Por Diego Mansilla
(Observatorio Petrolero Sur).- En los últimos días se ha difundido en los medios la noticia de un mega descubrimiento de gas natural en la provincia de Neuquén por parte de YPF. Las expectativas creadas por el anuncio fueron muy grandes, llegando a decirse que “tendremos gas por 90 años” o que nuestro país “dejará de importar gas natural”. Todo parecía indicar que Argentina había iniciado un camino similar al de Brasil con el Pre-Sal y se mostraba como un indicador de lo acertado de la política hidrocarburífera nacional.
No obstante, pocas fueron las aclaraciones y especificaciones por lo que es necesario estudiar detenidamente dicho descubrimiento para poder comprender la verdadera dimensión del anuncio y hasta qué punto esto cambia la actual estructura energética argentina. Antes que nada es necesario reconocer que este hecho es muy positivo para el país tanto por el aumento de reservas probadas de gas natural que permiten un respiro en la acuciante situación actual (con apenas 8 años de reservas contra los 34 que existían en 1989) y la mayor extracción que estas permitirán. Además este anuncio da mayores expectativas de nuevos aumentos de reservas ya que gran parte de la provincia de Neuquén cuenta con una estructura similar.
El día 7 de diciembre, YPF S.A. presentó junto a la Presidenta de la Nación la noticia del descubrimiento de 4,5 TCF (trillones de metros cúbicos) de gas “no convencional” en la provincia de Neuquén. Nunca quedó claro si se trataba del recurso total descubierto o de reservas comprobadas, lo que representaría el 33% de las reservas de gas natural existentes al 31 de diciembre de 2009. El gas no convencional (tight gas o shale gas) es un recurso que se encuentra en estructuras especiales, por lo que las técnicas tradicionales no permiten su extracción. En los últimos años, en Estados Unidos se desarrollaron tecnologías que permitieron extraer económicamente este tipo de reservas, lo que aumentó la extracción de gas natural en ese país (sobre todo en Texas), superando en la actualidad el 25% del gas extraído.
Lo primero que llamó la atención fue que el “descubrimiento” se ubica en Loma de la Lata – Sierra Barrosa, único mega-yacimiento argentino y que Y.P.F. descubrió y comenzó a operar en 1977, es decir hace 33 años. La noticia del descubrimiento de un nuevo campo gasífero sería importante ya que en la actualidad, casi la totalidad de los yacimientos con reservas son los mismos que existían en 1989, cuando se comenzó la desregulación y privatización de los hidrocarburos nacionales. En “Loma de la Lata” (y en casi toda la provincia de Neuquén en general) se conocía hace varios años la existencia de estructuras con gas no convencional por lo que la denominación de “descubrimiento” anunciada es errónea ya que no se trataría de haber hallado reservas nuevas desconocidas sino que se logró pasar las estimaciones de “reservas posibles” o “recursos” a reservas probadas. Ya a fines del año pasado, los medios informaron un aumento de reservas de Repsol que nunca se había oficializado. Más que un descubrimiento, se trató de una reclasificación de las reservas ya conocidas (diferencia que por técnica no implica que esté cargada de significados políticos). Cabe aclarar que la categoría de “reservas probadas” no indica la cantidad de recursos existentes conocidos sino cuánto de esos recursos es posible extraer económicamente con las tecnologías y precios existentes.
