(Indymedia). Las perspectivas no son buenas
para el empleo. Se están registrando despidos en gran cantidad de empresas de
las más diversas ramas. La crisis económica se agudiza: la caída de la
actividad afecta a todas las ramas pero se hace sentir con fuerza en la
industria y en la construcción, con su impacto sobre el empleo y las
condiciones de trabajo. Pero hay también un aprovechamiento de la crisis por
parte de las patronales para sacarse de encima a un creciente activismo
combativo y clasista.
Según datos oficiales del Indec, Argentina se
encuentra en recesión. La caída de la actividad económica afecta a todas las
ramas pero se hace sentir con fuerza en la industria y en la construcción. La
industria automotriz, que lidera la caída, poniendo en juego miles de puestos
de trabajo, no es la única. En la firma gráfica de capitales estadounidenses RR.
Donnelly, sigue en pie la amenaza de 123 despidos. La avícola Rasic,
segunda productora de pollos en el país, con más de 3000 trabajadores, se
presentó a concurso preventivo e informó al personal que pagará el aguinaldo en
cuotas y que puede haber retrasos en el pago de sueldos. La Petrolera
Argentina despidió a 100 trabajadores y suspendió al resto por 10 días sin
goce de sueldo. La textil Twig despidió 100 trabajadores y mantiene con
suspensiones rotativas y reducción de sueldos al resto. La autopartista Visteon
cerró sus puertas de manera definitiva y afectó a un total de 290 trabajadores.
Los trabajadores de las empresas Emfer y Tatsa denuncian falta de
trabajo, vaciamiento de la empresa y atraso en los pagos. El sector electrónico
de Tierra del Fuego perdió cerca de 2000 puestos de trabajo en relación al
2013, año de fuerte ocupación. La metalúrgica Weatherford registra
despidos y suspensiones. La autopartista Gestamp despidió a 67
trabajadores por reclamar por suspensiones rotativas que no se cumplían. Quickfood/BRF
(Paty) comunicó el cierre de su fábrica en el conurbano bonaerense para
concentrar sus actividades en su planta de Santa Fe, dejando en la calle a algo
más de 200 trabajadores. La autopartista Lear despidió a 130
trabajadores y mantiene otros 100 suspendidos sin goce salarial, mientras los
trabajadores denuncian que está reemplazando producción local por importada. La
multinacional Kraft Food frente a la "intransigencia sindical"
para acordar en las paritarias dejó trascender que "si esto sigue así
habrá que relocalizar las plantas". En Weatherford los trabajadores
denunciaron persecución sindical y desconocimiento de la comisión interna
recientemente electa, y sus delegados fueron despedidos. En Gestamp la Policía
Federal ingresó a la planta, los trabajadores de Emfer, Tatsa y Lear fueron
violentamente reprimidos por la Gendarmería.