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viernes, 1 de diciembre de 2017

BRUTAL REPRESIÓN CONTRA TRABAJADORES ESTATALES EN NEUQUÉN

30 de noviembre (Tiempo Argentino).-
Martín Piqué


La escalada de violencia que iniciaron la Prefectura y la PFA con su operativo represivo en los alrededores del Lago Mascardi -en el que el joven Rafael Nahuel fue asesinado de un tiro de 9 milímetros que le ingresó por la espalda- pareció inspirar a los grupos antimotines de la policía provincial de Neuquén. Este jueves, tras una orden proveniente del gobierno de la provincia, que encabeza Omar Gutiérrez (Movimiento Popular Neuquino), la policía de la provincia reprimió con extrema violencia a unos mil trabajadores estatales encuadrados en el gremio ATE que se manifestaban frente a la lavandería tercerizada que tiene la concesión de los servicios de limpieza de los hospitales públicos de la provincia. La represión tuvo lugar a 7 cuadras de la gobernación, en el centro de la ciudad de Neuquén.
El accionar policial dejó a alrededor de 70 trabajadores heridos con balas de goma. Algunos de ellos recibieron los disparos de munición no letal casi a quemarropa –en un caso, a 50 centímetros de distancia- y en zonas del cuerpo muy sensibles, como el rostro y la zona frontal que rodea a los ojos. Los manifestantes, que integran la delegación Neuquén del gremio estatal ATE, recordaron que el ministro de Seguridad de la gestión de Gutiérrez, Jorge Lara, responsable directo de la represión, ejercía el mismo cargo en abril de 2007, cuando la policía neuquina asesinó al docente Carlos Fuentealba con una granada de gas lacrimógeno lanzada desde menos de 2 metros.
“Tenemos tres compañeros con heridas más graves, aunque no corren riesgo sus vidas. Y a uno de ellos le destrozaron el pie, porque le tiraron con balas de goma pero a menos de 50 centímetros de distancia y perdió materia corporal: habrá que hacerle una reconstrucción. Los otros dos compañeros recibieron balas de goma en la cara, en el cuerpo y en los labios”, denunció en diálogo con Tiempo el secretario adjunto de ATE Neuquén, Jorge Marillán. 
El manifestante que recibió el disparo en el pie casi a quemarropa es uno de los referentes de ATE en el Hospital Castro Rendón: su nombre es Juan Millapán. “Es enfermero y también es delegado general de la Junta Interna de ATE en el Hospital”, informó el secretario adjunto. Los dirigentes del sindicato no descartan que algún efectivo de la policía haya disparado con munición de plomo. “En la zapatilla de un compañero aparecieron dos casquillos de plomo”, denunció Marillán.

Las consecuencias de la represión quedaron a la vista en las fotos que circularon rápidamente por las redes sociales. Los disparos de balas de goma, las nubes de gases lacrimógenos, y la reacción de los manifestantes, quienes intentaron replegarse hacia el interior del Hospital Castro Rendón, principal centro de salud de la provincia dada su complejidad, convirtieron el escenario en la postal de una batalla.
El choque entre los grupos antimotines de la policía y los estatales se produjo el jueves pasadas las 15, al fracasar una reunión entre el secretario general de ATE Neuquén, Carlos Quintriqueo, y un funcionario de la cartera provincial de Trabajo. El conflicto ya lleva 31 días de paro en el sector de la salud de la administración neuquina: los estatales repudian la privatización de servicios de los hospitales públicos. También, y se trata del reclamo principal, exigen que se termine de acordar y se ponga en funcionamiento el Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) de los trabajadores del área de la salud de la provincia.
“Nosotros ya cumplimos 30 días de medidas de fuerza, y ahora permanecemos dentro del hospital (Castro Rendón) esperando a nuestros compañeros heridos, porque estamos exigiendo la finalización del Convenio Colectivo de Trabajo y el cumplimiento de otros convenios”, aseguró Marillán en diálogo con este diario. Según fuentes sindicales, la negociación para la puesta en marcha del convenio de los estatales del sector salud lleva ya 11 años de debate entre el gremio y las autoridades de la provincia.
Privatización y transferencias al sector privado
Desde ATE denuncian que el operativo represivo se desencadenó luego de que el ministro de Salud y Desarrollo Social, Ricardo Corradi Diez, quitara su respaldo y desautorizara la negociación del dirigente de ATE y el funcionario de Trabajo de la gobernación. Corradi Diez también se habría opuesto a que el obispo de Neuquén, Fernando Croxatto, encabezara una mediación entre los trabajadores y el gobierno provincial. 
Hasta ahora, el conflicto en el sector salud pública en Neuquén no afectó las guardias médicas. Sí se paralizaron los servicios de cocina, lavandería y limpieza. En coordinación con ATE, otros sindicatos ligados a la actividad sanitaria –como los profesionales médicos- lanzaron sus propias medidas de fuerza.
La represión se inició pasadas las 15, luego de que el fiscal jefe Pablo Vignaroli ordenara el desalojo por la fuerza de la ocupación que llevaban adelante los estatales. Vignaroli atribuyó su orden a un pedido de la Subsecretaría de Salud provincial, desde donde habían advertido que si no se podía cambiar la ropa de blanco de los internados en el Hospital Castro Rendón se podía agravar el estado de los pacientes.
El descontento de los estatales, profundizado por la indignación y el enojo que produjo ver la cantidad de heridos en sus propias filas, tiene como principal destinatario al ministro Corradi Diez. “Antes de quedar a cargo del ministerio de Salud y Desarrollo Social, fue presidente de la Asociación de Clínicas Privadas de Neuquén. Llegó al cargo con su clínica casi fundada y hoy, sospechosamente, la tiene con sus cuentas saneadas. En lo que va de su gestión se cerraron áreas de pediatría y se transfirieron recursos al sector privado. Por otro lado, nuestra obra social, la obra social de los trabajadores estatales, está bajo su órbita”, denunció Marillán.