Neuquén, viernes 5 de julio de 2013 (Avkin Pivke Mapu).- El Pueblo
Mapuche en Neuquén ha asistido durante los últimos meses a una oscura pugna
entre las instituciones públicas provinciales y nacionales, y las empresas
multinacionales con intereses en las enormes reservas de hidrocarburos
existentes en sus territorios. Tras la expropiación de la española Repsol, la
empresa YPF, controlada ahora por el Estado, asumió el control de las
operaciones extractivas, desde la certeza de que sería necesaria la llegada de
otra transnacional que contase con la tecnología necesaria para acceder a los
recursos del subsuelo. Es entonces cuando entra en el juego la norteamericana
Chevron, que el pasado 15 de junio alcanzó un preacuerdo con YPF, auspiciado
por los gobiernos nacional y provincial, para reactivar la explotación con el
metodo de fracking.
En todo este entramado de relaciones quedan de lado las
demandas históricas del pueblo mapuche, que lleva siglos defendiendo sus bienes
naturales, y que ve ahora cómo una de las transnacionales más cuestionadas del
mundo amenaza con ingresar a sus territorios.
Es importante recordar que Chevron -de capital
norteamericano- fue condenada en 2011 por los tribunales de Ecuador, por los
dramáticos impactos humanos, sociales y medioambientales derivados de su
presencia en la Amazonía.
Un pueblo en proceso de resistencia y reconstrucción
“Se viene la
destrucción para todos, pero nosotros vamos a defender el Wallmapu [territorio
ancestral] por miles de años”. Con esta determinación, Elías Maripán, lonko
-”autoridad”- de la Confederación Mapuche del Neuquén expresa la postura de un
pueblo demasiado acostumbrado a resistir.