NECESITAMOS
LA EMERGENCIA EN VIOLENCIA DE GÉNERO, ADICCIONES Y ALIMENTARIA YA.
Ante la violencia cotidiana sufrida por niñas y niños en El Bolsón que
fueran de público conocimiento en las últimas semanas y la situación de vulneración
de derechos que se mantiene, desde la Junta Promotora de CTEP de El Bolsón manifestamos
nuestro mas fuerte respaldo a las compañeras del Centro Comunitario del Barrio
Alma Fuerte y nuestro repudio a los intentos reiterados de estigmatizar a la población
de la Loma del Medio.
En El Bolsón hay al menos 23 barrios populares que no tiene resuelta la situación
dominial y no tienen servicios básicos, entre los que se encuentra Loma del
Medio. Somos familias que decidimos conquistar con nuestras manos el derecho a un espacio de suelo para
vivir. Somos familias trabajadoras que sufrimos la ausencia de políticas de
estado que garanticen un hábitat digno. Sufrimos en nuestros barrios la
complicidad política y policial con el narcotráfico,
que pudre todos los vínculos, que rompe todos los valores morales y genera
violencias dentro de las familias especialmente contra mujeres, niñas y niños.
El compromiso con su pueblo de las
compañeras que construyen y sostienen los centros comunitarios de El Bolsón son “fusibles”
que evitan mas violencias en nuestros barrios. Que haya compañeras dándole una
merienda o almuerzo a familias completas no es bueno, ni algo para ponerse
contento, muestra que hay muchas necesidades básicas insatisfechas. Pero nosotros
no podemos quedarnos mirando sin hacer nada, por eso para quienes ponen cuerpo
y alma para ayudar a quien esta más débil, nuestro respeto, solidaridad y respaldo. ¿Qué pasaría
si nadie atendiera esa demanda?
En nuestros barrios y parajes las niñas y niños son el extremo más frágil y
vulnerado por la violencia institucional, con golpes y persecución por un lado
y con falta de derechos, prejuicio, estigmatización y pasividad por el otro. No
accionar es cómplice de la injusticia. Necesitamos que se declare en la localidad
la Emergencia en Violencia de Género en
Adicciones y Alimentaria ya. La
violencia intrafamiliar es resultado de
la injusticia social.
Las instituciones del estado no dan respuestas a la vulneración reiterada
de los derechos de niñas y niños. ¿Van a seguir diciendo que hacen todo lo que está
a su alcance o que no pueden hacer nada? Con “lo que hay” no alcanza, esta
injusticia recae cotidianamente sobre niñas y niños que no tienen garantizado
su derecho a la educación porque no hay escuelas cerca, los caminos son intransitables y es la excusa
perfecta para recortar recorridos del transporte escolar. En Loma del Medio
viven niñas y niños que no cuentan con
agua para vivir, ni pensar en agua potable o luz eléctrica.
Nos toca luchar contra el neoliberalismo desde nuestra cotidianeidad, con los
pies en el barro transformamos la realidad. Por eso en los Centro Comunitarios no solo se dan
meriendas o almuerzos, hay talleres, cursos, bibliotecas, apoyo escolar,
colectivas de mujeres y ámbitos donde al menos intentar re-crear vínculos de
respeto y solidaridad aunque el contexto sea muy difícil.
Queremos vivir en paz sin embargo el
hambre, el hacinamiento y la violencia institucional por ser pobres, sumado a la añosa falta de políticas de
viviendas y acceso al suelo generan tensiones y violencias que dañan la
convivencia y tiran abajo cualquier pretensión pacifista.
Que nos digan en la cara que porque no tenemos mensura no tenemos derecho a
tener agua es violencia y da bronca. Da bronca que en pleno invierno, con
lluvia, helando o con nieve mujeres y hombres, familias enteras tengan que
caminar todos los días con bidones para buscar agua. Las vecinas y vecinos de
los barrios populares transformamos esa bronca en fuerza y organización, por
eso construimos espacios comunitarios para producir, para formarnos,
encontrarnos y, aunque nos lo quieren negar, ponemos a andar nuestro derecho a
soñar.
Llamamos la atención a todos los funcionarios y autoridades políticas e
institucionales, el hambre no espera, la violencia intrafamiliar deja marcas de
por vida y también mata. Si un niño o una niña logran pedir ayuda, hay que
priorizar auxiliarlos y resguardar su integridad. Los problemas comunitarios se
resuelven comunitariamente cada uno tiene que hacer su parte, reiteramos
nuestra disposición a trabajar en soluciones concretas y convocamos a todas las
mujeres y hombres de nuestros barrios populares a participar democráticamente de
las organizaciones barriales, cooperativas, convocamos a aportar en los
espacios comunitarios para construir poder popular que mejore nuestra condición
de vida y nos de dignidad.
Convocamos a las trabajadoras y trabajadores de El Bolsón a defender nuestro
presente, a canalizar la bronca en protesta y la protesta en propuestas.
A las niñas y niños de nuestros
barrios los vamos a seguir defendiendo. Vamos a seguir luchando por sus
derechos.
Sin poder popular, no hay justicia
social.
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