(No a la Mina).- Vaca Muerta, centrales nucleares patagónicas y la minería del uranio
en Chubut estarán entre los principales ejes en las negociaciones que
mantendrá el presidente Mauricio Macri con sus pares de Estados Unidos,
China y Rusia. En la reunión del G20 buscará confirmar el desembarco de
inversiones para la Patagonia en esos tres sectores estratégicos.
Fuente: El Patagónico
Conseguir que chinos, estadounidenses y rusos concreten el desembarco
de sus inversiones en la Patagonia es una de las prioridades de Macri
para la cumbre del G20 en la Argentina. Obtener esos compromisos
bilaterales le permitiría reflotar la hasta ahora fracasada idea de la
“lluvia de inversiones” para un año que se presenta absolutamente
contractivo para la economía y la industria en medio de la carrera
electoral con vistas a octubre de 2019.
Según publica El Extremo Sur, la prioridad de la gestión de Cambiemos
es que Estados Unidos juegue fuerte en Vaca Muerta, particularmente en
el terreno tecnológico y de infraestructura para el transporte, y allí
focalizará las conversaciones con Donald Trump, quien comanda las
mayores experiencias del fracking mundial originadas desde Texas.
También quiere sumar a los inversores orientales en el mega
yacimiento de shale y hasta se especula que podrían incorporarse
capitales de Europa del Este. Resolver el cuello de botella hacia el que
inexorablemente se encaminan los hidrocarburos no convencionales es una
desesperación en la gestión macrista.
NUCLEARES Y REPRESAS
Con el primer mandatario chino Xi Jinping, Macri quiere avanzar en
las demoradas dos centrales nucleares –una en la Patagonia rionegrina–
que acordó construir a través del Memorándum de Entendimiento rubricado a
principios de año.
Los capitales orientales están entusiasmados con la posibilidad de
desarrollar la tecnología nuclear en la Argentina y posicionar al país
como uno de los pilares del desembarco chino en Latinoamérica.
Pero los inversores chinos también aspiran a que se los habilite a
construir las dos represas en Santa Cruz, que han quedado en stand by
como consecuencia del ajuste y el déficit, y la apertura en el sector de
las energías renovables; a cambio la administración del líder chino
posibilitaría otro swap (intercambio de monedas) por 8.500 millones de
dólares que se sumará al ya existente por 11.000 millones de dólares.
Menos difundida en los días previos al inicio del G20 están las
conversaciones con el primer ministro ruso Vladimir Putin. La
administración del ex vicealcalde de San Petersburgo e integrante del
servicio de espionaje de la KGB tiene especial interés en desembarcar en
la Meseta Central chubutense para la exploración y explotación de los
enormes reservorios de uranio, y no se descarta que también la
Federación Rusa se sume a la construcción de una central nuclear en el
país.
Tras la firma con Rusia en enero de este año del denominado
“Memorándum de entendimiento para la exploración y explotación de
uranio”, Vasily Konstantinov –titular de la empresa estatal rusa Uranium
One Group– sostuvo que Argentina “puede tener una Vaca Muerta en
uranio” y así lo entiende la gestión de Macri quien buscaría avanzar a
fondo con Putin sobre esta temática.
Las negociaciones bilaterales de Macri en el G20 se centrarán en
estos tres aspectos mencionados, pero no debe perderse de vista que el
estadounidense Donald Trump no tiene intenciones de que Macri firme con
China y Rusia acuerdos en rubros y sectores estratégicos que terminarían
quedando en manos de inversores de sus dos principales potencias
competidoras.
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