Atahualpa era un militante social, alguien que en la calle y en las luchas populares buscaba y encontraba el camino de cambio: reivindicaba sus raíces aymará y mapuche; ponía el cuerpo, no avalaba el avasallamiento de los poderosos sobre la denominada "propiedad privada" que, él mismo había comprobado, es sólo para unos pocos; destinaba su futuro a estudiar Medicina y llevarla a la práctica en ámbitos desprotegidos.
Él también alzaba su voz, el también se organizaba...él también quería hacerse escuchar...
Frente a los conflictos sociales sabemos qué lugar ocupamos todas y todos los que luchamos en contra de la injusticia de este Sistema Capitalista, que oprime a los más pobres y que protege a los poderosos, también sabemos cómo responde el Poder... con represión, represión y más represión...y muerte.
Es en este clima donde el Estado comete crímenes que resultan impunes y donde no hay respuestas ni Justicia, porque no quieren ni les interesa lo que Atahualpa y otros compañeros les gritan.
Un Estado que garantiza la impunidad para algunos pocos, la misma impunidad que dejó la Dictadura, que fomenta e instala el MIEDO como forma de dominación y de negación de realidades que no son las que viven los poderosos.
Por eso es que seguimos afirmando que la única Justicia es la que construimos entre todas y todos nosotros en la calle, una Justicia que no entiende de intereses ni favores, una Justicia que es, Popular.
A dos años del asesinato de Atahualpa Martínez seguimos denunciando: el Poder sigue silenciando; la indiferencia sigue avalando la impunidad; las instituciones siguen siendo cómplices; todo lo que roza al Poder sigue sin investigarse.
ATAHUALPA MARTÍNEZ ¡PRESENTE!
ATAHUALPA MARTÍNEZ ¡PRESENTE!
AHORA Y SIEMPRE!
ATAHUALPA MARTÍNEZ ¡PRESENTE!
AHORA Y SIEMPRE!