Frente
al saqueo de plantas nativas de nuestro territorio (Natura muestra en un video
institucional cómo arrasa con toneladas de paramela para destilar aceite
esencial en la Unidad Destiladora de la Universidad Nacional San Juan Bosco de
Esquel: del 2005 al 2010 arrasaron con 340 toneladas), y cuando en estos días
de noviembre de 2016 se llevarán a cabo las V Jornadas Nacionales de Plantas Aromáticas
Nativas y sus aceites esenciales, y las I Jornadas Nacionales de Plantas
Medicinales Nativas en Esquel, el Grupo Matico de la Red Jarilla de Plantas
Saludables de la Patagonia desea compartir las siguientes reflexiones:
Hoy
nos toca colectivamente defender la vida en todas sus formas. Los caminos que
va tomando la sociedad actual son cada vez más ecocidas. El orden económico,
político y social mundial está llevando a un colapso del planeta en todas las
dimensiones.
En
estos días nos toca denunciar la “trata de verdes” perpetrada por nuevos mercaderes, que han transformado a las
plantas, sus partes y sus esencias en otro “recurso” a explotar, en otro
producto a consumir. Nosotros honramos la diversidad de la vida, y por eso denunciamos
todo caso de biopiratería y manipulación industrial y genética de toda forma de
vida.
Las
plantas son nuestras hermanas milenarias, nos dieron alimento y salud en el
pasado, lo hacen hoy y lo harán en el futuro. Las plantas son una de las
infinitas formas en que se expresa la vida, que es sagrada y ancestral. Tanto
ellas como nosotras, nosotros y los animales formamos parte de la madre tierra.
Las plantas nos sostienen con alimento, remedio, aire. (nos dan el oxígeno que
respiramos) y mantienen el agua (sin ellas todo se seca: los cuerpos, los
territorios, la Madre Tierra…). Vivimos gracias a ellas. Por eso nos dirigimos
a ellas en gratitud, respeto y admiración por sus dones. Son preexistentes a la
aparición de la humanidad y están al servicio de la Vida, no de nosotros.
Cada
vez avanza más la manipulación, la contaminación y el maltrato a la naturaleza.
Industrializan las plantas, las y nos transforman en objetos, nos industrializan
también. Necesitamos conectarnos nuevamente con lo vivo y estar vivos. Es imprescindible
respetar a la naturaleza para respetarnos, así, a nosotros mismos. Debemos entender
la naturaleza que somos. Este respeto implica no ser propietarios ni dueños,
sino partícipes cuidadosos, conscientes y responsables del libre fluir de las
vidas, compartiendo, cooperando y conviviendo en la trama que nos constituye y
de la que somos parte.
Entonces
debemos ser cada vez más los que dejemos de lado proyectos personales,
ambiciones y nuestro propio ego como especie, para defender la vida realmente
digna.Tenemos que lograr la posibilidad de
que nuestra generación y las que nos sigan
puedan vivir en armonía con la madre tierra y todos sus seres como importantes.Todas,
todos y cada uno, no por la utilidad que tengan para los seres
humanos, sino por la importancia de la diversidad y el derecho a ser. Somos una
unidad necesaria para la vida en todas sus formas, cultivemos una actitud de
respeto por la biodiversidad y abonemos esta pureza y entrega natural que nos brinda el
pueblo verde, ya que la supervivencia colectiva depende directamente de las
acciones de todas las vidas y cada una de ellas en la danza milenaria de
nuestra Tierra.
Grupo Matico de la Red Jarilla de
Plantas Saludables de la Patagonia
El Bolsón, 22 de noviembre de 2016