Esto lleva a otro punto del anunció. Estas nuevas reservas están incluidas en el programa “Gas Plus” que beneficia con mayores precios a las petroleras que aumenten la extracción. Este aumento no es abonado por el Estado (por lo que no genera un crecimiento de los subsidios) sino por parte de empresas nacionales que de esta manera se aseguran mayores volúmenes de gas natural (sobre todo en época invernal cuando las industrias sufren recortes al dirigir el gas hacia los hogares). Eso hace que los anuncios de que Argentina no deberá importar gas deben ser puestos en perspectiva ya que esta nueva extracción será dirigida hacia los sectores que no reciben gas en invierno. Así como se presenta el programa “Gas Plus”, sólo se podrá reemplazar parte del Gas Natural Licuado que se importa con barcos metaneros y es recibido por empresas “no interrumpibles”. Además, conjuntamente al anuncio del descubrimiento, se supo que la minera brasilera Vale do Río Doce acordó con Repsol el desarrollo conjunto de estos yacimientos de gas no convencional, correspondiéndole la mitad del gas extraído. El destino será su mina de Potasio “Río Colorado”, ubicada la provincia de Mendoza que consumirá un millón de metros cúbicos por día gas natural para obtener cloruro de potasio como fertilizante con destino a la exportación (principalmente a Brasil). Por tanto, la promesa del gobierno que el nuevo gas será consumido en el mercado interno y no se exportará es sólo un juego de palabras ya que no se exportará gas pero la mitad se utilizará (a precios subsidiados) para extraer potasio que se exportará la totalidad dejando únicamente un 2% en carácter de regalías.
Si las reservas eran conocidas con anterioridad y sólo se trató de una reclasificación (como la que la propia Repsol realizó en el mismo yacimiento Loma de la Lata en 2005 pero esta vez recortando las reservas en 40% en apenas un año), es lógico preguntarse por qué se da ahora la noticia. Por un lado, como la información oficial de reservas en Argentina se calcula al 31 de diciembre de cada año, la reclasificación en este mes mostrará un importantísimo aumento de las reservas que no se registra en nuestro país desde el descubrimiento de este yacimiento. Pero el motivo fundamental debemos buscarlo no en los campos de gas ni en el consumo interno sino en la bolsa de valores norteamericana. Se sabe que un anuncio como este hará crecer el precio de las acciones. Sugestivamente, Repsol había declarado hace pocas semanas su intención de desprenderse de parte de sus acciones de YPF S.A. Un detalle que llamó la atención del anuncio fue que las reservas se presentaron en TCF y no en metros cúbicos, como es la unidad legal en Argentina. En cambio, la noticia fue expresada en la medida norteamericana, quizás para que los futuros accionistas no se molesten en calcular la equivalencia. Un ejemplo de las repercusiones financieras del anuncio, en la Bolsa Argentina apenas se habían comercializado 1.000 acciones de YPF S.A en el último año. En cambio, sólo dos días después del anuncio se vendieron 165.000 y su precio aumentó un 14% en una semana.
En cuanto a la importancia histórica del “descubrimiento”, si bien es el aumento de reservas de gas más grande de los últimos años, el mismo no hace sino comenzar a remediar los perjuicios causados por el mal manejo de Repsol en este yacimiento. La concesión de Loma de la Lata fue prorrogada en el año 2000 por Sobisch (Gobernador de Neuquén) y Machinea (Ministro de Economía) hasta el 2027 a cambio de una serie de promesas de inversiones y el aumento de reservas y extracción. Luego de firmada la prórroga, Loma de la Lata no sólo no aumentó su extracción sino que perdió producción y reservas de un modo alarmante. En 2009, el mayor yacimiento gasífero argentino había perdido el 75% de sus reservas. Según la propia Repsol, esto se debió a la “despresurización” del yacimiento. ¿Qué significa esto? Que por su mala operación, el yacimiento que en el 2000 generaba la mayor parte de su gas de “alta presión” ahora era de “baja presión”, por lo que todos los argentinos perdimos reservas de gas para siempre que no podrán ser extraídas. Si a los valores de reservas de 2009 le sumamos los 127 millones de metros cúbicos anunciados, Loma de la Lata apenas contaría con el nivel de reservas existentes a la hora de la firma de la prórroga en el año 2000.
Por tanto, si bien es una noticia positiva el aumento de reservas probadas y de extracción de gas natural en suelo nacional luego de esta reclasificación, la misma no debe ser mal interpretada ya que con su tergiversación se quiere esconder el fracaso del modelo neoliberal de concesiones existente en nuestro país y los constantes incumplimientos de sus obligaciones que Repsol comete por todo el territorio argentino.
Diego Mansilla es investigador del departamento de Economía Política y Sistema Mundial del CCC, autor del libro “Hidrocarburos y política energética”.
Envíenos su nota, opinión o información al correo: delpueblo.prensa@gmail.com