Enviado por Elvira Córdoba a Puerta E.
Rubén Nahuel de la Comunidad Epulafken, de la zona de Bajo la Cancha, fue amenazado ayer por el estanciero Juan Mayo, que viene hostigando desde hace muchos a esta comunidad.
Nahuel comentó que, “esta mañana se acercó y me dijo que saque los animales de un sector que nos pertenece y que él alambró”, en esa circunstancia fue que Juan Mayo lo amenazó de muerte “me dijo que me iba a c.. a tiros si seguía jodiendo”. También se refirió de manera amenazante al equipo técnico de la Universidad que lleva adelante el relevamiento en esta comunidad, tal cual se realiza en otras comunidades indígenas de Chubut.
En este sentido, Mayo le gritó desestimando la tarea que se realiza por el Relevamiento, menoscabando la importancia de la implementación de la Ley Nacional 26.160 que suspende los desalojos de las tierras que habitan las comunidades indígenas en Argentina y, a su vez, ordena el Relevamiento Territorial de las Comunidades Indígenas.
El terrateniente Juan Mayo viene actuando con total impunidad con las comunidades a las cuales usurpó, desalojó, alambró sus territorios, impidiéndoles el acceso a sus cementerios y espacios rituales; menospreciando la palabra y el derecho que les otorga la Constitución Nacional, leyes nacionales y convenios internacionales, en este caso al pueblo Mapuche.
Bajo la Cancha es un territorio tradicionalmente reconocido por la presencia de familias mapuches desde fines del S. XIX. Marcelo Nahuel está reconocido como el primer poblador, en 1905 se le había otorgado la posesión de una parcela que hoy tiene otro terrateniente. Su descendencia se ubicó en un sector de aquella propiedad inicial, un bello lugar con vertientes naturales, apto para la cría de ganado ovino, caprino y bovino, como así también para el cultivo de verduras y árboles frutales. Antiguamente, las familias mapuches del lugar cultivaban trigo y aún conservan las piedras donde se trituraba el grano para consumo familiar.
Toda la zona cuenta con cortinas de álamos y sauces que plantaron los ancestros mapuches de quienes viven allí, inclusive los árboles que rodean el casco de la estancia y cuadros de huerta que Juan Mayo obtuvo mediante distintas maniobras.
En Bajo la Cancha se realizaban los más grandes Camarucos de la zona Suroeste de Chubut donde participaban entre 300 y 500 personas integrantes de las comunidades de la zona. Justamente, ese espacio sagrado fue alambrado por Mayo.
Otras familias de la misma comunidad resisten en su territorio el alambrado de sus campos por parte de Mayo, Paredes y Sandrini.
Bien vale recordar ahora que la tierra de las comunidades indígenas no se puede vender y por lo tanto no se puede comprar, no se hipoteca, ni se ejecutan desalojos.
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