La comunidad no solo plantea un proyecto que resuelve esta situación, con una escuela en el lugar; que el mismo estado construyó, sino que apuesta a una educación intercultural que pueda trabajar desde la perspectiva mapuche el idioma, las artes y la vida en comunidad.
KUIFE KIMUN WIÑOY WELWUKON (Vuelven nuestros conocimientos antiguos), así se llamó el trawun donde miembros de la comunidad contaron la importancia de poder comenzar con la escuela, allí se resaltó la necesidad de revisar el presente, donde ahora las negativas burocráticas son las trabas actuales, entre otras, para que esta comunidad pueda avanzar en la reconstrucción de la lengua y la cultura mapuche.
“Hay que recordar también EL PRESENTE”, dijo Rogelio Fermín al comienzo de su parlamento. Esa afirmación, para mí, marca una diferencia más que importante en las reivindicaciones indigenistas contemporáneas: un indispensable giro DIALÉCTICO. “Para nosotros NO ES UNA OPCIÓN ser interculturales (…) No da lo mismo cursar dos horas de mapudungun que vivir como mapuche”, dijo sin ninguna ironía Fabiana Nahuelquir. Esta charla, que tuvo como eje la (im)posibilidad BUROCRÁTICA de acceder al derecho a una educación autónoma, se preguntó acerca de CUÁLES son las INTERCULTURALIDADES ACEPTABLES para el estado, que siempre responde con provocaciones y alternativas absurdas que formalizan unas concesiones de hecho pero nunca generan cambios políticos de derecho.
Así el 11 de octubre se pensó como el último día de libertad y el primero para las liberaciones.
Editoriales ANP
