Liberación
del río Ashen
En
el marco de la reunión de la UAP, en Comodoro Rivadavia, lxs vecinxs
de varias asambleas de las provincias patagónicas intercambiamos
pareceres e inquietudes en relación a nuestra lucha contra la
megaminería y el extractivismo destructivista. Se trataron muchos
temas, pero uno de ellos concentró nuestra atención: lxs vecinxs
autoconvocadxs de Sarmiento trajeron su preocupación por la
situación del río Asher que se ve afectado por el uso del agua para
emprendimientos privados en detrimento del legítimo uso de las
poblaciones. La pretensión de unos pocos de ejercer el dominio sobre
un bien público como el agua mediante la construcción de un dique
ilegal para el desvío del río hacia un canal que empobrecen su
caudal es una provocación que decidimos condenar.
Como
los reclamos realizados frente a las autoridades han sido vanos, ya
que niegan la necesidad de controlar por parte del Estado o bien
parecen avalar por omisión el uso del agua para fines de lucro, la
UAP decidió sumarse a las acciones emprendidas por lxs vecinxs de
Sarmiento. Durante la mañana del primer día de reunión de la UAP
se trató el tema traído desde Sarmiento y se propuso y consensuó
el acompañamiento de la realización de una acción: “liberar el
río Asher”. El domingo, bien temprano, partimos hacia Sarmiento en
distintos vehículos. Una vez en el lugar, se sumaron más vecinas y
vecinos reclamando sus derechos a pesar de los rumores que ya
circulaban dando cuenta de amenazas a todo aquel que se alzara frente
a esta usurpación terrateniente del agua.
Cuando
llegamos al lugar en cuestión, a unos dos kilómetros de la ciudad,
nos encontramos con un talud que cubría los 60 metros del ancho del
río. Una abertura de un metro con un fondo apenas más bajo que la
superficie del agua era lo que el improvisado dique ofrecía para que
el agua continuara su camino río abajo. Las aguas que quedaban
atrapadas eran encaminadas por un canal lateral, cual vacas por el
desfiladero hacia el martillo neumático.
Con
palas y picos abrimos tres pasos en el terraplén. Al instante, el
agua comenzó a discurrir con fuerza y, como una señal de triunfo,
una lluvia agradable caía sobre la corriente recobrada del río.
Fue
una acción legítima de la unión de vecinas y vecinos que impulsan
en forma concertada el respeto de los derechos de la naturaleza. Por
el agua, por la vida y por los ríos libres ¡marichiweu, marichiweu,
marichiweu!