Buenos Aires, 24 de diciembre de 2012 (Página 12).- La
Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) cuestionó la llegada de la
multinacional Monsanto a Córdoba y alertó sobre los efectos sociales,
ambientales y sanitarios del modelo agropecuario. “(La Universidad)
expresa públicamente el desacuerdo respecto de la instalación de las
empresas multinacionales del monopolio del agronegocio, en particular
Monsanto, en Río Cuarto”, advierte en el artículo séptimo de la
resolución 284, aprobada por el Consejo Superior por amplia mayoría.
Monsanto había anunciado en junio pasado la instalación de una planta se
semillas en Malvinas Argentinas (en el Gran Córdoba) y dos estaciones
experimentales (Río Cuarto y Tucumán). De inmediato comenzó la
movilización, y rechazo, de asambleas cordobesas. “Que la universidad
pública, con todas las ramas de la ciencia y con estudios en mano,
cuestione a Monsanto y sobre todo al modelo agropecuario extractivo es
un claro respaldo a las luchas sociales y a la necesidad de un modelo
distinto”, celebró Jorge Torres, de la Asamblea por un Río Cuarto sin
Agrotóxicos.
En pleno juicio por fumigaciones en el Barrio Ituzaingó Anexo (que
terminó con dos condenados), el Gobierno anunció la instalación de las
tres plantas de Monsanto en Argentina. Las organizaciones nucleadas en
la Campaña Paren de Fumigar comenzaron una campaña de denuncia a la
empresa y a las consecuencias del modelo agropecuario. Nacieron la
Asamblea Malvinas Lucha por la Vida y la Asamblea por un Río Cuarto sin
Agrotóxicos. En ambos casos se realizaron masivas movilizaciones contra
la instalación de la multinacional.La Universidad Nacional de Río Cuarto, ubicada en pleno corazón sojero del país, apuntó en su Resolución 284 no solo a Monsanto: “El modelo (agropecuario) acentúa gravemente los procesos de concentración de riquezas (...) Existe una profunda y creciente desaparición de productores pequeños y medianos, generando año a año tanto explotaciones más grandes como aquellas conocidas como pooles de siembra, que minimizan la participación de la mano de obra en la obtención del producto y optimizan la oportunidad de inversión financiera, convirtiendo a la actividad agropecuaria en un instrumento de especulación financiera”.
Monsanto, con sede principal en Estados Unidos, es la principal compañía de semillas y agrotóxicos. Controla el 27 por ciento del mercado mundial de semillas. “En el mercado de semillas transgénicas, Monsanto tiene el 86 por ciento del mercado mundial. Es uno de los dos monopolios industriales más grandes del planeta y de la historia de la agricultura”, explicó Silvia Ribeiro, investigadora del Grupo ETC, que estudia desde hace 25 años la concentración del mercado agropecuario mundial.