Alvear, Mendoza (ANPP).- Nuestros corresponsales en Alvear relatan que no quedó camino ni finca sin cortar. todos los caminos internos, todos los puentes de canales y acequias. Álamos talados cortando los caminos vecinales. Camiones atravesados en los pasajes, tractores... Todo el mundo cortando. Más de treinta kilómetros de cola en una de las tres rutas que salen hacia el sur desde Mendoza. Mecánicos, Médicos, docentes, almaceneros, estudiantes y vecinos. Todos en la ruta, todos en la marcha.
Mendoza vive un proceso similar al de la Línea Sur cuando le sacaron el tren y quedaron pueblos fantasmas. Pero la diferencia es que acá, aunque vuelva el tren, los pueblos seguirán siendo fantasmas por miles de años. No se trata de un capricho partidario, una creencia religiosa o un supuesto científico. Hay certeza de lo que queda luego de la minería. O más bien, certeza de lo que no queda más...
La minería es desarraigo.
No hay empleo( que no lo habrá de todos modos), no hay dinero que valga, y por eso no hay arrepentimiento posterior, no hay perdón.
El capitalismo pretende corrernos por el lado de la complicidad de estar usando los productos de la minería. Pero ¿por qué dejarnos correr si fue el mismo capitalismo quien nos empujó a consumir y depender de tantos productos que no son vitales como sí lo es el agua, la siembra, la cría de animales y la salud?
Quiere obligarnos a pensar que no hay otro camino. Cómo sea, hoy, todos los caminos están cortados. Todos.
Mendoza vive un proceso similar al de la Línea Sur cuando le sacaron el tren y quedaron pueblos fantasmas. Pero la diferencia es que acá, aunque vuelva el tren, los pueblos seguirán siendo fantasmas por miles de años. No se trata de un capricho partidario, una creencia religiosa o un supuesto científico. Hay certeza de lo que queda luego de la minería. O más bien, certeza de lo que no queda más...
La minería es desarraigo.
No hay empleo( que no lo habrá de todos modos), no hay dinero que valga, y por eso no hay arrepentimiento posterior, no hay perdón.
El capitalismo pretende corrernos por el lado de la complicidad de estar usando los productos de la minería. Pero ¿por qué dejarnos correr si fue el mismo capitalismo quien nos empujó a consumir y depender de tantos productos que no son vitales como sí lo es el agua, la siembra, la cría de animales y la salud?
Quiere obligarnos a pensar que no hay otro camino. Cómo sea, hoy, todos los caminos están cortados. Todos.
Editoriales ANP
