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lunes, 31 de enero de 2011

JUSTICIA CALLEJERA: BIGOTES A LA CARCEL

Neuquén (Diario digital 8300).- La impunidad de cientos de bigotes pintados en las paredes neuquinas llevó a que un grupo de activistas saliera ayer a la mañana a hacer “justicia callejera”. La convocatoria fue realizada por la Colectiva Feminista La Revuelta ante la bronca por la falta de justicia real. Las pintadas ocuparon el espacio público de la ciudad y llevaron al menos a los bigotes dibujados a la cárcel.
“La idea surgió hace unas semanas, cuando aparecieron los paredones inundando la ciudad de bigotes. Empezamos comentando la bronca que nos daba semejante impunidad, semejante autoritarismo rayano con lo obsceno”, comentó Ruth Zurbriggen, integrante de La Revuelta sobre el leit motiv del escrache.
Los bigotes son de Jorge Omar Sobisch, ex gobernador de la provincia, y considerado responsable intelectual del asesinato del maestro Carlos Fuentealba. Los bigotes colmaron la ciudad anunciando su candidatura a las internas del MPN para gobernador. “A poco de ir conversando y discutiendo sobre el significado profundo de la candidatura de quien fuera el confeso autor intelectual de los hechos represivos que terminaron con la vida de Carlos Fuentealba (y digo confeso porque no nos olvidamos que en el 2007 hizo declaraciones públicas reiterando que volvería a dar la misma orden que dio para ese día en Arroyito) nos dijimos a nosotras mismas -una vez más- que había que transformar esa bronca, al menos parte de ella, ahora saliendo a intervenir paredones“, indicó Zurbriggen.
La acción denominada “Bigotes a la cárcel” tuvo un gran éxito: 40 activistas pintaron 150 paredones, resignificando y apropiándose del espacio público.
“Salimos a cara descubierta con un sol inmenso despuntando en la ciudad, porque no tenemos nada que ocultar. Un trabajador, quizás un puntero del
MPN, apostado en la puerta de una repartición de acción social preguntaba provocadoramente cuánto nos habrían pagado. Nada, porque nadie compra
nuestros deseos de justicia, eso ya lo aprendimos con Lolín e Inés, nuestras queridas Madres de Plaza de Mayo. A poco de andar con brochas, ferrite y
aerosol en mano sentí que nos seguíamos apropiando ni más ni menos que cierta dignidad para nuestras propias vidas.
Porque sabemos que esos paredones, en los que ni siquiera escriben el nombre del innombrable Jorge Omar Sobisch, son un insulto y un atentado contra la construcción de la democracia, de los derechos humanos, de las ciudadanías. Y tiene que saber que muchas y muchos vamos a seguir activando y exigiendo justicia por Carlos Fuentealba, tiene que saber que vamos a seguir ‘infectando’ el espacio público para sacudir los consensos”, reflexionó la activista feminista.
Ante la falta de justicia real sindicalistas, estudiantes, feministas y activistas de diversas áreas decidieron levantar una vez más la consigna: “si no hay justicia hay escrache”.