arcioni-en-la-legislatura
[iii]https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2016/08/23/el-estado-de-excepcion-como-paradigma-politico-del-extractivismo/
[iv] Ídem nota i.
[v] Asambleista, integrante de Radio Sudaca Fm Comunitaria, Abogada.
Envíenos su nota, opinión o información al correo: delpueblo.prensa@gmail.com