30 de noviembre (Tiempo Argentino).-
Martín Piqué
La escalada de violencia que iniciaron la
Prefectura y la PFA con su operativo represivo en los alrededores del Lago
Mascardi -en el que el joven Rafael Nahuel fue asesinado de un tiro de 9
milímetros que le ingresó por la espalda- pareció inspirar a los grupos
antimotines de la policía provincial de Neuquén. Este jueves, tras una orden
proveniente del gobierno de la provincia, que encabeza Omar Gutiérrez
(Movimiento Popular Neuquino), la policía de la provincia reprimió con extrema
violencia a unos mil trabajadores estatales encuadrados en el gremio ATE que se
manifestaban frente a la lavandería tercerizada que tiene la concesión de los
servicios de limpieza de los hospitales públicos de la provincia. La represión tuvo lugar a 7
cuadras de la gobernación, en el centro de la ciudad de Neuquén.
El accionar policial dejó a alrededor de 70
trabajadores heridos con balas de goma. Algunos de ellos recibieron los
disparos de munición no letal casi a quemarropa –en un caso, a 50 centímetros
de distancia- y en zonas del cuerpo muy sensibles, como el rostro y la zona
frontal que rodea a los ojos. Los manifestantes, que integran la delegación
Neuquén del gremio estatal ATE, recordaron que el ministro de Seguridad de la
gestión de Gutiérrez, Jorge Lara, responsable directo de la represión, ejercía
el mismo cargo en abril de 2007, cuando la policía neuquina asesinó al docente
Carlos Fuentealba con una granada de gas lacrimógeno lanzada desde menos de 2
metros.
“Tenemos tres compañeros con heridas más
graves, aunque no corren riesgo sus vidas. Y a uno de ellos le destrozaron el
pie, porque le tiraron con balas de goma pero a menos de 50 centímetros de
distancia y perdió materia corporal: habrá que hacerle una reconstrucción. Los
otros dos compañeros recibieron balas de goma en la cara, en el cuerpo y en los
labios”, denunció en diálogo con
Tiempo
el secretario adjunto de ATE Neuquén, Jorge Marillán.
El manifestante que recibió el disparo en el
pie casi a quemarropa es uno de los referentes de ATE en el Hospital Castro
Rendón: su nombre es Juan Millapán. “Es enfermero y también es delegado general
de la Junta Interna de ATE en el Hospital”, informó el secretario adjunto. Los
dirigentes del sindicato no descartan que algún efectivo de la policía haya
disparado con munición de plomo. “En la zapatilla de un compañero aparecieron
dos casquillos de plomo”, denunció Marillán.
Las consecuencias de la represión quedaron a
la vista en las fotos que circularon rápidamente por las redes sociales. Los
disparos de balas de goma, las nubes de gases lacrimógenos, y la reacción de
los manifestantes, quienes intentaron replegarse hacia el interior del Hospital
Castro Rendón, principal centro de salud de la provincia dada su complejidad,
convirtieron el escenario en la postal de una batalla.
El choque entre los grupos antimotines de la
policía y los estatales se produjo el jueves pasadas las 15, al fracasar una
reunión entre el secretario general de ATE Neuquén, Carlos Quintriqueo, y un
funcionario de la cartera provincial de Trabajo. El conflicto ya lleva 31 días
de paro en el sector de la salud de la administración neuquina: los estatales
repudian la privatización de servicios de los hospitales públicos. También, y
se trata del reclamo principal, exigen que se termine de acordar y se ponga en
funcionamiento el Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) de los trabajadores del
área de la salud de la provincia.
“Nosotros ya cumplimos 30 días de medidas de
fuerza, y ahora permanecemos dentro del hospital (Castro Rendón) esperando a
nuestros compañeros heridos, porque estamos exigiendo la finalización del
Convenio Colectivo de Trabajo y el cumplimiento de otros convenios”, aseguró
Marillán en diálogo con este diario. Según fuentes sindicales, la negociación
para la puesta en marcha del convenio de los estatales del sector salud lleva ya
11 años de debate entre el gremio y las autoridades de la provincia.
Privatización y transferencias al sector
privado
Desde ATE denuncian que el operativo represivo
se desencadenó luego de que el ministro de Salud y Desarrollo Social, Ricardo
Corradi Diez, quitara su respaldo y desautorizara la negociación del dirigente
de ATE y el funcionario de Trabajo de la gobernación. Corradi Diez también se
habría opuesto a que el obispo de Neuquén, Fernando Croxatto, encabezara una
mediación entre los trabajadores y el gobierno provincial.
Hasta ahora, el conflicto en el sector salud
pública en Neuquén no afectó las guardias médicas. Sí se paralizaron los
servicios de cocina, lavandería y limpieza. En coordinación con ATE, otros
sindicatos ligados a la actividad sanitaria –como los
profesionales médicos- lanzaron sus propias medidas de fuerza.
La represión se inició pasadas las 15, luego
de que el fiscal jefe Pablo Vignaroli ordenara el desalojo por la fuerza de la
ocupación que llevaban adelante los estatales. Vignaroli atribuyó su orden a un
pedido de la Subsecretaría de Salud provincial, desde donde habían advertido
que si no se podía cambiar la ropa de blanco de los internados en el Hospital
Castro Rendón se podía agravar el estado de los pacientes.
El descontento de los estatales, profundizado
por la indignación y el enojo que produjo ver la cantidad de heridos en sus
propias filas, tiene como principal destinatario al ministro Corradi Diez.
“Antes de quedar a cargo del ministerio de Salud y Desarrollo Social, fue
presidente de la Asociación de Clínicas Privadas de Neuquén. Llegó al cargo con
su clínica casi fundada y hoy, sospechosamente, la tiene con sus cuentas
saneadas. En lo que va de su gestión se cerraron áreas de pediatría y se
transfirieron recursos al sector privado. Por otro lado, nuestra obra social,
la obra social de los trabajadores estatales, está bajo su órbita”, denunció
Marillán.